¿Con qué frecuencia debes evacuar? Si buscas esta pregunta en Google, probablemente te encuentres con diferentes tipos de respuestas.
Pero esto deja espacio para una variación sustancial. La respuesta correcta es: cuando sientas la necesidad.
¿Por qué no contener las ganas de evacuar?
De acuerdo a Claudia Defilippi, gastroenteróloga del Centro de Especialidades de Piso Pelviano de Clínica Las Condes, Chile, aplazar las ganas de evacuar y ralentizar el "tiempo de tránsito" intestinal puede estar asociado con un mayor riesgo de problemas como:
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cáncer de intestino
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diverticulosis (pequeñas bolsas del revestimiento del intestino que sobresalen a través de la pared intestinal)
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hemorroides
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fisuras anales
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prolapso
(Foto: Freepik)
La comida como estímulo principal
Durante el principio del siglo pasado, los fisiólogos determinaron que ingerir alimentos es un poderoso estímulo para “abrir los intestinos” y se refirieron a esto como “reflejo gastrocólico”. El reflejo gastrocólico suele ser más enérgico después del ayuno y, por lo tanto, después del desayuno.
Aprender a controlar los intestinos es un paso importante en el desarrollo del ser humano, pero muchas personas llevan este control demasiado lejos, ya que a veces pueden hacer que este impulso desaparezca temporalmente si lo ignoran por un tiempo, porque ahora parece ser un momento inoportuno.
Conoce tu tránsito intestinal
Seguramente sabes con qué frecuencia vas al baño, pero ¿eres consciente del tiempo de tránsito intestinal completo? Es decir, cuánto tiempo tardan en salir los residuos de los alimentos que has consumido.
Hay una forma sencilla de medirlo: traga un puño de granos de maíz dulce crudos y luego busca los granos amarillos en tu materia fecal.
¿Cuánto tiempo debería tardar en aparecer? Debería ser entre ocho y 24 horas.
Riesgos de un tránsito lento
Un tiempo de tránsito más largo se ha relacionado con problemas gastrointestinales como:
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cáncer colorrectal
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pólipos colónicos
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diverticulosis
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cálculos biliares
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hemorroides
¿Cómo mejorar los hábitos intestinales?
Se pueden mejorar los hábitos intestinales aumentando la cantidad de fibra y líquidos en tu dieta, haciendo ejercicio con regularidad y escuchando las necesidades de tu cuerpo.
Recuerda que, cuando tu colon te lo pide, debes escuchar.
(Foto: Freepik)
(Con información de BBC, Clínica Las Condes)