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Los días que no debes tomar alcohol para cuidar tu hígado

Los expertos indican que hay una serie de medidas a tener en cuenta si decidimos consumir alcohol

Escrito en VIDA SANA el

Expertos piden no tomar alcohol por algunos días seguidos ¿Cuántos? ¿A qué se debe? El consumo de alcohol, ( y las enfermedades metabólicas), son la principal causa de las enfermedades y daños hepáticos, que cada vez se hacen más frecuentes y letales, principalmente en jóvenes. Según la OMS, se estima que casi 3 millones de muertes a nivel mundial son por el consumo de alcohol.

Por esta razón, los expertos en salud, principalmente los hepatólogos (médicos especialistas en el hígado), buscan realizar recomendaciones que puedan prevenir los daños que ocasiona el consumo de alcohol en la salud, que si bien no puede ser del todo prohibido, sí tiene reglas a seguir.

(foto: unsplash)

La cantidad de días que no debes tomar alcohol para la salud de tu hígado

La realidad es que el tema del consumo del alcohol y las posibles instrucciones alrededor de este resultan algo bastante complicado, ya que no existe ninguna medida específica que sea recomendable.

Esto se debe básicamente a que ninguna cantidad de alcohol resulta beneficiosa para el organismo, por lo que el consumo de este, en realidad, no puede ser propiamente recomendado de ninguna manera.

El problema con el alcohol, dicen los expertos, es que resulta ser adictivo, principalmente por la sensación de bienestar que genera, resultando en un incentivo para que las personas sigan bebiendo, cada día un poquito más; así que incluso una copa podría resultar perjudicial y nada recomendada.

Por otro lado, además de que es adictivo, se ha visto que hay incrementos de riesgo de padecer cáncer (de mama, boca, garganta, hígado, recto,...) con el consumo de cualquier cantidad de alcohol. Por esta razón, la recomendación médica general es que no se consuma nada, en ninguna cantidad, en ningún momento.

Eso sí, los especialistas indican que, ciertamente, no todas las personas pueden dejar de beber para siempre, y consideran que no en todos los casos será posible evitarlo. Por esta razón, el vicesecretario de la Asociación Europea de Estudio del Hígado, Aleksander Krag, indica que se debe aclarar que para consumir alcohol se deben seguir muy buenas reglas.

{"field1":"“Mantener tres días sin beber cada semana, nunca consumir más de cinco unidades de alcohol de una vez y no más de 10 a la semana [una unidad no se corresponde a una bebida: una copa de vino llena equivale a tres unidades; una cerveza de 333 mililitros (una lata), son 1,5; un shot/caballito de una bebida de alta graduación, una unidad]”, son las normas que comenta Aleksander Krag.","field2":""}

Estas instrucciones, en general, pueden seguirse ya que estas cantidades son tolerables para el hígado, y dan una ventana de tiempo para que este pueda recuperarse sin ejercer mucha presión en su funcionamiento y así evitar lesiones y daños a largo plazo. Sin embargo, debe recordarse que estas reglas no son una recomendación médica y que aunque existan, lo ideal es no beber.

(foto: unsplash)

El alcohol en exceso y el hígado: ¿qué es lo que pasa?

Una de las consecuencias más frecuentes del consumo de alcohol, es la hepatitis alcohólica, que según indica Mayo Clinic, se trata de una inflamación en el hígado, producida por el alcohol. 

Aunque no se sabe con exactitud cómo es que el alcohol genera esta inflamación, Mayo Clinic informa que este proceso inflamatorio en el hígado (y la mayoría de los daños hepáticos causados por alcohol) inicia al momento en que esta sustancia (que es tóxica para el organismo desde un inicio) intenta ser procesada.

El procesamiento del alcohol en el hígado, que se llama descomposición, llega a producir químicos muy tóxicos que al ser liberados activan una respuesta inflamatoria dentro del órgano, que sufre daños en sus células. Estas células son destruidas,  y en su lugar se forman cicatrices que van alterando la función hepática y que pueden ir ganando terreno, aumentando en tamaño y cantidad. 

Esta cicatrización, que obviamente no es reversible, es llamada cirrosis, y se considera la etapa final de una enfermedad hepática por alcohol. 

En México, entre el 35-40% de las personas que consumen alcohol excesivo tienen hepatitis alcohólica; y el 46% de los casos de cirrosis está asociada a consumo de alcohol.

(foto: unsplash)

¿Cómo afecta el alcohol a la salud?

El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) informa que el consumir alcohol en grandes cantidades puede tener repercusiones negativas que pueden dañar a la salud, que pueden dividirse en dos grandes grupos. 

Por un lado, los riesgos a corto plazo, que están más relacionados a un consumo de alcohol tipo atracón, que no es frecuente, como pasarse de copas en una fiesta.

En este tipo de situaciones, la persona se arriesga a sufrir lesiones, accidentes automovilísticos, caídas, quemaduras y hasta ahogamientos; problemas de violencia (asesinatos, suicidios, agresión a terceros y en el hogar); y en muchos casos, una actividad sexual de riesgo, que a su vez pueden terminar en enfermedades de transmisión sexual o embarazos no deseados.

En el caso de mujeres embarazadas, consumir alcohol lleva a daños en el desarrollo del bebé que pueden terminar en abortos espontáneos o muerte fetal.

Por otra parte, los riesgos a largo plazo se originan cuando el consumo de alcohol es excesivo, constante, y rutinario, y no se trata de un simple atracón de alcohol.

Este tipo de comportamiento puede llevar a desarrollar enfermedades y problemas crónicos (no tratables, ni curables), que el CDC y la Organización Mundial para la Salud, enlistan: 

  • Enfermedades del hígado (hepatitis, hígado graso alcohólico, cirrosis, cáncer).
  • Daños cardíacos (desde problemas de hipertensión arterial, hasta accidentes cerebrovasculares).
  • Problemas digestivos.
  • Cáncer (de mama, boca, garganta, laringe, esófago, hígado, colon y recto).
  • Problemas cognitivos (en el aprendizaje y memoria), que pueden resultar en demencia.
  • Depresión, ansiedad y otros problemas de salud mental.

  • Adicción y dependencia al alcohol (alcoholismo).
  • Problemas en las relaciones interpersonales.

(Con información de: El País, Mayo Clinic, CDC, OMS.)