¿Estás tranquilo y de un momento a otro te dan ganas de comer, aunque ya hayas comido? Puedes tener “ataques de hambre”, una situación que también se puede manifestar como muchas ganas de alimentarte con productos dulces o grasosos incluso después de comer bien.
Se trata de un hambre repentina, de unas ganas que no puedes controlar de comer entre horas que puedes pensar e interpretar como un antojo, pero que no se va hasta que consumes lo que deseas.
¿Algo normal y común? ¿Un trastorno extraño que te hace tener hambre siempre? Esto es lo que debes saber sobre los ataques de hambre.
¿Ataques de hambre o un padecimiento extraño? Pon atención
Las causas más comunes de los ataques de hambre que han sido reportadas son:
- Falta de sueño
- Consuelo de comer
- Malos hábitos
- Te ponen demasiadas restricciones de golpe
Las soluciones para los ataques de hambre y las diferentes situaciones son claras: dormir más, mejorar los hábitos alimenticios, un cambio paulatino en la dieta o cambiar lo que tienes enfrente para comer saludablemente en la oficina o en tu hogar cuando sientas que debes desahogarte comiendo.
Sin embargo, existe un trastorno que provoca ganas incontrolables de comer, aunque el apetito ya haya sido saciado: el Síndrome de Prader-Willi.
Mayo Clinic apunta que el Síndrome de Prader-Willi tiene como una de sus características importantes una sensación constante de hambre que suele iniciar aproximadamente a los dos años de edad.
Los afectados por el Síndrome de Prader-Willi desean comer constantemente porque nunca se sienten “llenos” y, debido a esto, suelen tener problemas para controlar su peso.
Si te preguntas cuáles son los signos de este Síndrome de Prader-Willi, te tenemos una mala noticia: los síntomas varían entre los bebés y los más grandes.
Mayo Clinic informa que algunas señales del Síndrome de Prader-Willi en bebés son:
- Poco tono muscular
- Reflejo de succión deficiente
- Deficiente capacidad de respuesta
- Genitales subdesarrollados
- Labio superior fino
En el periodo entre la niñez temprana y la adultez, se pueden presentar:
- Antojos de alimentos y aumento de peso
- Trastornos del sueño
- Deterioro cognitivo
- Crecimiento y desarrollo físico deficiente
- Problemas de conducta
- Problemas del habla
Como ves, los signos de la niñez temprana y adultez se parecen un poco a los ataques de hambre. Mayo Clinic recomienda buscar una atención multidisciplinaria para atender el Síndrome de Prader-Willi.