Un estudio del Biobanco del Reino Unido publicado en la revista BMJ Open Respiratory Research, sugiere que una mala calidad del sueño puede reforzar la disposición genética de una persona al asma, duplicando el riesgo de ser diagnosticado con esta enfermedad.
Además de que un patrón de higiene del sueño saludable parece estar relacionado con un menor riesgo de asma, lo que permite que los investigadores sugieran que tratar los trastornos del sueño a temprana edad podrían reducir los riesgos de desarrollar esta enfermedad.
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¿Qué es el asma y cuál es su relación con los trastornos del sueño?
El asma es una enfermedad de duración prolongada que afecta los pulmones. Esta es más frecuente durante la infancia, aunque hay adultos que también la padecen. Suele causar sibilancias, presión en el pecho, dificultad para respirar y tos durante la noche o por la mañana, según los Centros para el Control a Prevención de Enfermedades (CDC).
En la actualidad existen alrededor de 235 millones de personas en el mundo con asma, indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las personas asmáticas suelen tener trastornos del sueño como sueño interrumpido o insomnio, pero, según Infosalus, no está del todo claro si la calidad de este puede influir en el riesgo de tener asma o si un buen descanso ayudaría a reducirlo.
¿Cuáles fueron los resultados de los estudios?
Para averiguar si existe una relación entre los trastornos del sueño y el desarrollo del asma, los expertos recurrieron a 455,405 participantes del Biobanco del Reino Unido, en un rango de edad de 38 y 73 años.
A estos se les preguntó si tenían patrones de trastornos del sueño basándose en cinco aspectos: cronotipo precoz o tardío; duración del sueño; insomnio; ronquidos; y somnolencia diurna excesiva. Definieron un patrón del sueño saludable como un cronotipo precoz que duerme entre siete y nueve horas diarias, casi nunca tiene insomnio, no tiene somnolencia diurna frecuente y no ronca.
¿El resultado? Aproximadamente 1 de cada 3 participantes fue clasificado con riesgo genético alto (150,429 personas) para desarrollar asma y otro tercio (151,970 personas) como de riesgo intermedio. Las personas restantes se clasificaron como de riesgo bajo.
Por otro lado, un análisis más detallado en un grupo de personas más reducido, señaló que un patrón de sueño saludable podría reducir en un 37% el riesgo de asma en las personas con alto riesgo genético, lo que sugiere que tener una buena higiene del sueño podría ayudar a contrarrestar la posibilidad de tenerlo.
Conclusiones del estudio
Pese a que existe en términos observacionales una relación entre los trastornos del sueño y los síntomas de asma, los investigadores reconocen que existen limitaciones en su estudio, dado que el Biobanco del Reino Unido solo proporcionó información de personas de 38 a 73 años sin tomar en cuenta a las infancias y adultos jóvenes. Además, este estudio solo fue aplicado a personas de ascendencia europea.
No obstante, los investigadores resaltan el hecho de que los trastornos del sueño combinados con una alta probabilidad genética de desarrollar asma produjeron un riesgo de tenerlo superior al doble, por lo que una buena higiene del sueño podría prevenirlo en un futuro para personas que son propensas a él, según datos de Infosalus.
(Con información de Infosalus, CDC, OMS)