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La felicidad no se mide en calorías

La producción de dopamina podría depender de los niveles de grasa en la dieta.

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Si tu felicidad disminuyó de la noche a la mañana sin razón alguna, tal vez deberías analizar la dieta que tuviste, puede que ahí encuentres la respuesta. El investigador mexicano, Luis A. Téllez de la escuela de Harvard, encontró que la comida alta en grasas interrumpe el circuito de gratificación entre el intestino y el cerebro el cual participa en la producción de dopamina. Cuando la señal de detiene se despierta en el organismo el deseo de ingerir más. 

La investigación de Téllez fue publicada por Science en su edición del mes de agosto en donde se reportó el descubrimiento de un mensajero molecular llamado oleoiletanolamina (OEA), un lípido que controla la percepción de recompensa. Dicho lípido viaja del cerebro al intestino.

Comunicación intestino y cerebro

Téllez y su equipo realizaron pruebas con ratones notando que el circuito de comunicación entre el intestino y el cerebro se interrumpía al someter a los roedores  dietas altas en grasa. 

Durante el experimento un grupo de ratones fue alimentado con una dieta alta en grasas y otro con un régimen bajo en grasa. En los resultados se reveló que el primer grupo de roedores tenía niveles bajos e inusuales de OEA en el intestino con baja producción de dopamina al contrario del otro grupo el cual tenia niveles normales de dopamina y OEA. 

“El consumo excesivo y prolongado de alimentos altos en grasa atenúan la sensación de recompensa inducida por la dopamina, lo que lleva a comer aún más alimentos ricos en grasas para tratar de compensar ese mecanismo de placer", señaló Téllez en su artículo científico.  

Para comprobar la hipótesis y revertir el efecto de los alimentos grasoso, los roedores fueron sometidos a una infusión de OEA en intestino, logrando así restaurar la respuesta basada en la recompensa dopaminérgica. A pesar de estar acostumbrados a una dieta con alto contenido calórico, con la infusión los ratones empezaron a comer más alimentos bajos en grasa.

OEA recompensa al organismo cuando consume alimentos sanos

En la investigación, Téllez y su equipo sostienen que la oleoiletanolamina puede desempeñar un papel clave en la restauración de la señalización generada por el intestino y la deficiencia de dopamina en el cerebro, teniendo la posibilidad de aumentar el valor de recompensa al consumir alimentos más saludables bajos en grasas.
 

El investigador mexicano Luis A. Téllez,  está realizando una estancia postdoctoral en la Universidad de Harvard apoyado con una beca otorgada por la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación del Distrito Federal (SECITI). (Con información de Univisión).