Expertos advierten que en esta temporada de frío, es más común que la conjuntivitis aparezca ya que las vías respiratorias están conectadas con las órbitas oculares y al presentarse una infección en éstas vías, puede llegar hasta los ojos.
Una experta te dice todo lo que debes saber sobre la conjuntivitis en invierno y las formas de prevenirlo.
Conjuntivitis, más común cuando hace frío
De acuerdo a la la Dra. Marcie Billings, pediatra de Mayo Clinic, “el virus que produce la conjuntivitis, básicamente, es el mismo que causa la gripe común”.
La especialista explica que se trata de una infección viral en la que ocurre una inflamación de la conjuntiva que es aquella capa fina de tejido que recubre la parte blanca del ojo y la cara posterior del párpado.
Como consecuencias, los vasos sanguíneos se inflaman y los ojos se ven muy rojos.
La causa de conjuntivitis es viral en la mayoría de los casos y entre los síntomas comunes están:
Enrojecimiento en uno o ambos ojos (ojos rojos)
Comezón o sensación arenosa en los ojos
Lagrimeo
Los virus más frecuentes que causan esta infección son los adenovirus y los síntomas suelen durar alrededor de 10 días.
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Ante las primeras señales de la enfermedad, lo mejor es acudir al oftalmólogo, pues se necesita de un tratamiento para combatir el proceso del virus y mitigar las molestias.
El tratamiento de la conjuntivitis ya no incluye antibióticos, pues muchos de los virus se han vuelto resistentes.
La Dra. Billings recomienda aplicar compresas frías sobre los ojos y aplicar lágrimas artificiales varias veces al día.
Anteriormente, un caso de conjuntivitis solía requerir una visita al médico, tomar antibióticos y quedarse en casa; pero ese ya no es el caso.
“No retendrías en casa a un niño que tiene catarro y congestión nasal pero es capaz de participar en las actividades normales de la escuela. La conjuntivitis viral no es diferente”, indica la especialista.
La propagación del virus puede evitarse con un aumento en las medidas de higiene los días que dura la infección, sobre todo lavando las manos con frecuencia, evitando compartir toallas o almohadas y mantener ventiladas las habitaciones.
Toma en cuenta que cuando hace frío, puede haber una mayor sequedad ambiental y una lubricación deficiente en el ojo que se manifiesta con síntomas como visión borrosa, picazón y ardor, lo que se conoce como ojo seco.
Estos síntomas suelen incrementar aún más con la presencia de viento y contaminación en los lugares abiertos y del uso de la calefacción en espacios cerrados.
Puedes controlar las molestias por ojo seco protegiendo tus ojos con gafas, hidratando con lágrimas artificiales y usando humidificadores en ambientes cerrados.
Si estás mucho tiempo al aire libre y expones tus ojos al frío, viento y contaminación, lo ideal es que tu vista descanse durante algunos minutos. Limita el uso de pantallas.
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(Con información de Infosalus)