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Los niños de la pandemia, afectados en su habilidad de hablar y jugar

Los niños nacidos de agosto a diciembre del 2019 y que hoy tienen entre dos y tres años y medio han tenido que sobrevivir a las consecuencias del confinamiento de la pandemia

Escrito en OPINIÓN el

¿Cómo ha afectado la pandemia al neurodesarrollo?

Los niños nacidos de agosto a diciembre del 2019 y que hoy tienen entre dos y tres años y medio han tenido que sobrevivir a las consecuencias del confinamiento de la pandemia.

Esto en general ha afectado diferentes etapas de su desarrollo, pero una de la que más se ha comprometido es la comunicación social.

He recibido un aproximado de 3 niños por semana que son referidos para evaluar su desarrollo y la principal causa es que “no hablan”, pero también que no logran establecer una buena empatía con sus pares y con adultos.

Tampoco saben jugar, no conocen materiales que estimulan el juego simbólico, constructivo, o el juego que pueden compartir con otros niños de su edad. 

(Foto: Pexels)

¿Porqué ha sido tan relevante este problema?

Muchos padres tuvieron que hacer “home office” y buscaron la manera de que sus hijos tuvieran un; otros contrataron alguna persona para que los ayudara a cuidarlos. 

Algunos pudieron tener el apoyo de la familia, pero los que no tuvieron ninguna de estas oportunidades recurrieron al uso de las pantallas (tablets, celulares, pantallas, I-pads) entre otras. 

Esto generó que hubiera muchas consecuencias en la evolución de su neurodesarrollo.

¿Cuáles han sido las áreas más afectadas?

Motricidad gruesa:

La base del desarrollo psicomotor es la parte motora, ya que a través de ella podemos explorar y conocer, así como desarrollar habilidades que nos permitirán movernos por el mundo de manera eficiente y funcional.

Si analizamos que los niños pandemia (2019-2022) han crecido en una carriola, corral, sillita y, si bien nos va, en un departamento de cuatro paredes en donde el movimiento se encuentra totalmente limitado.

Con padres que pasan hasta 10 horas trabajando en la computadora (eso si no perdieron su trabajo), y atravesando por un período de estrés, de ansiedad y frustración. 

(Foto: Pexels)

Todo ello es percibido  por los niños pero sobre todo han estado en posturas muy limitadas que no permitieron desarrollar el tono muscular el cual sabemos que es la base del movimiento activo; por otro lado, han desarrollado pésimas posturas, patrones anormales de movimiento que a largo plazo provocan articulaciones fijas y poco movibles.

Esto es evidente porque al hacer las evaluaciones de su perfil general de desarrollo, la parte motora presenta características de hipotonía, torpeza, falta de equilibrio, poca o nula ubicación espacial, desorganización (dispraxia), mala coordinación en general,  que se puede reflejar en dos tipos de niños:

  • Pasivo: Muy poco interés en moverse y cuando lo hace, es de muy baja calidad
  • Hiperactivo: Mucho movimiento desorganizado y torpe

Motricidad fina

Sabemos que la base de las habilidades manuales es la motricidad gruesa, por lo mismo al verse comprometida con esta falta de ambiente adecuado, la mayoría de los niños presentan pobre motricidad fina.

Esto significa que su presión desde la base que es con el pulgar y el resto de los dedos, hasta la más avanzada que es pulgar/índice, es poco funcional, no logran desarrollar la movilidad de sus manos de manera eficiente. 

Una de las formas de estimular este aspecto es a través de tocar y explorar diferentes materiales y texturas, como puede ser la comida.

Si pensamos que muchos padres por hacer la vida de pandemia un poco más práctica evitaron que los niños se ensuciaran, entre otros cuidados extremos, éstos tuvieron poca oportunidad de explorar diferentes texturas con las manos lo que limitó su tolerancia sensorial táctil y el desarrollo de la motricidad fina.

(Foto: Pexels)

Lenguaje receptivo y expresivo

Ésta ha sido una de las áreas más afectadas. La forma en que un niño aprende a comprender el lenguaje y responder al mismo es a través del vínculo afectivo que puede hacer con su madre, padre o cuidador. 

En cuanto inicia un contacto visual y se logra establecer una comunicación básica de sonidos con el bebé (alrededor de los 3 meses), empieza un diálogo tónico y expresivo que va armando los pilares del lenguaje.

Si esto no se pudo dar en éstos primeros meses debido a que los padres no pudieron hacerlo por falta de tiempo, y si pudieron hacerlo pudo ser de pobre calidad por el estrés y la tensión emocional que generó la pandemia. 

Además, las únicas personas con las que podía convivir éste niño fueron papá y mamá, no conocieron otros seres humanos en su vida.

Esto fue de tal relevancia que he visto como niños de este rango de edad, en el momento que pudieron contactarse con otros niños, sus expresiones faciales y emocionales fueron de total extrañeza, como si hubieran visto un ser de otro planeta y por supuesto con nulo desarrollo del lenguaje expresivo.

He visto niños de 2 años y medio (pandémicos) que sólo pueden decir dos palabras, cuando en ésta edad ya deben de armar frases de 3 o 4 palabras y pueden establecer un diálogo completo con un adulto.

(Foto: Pexels)

Y no solo existe esta brecha en el lenguaje, sino que también hacen uso de ecolalia (repetición de palabras) generalmente sin sentido, o un lenguaje poco pragmático y fuera de contexto.

He visto pacientes que su diálogo se vuelven frases de películas o videos, como cuando le preguntas “¿cómo te llamas?” te contesta “al infinito y más allá”, evidentemente consecuencia del uso excesivo de pantallas.

Emocional/social

¿Cómo desarrollar el aspecto social si no tengo contacto con otras personas? ¿Si mi forma de juego se limita a un espacio cerrado y con poco material adecuado? 

La socialización es la capacidad de establecer contacto con otros seres humanos de manera empática y regulada; muchos de estos niños han desarrollado una conducta primitiva, son agresivos consigo mismos o con los demás, pues no han tenido la posibilidad de medir la forma de contacto con otras personas. 

Inclusive uno los criterios que he tenido que evaluar en los niños pandemia son los que se consideran dentro del trastorno del espectro autista.

Aunque no se puede hacer un diagnóstico formal del mismo, debido a que las causas pueden ser diferentes o no son todas las características que se presentan en un diagnóstico formal, sí pueden ser indicadores de riesgo.

Es un tema muy delicado pues como padres lo menos que quieres escuchar es que tu hijo tiene características de autismo y que lo llevaste a evaluar porque solamente no habla.

Aspectos sensoriales

El desarrollo sensorial es la capacidad del ser humano de recibir los estímulos del medio ambiente e internos, procesarlos y dar una respuesta adaptada y para recibirlos tenemos que tener un ambiente enriquecido, así como un equilibrio fisiológico, los cuales han sido de pobre calidad ya sea por el confinamiento o por falta de salud. 

Muchas respuestas sensoriales de los 7 sentidos (los 5 básicos más el vestibular que se encuentra en el oído y es el encargado del equilibrio y la orientación espacial, y el propioceptivo, que es el que nos da la noción de nuestro cuerpo a nivel articular, la conciencia de cada parte del cuerpo) son deficientes y recordemos que la parte sensorial siempre irá de la mano del neurodesarrollo.

(Foto: Pexels)

Finalmente, todos los ejes del neurodesarrollo se han visto afectados por el período del confinamiento durante la pandemia.

Pero esto no es una batalla perdida, al contrario, hemos ido aprendiendo lecciones las cuales nos han dejado ver qué importante es el desarrollo de un niño favoreciendo las diferentes áreas del neurodesarrollo.

Es por eso que una evaluación a tiempo y la posibilidad de encontrar las áreas de oportunidad serán puntos clave para el neurodesarrollo y la pandemia.

En caso de ser necesario es importante que sea un especialista en neurodesarrollo, ya sea terapeuta físico, ocupacional o de lenguaje.

Espero que no haya sido el caso de ninguno de sus niños, pero si tienen la duda no dejen perder la oportunidad de apoyarlos y sacarlos adelante.

Gracias.

Lic. Marta Elena Valverde Díaz

Neuroterapeuta

Ced. Prof. 8317097