Cuanto más amamantas a tu bebé, más leche produce su cuerpo. No sigas un horario estricto. Amamanta a tu bebé siempre que tenga hambre, durante el tiempo que quiera, especialmente en las primeras semanas después de establecer su suministro, y ofrézcale el otro pecho cuando el primero esté vacío.
No te preocupes: Muchas nuevas mamás piensan que tienen poca producción de leche cuando en realidad no pasa nada. Siempre que su bebé esté alerta, activo y llene y moje pañales con regularidad, es probable que su suministro esté bien. Recuerde, la leche puede tardar unos días después del parto. Mientras tanto, su bebé recibe calostro, que es la primera etapa espesa de la leche materna, rica en nutrientes.
Trata de descansar: La falta de sueño afecta mucho la producción de leche. Si puede, tómese unas "vacaciones de enfermería". Reduzca sus compromisos externos y pase un par de días haciendo lo menos posible que no sea relajarse con su bebé, descansar, comer y amamantar. (Por supuesto, esto es más fácil con el primer bebé que con niños mayores que también necesitan su atención).
Domina el estrés: Si bien el estrés puede no frenar la producción de leche, puede obstaculizar su reflejo de bajada (que libera leche en los conductos de la leche) y dificultar que su bebé obtenga lo que necesita. Cuídese para que esté lo mejor posible para su bebé. Pídale a su pareja, familia o amigos que le ayuden con otras cosas. Dígales a los invitados que pasen la noche que esperen unas semanas antes de su visita, para que puedas amamantar en paz y establecer el suministro de leche.