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La primera mujer en dirigir la Asociación para Evitar la Ceguera

La doctora Valeria Sánchez Huerta es la primera mujer en 102 años en convertirse en directora general de APEC Hospital de la Ceguera

Escrito en LÍDERES DE LA SALUD el

La doctora Valeria Sánchez Huerta es la primera mujer en 102 años en convertirse en directora general de la Asociación para Evitar la Ceguera en México (APEC), algo que, en sus propias palabras, es un orgullo, pero también una gran responsabilidad.

“Ser la primera directora es un gran orgullo, pero también una responsabilidad de demostrar que las mujeres tenemos la capacidad de cambiar vidas y organizaciones, que somos tan capaces como los hombres de liderar un equipo. No se trata de ser mejores, sino de ser iguales”, afirma la médico oftalmólogo en entrevista con SuMédico.

“El que después de 102 años haya llegado hasta aquí me hace agradecer a todas las mujeres que lo permitieron, porque antes de mi hubo muchas doctoras que fueron haciendo el camino”, destaca.

(Foto: Dra. Valeria Sánchez, directora de APEC)

La doctora Sánchez estudió la carrera de médico cirujano en la Facultad Mexicana de Medicina, en la Universidad La Salle. Posteriormente, se formó como médico oftalmólogo con alta especialidad en córnea y refractiva por la Asociación Para Evitar la Ceguera en México.  

Fue en APEC Hospital de la Ceguera donde inició su carrera en la oftalmología y desde el 2010 se ha desempeñado como médico adscrito del Servicio de Córnea y Cirugía Refractiva, como coordinadora de trasplantes y de tejidos y durante cuatro años fungió como jefa de Enseñanza.

Adicionalmente, desde 2009 ha ocupado la Dirección Médica del Sanatorio Oftalmológico Mérida.

“Quiero ser un ejemplo para todas las mujeres que vienen después de mí, que vean que sí se puede, porque mientras lo hagamos por una causa, se va a mantener la apertura”, dice.

Trayectoria familiar de oftalmólogos

La especialista detalla que su interés por la oftalmología nació desde que era muy joven; realizó su servicio social en el Hospital de la Ceguera en el 2000 y tras hacer un año de investigación fue cuando decidió dedicarse por completo a esta rama de la medicina.

“Además, la trayectoria familiar es de oftalmólogos, ya que tanto mi padre como mi abuelo se dedicaron a esta profesión”, señala. 

La oftalmología, según la doctora Sánchez, abarca cualquier padecimiento que afecte la calidad de visión o la agudeza visual. En ese sentido, se estudian problemas de la córnea, de la retina, cataratas, glaucoma, neurooftalmología y oftalmopediatría, entre otros.

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Actualmente existen 13 altas especialidades que estudian cada uno de los padecimientos que pueden afectar la visión.

Problemas visuales son un golpe a la calidad de vida y la economía

“La importancia de esta rama de la medicina es que cuando un paciente pierde la visión o le baja, sufre un impacto muy fuerte en su calidad de vida y en su relación con la sociedad. Además, también hay un impacto en los familiares porque ahora la persona depende ellos”, destaca la experta.

“Por cada persona con una baja visual importante en una familia, uno o dos miembros de esta deben dejar de trabajar para cuidarlo”, agrega.

Debido a ello, el impacto económico también es grave porque es un paciente que no trabaja y que además necesita de los cuidados de alguien más.

(Foto: APEC Hospital de la Ceguera) 

Patologías graves son silenciosas

Entre las enfermedades que bajan la visión, pero que son reversibles, tenemos como número uno en México las cataratas, que por medio de cirugías se puede revertir y como número dos tenemos los defectos refractivos, como miopía y astigmatismo, que mediante unos lentes con una buena graduación se pueden corregir también.   

Sin embargo, existen problemas de la visión que no son corregibles o que causan ceguera permanente. Las principales son el glaucoma, la retinopatía diabética y la degeneración macular relacionada a la edad.

“El gran problema con estas tres patologías es que son silenciosas, por lo que el paciente no manifiesta dolor ni cambios bruscos en la visión, así que cuando llega a consulta, cree que solo se trata de un problema de graduación con sus lentes o una catarata, pero al revisar ya tienen un daño importante en los nervios o en una capa de la retina”, explica Sánchez.

(Foto: Pixabay) 

Diabetes, bajos recursos y desinformación favorecen las complicaciones

Desde el punto de vista de la oftalmóloga, un área en la que se tiene que enfocar la atención médica en México es en el control de la diabetes, pues es una de las principales causas de baja visual y ceguera.

“Por desgracia, como mexicanos no tenemos una buena educación de prevención en general y esto empeora porque pocos tienen los recursos económicos para tratar sus padecimientos”, lamenta la doctora.

“Yo he visto muchos pacientes que por sus bajos ingresos no pueden comprar sus medicamentos y con la pandemia esto se incrementó por el desempleo”, puntualiza.

Otro problema, desde la experiencia de la doctora Sánchez, es que las citas médicas llegan a ser muy tardadas y los pacientes tienen que perder un día de trabajo, lo que hace que la atención no sea tan oportuna. “Es un círculo de complicaciones donde lo único perjudicado es la salud del paciente”.

(Foto: Dra. Valeria Sánchez, directora de APEC)

En general, uno de los principales retos respecto a la oftalmología ha sido la desinformación, porque, según cuenta la experta, la cantidad de pacientes de todos los niveles que deciden creerle más a las redes sociales o a la información que ven en Internet sin una fuente fidedigna complica mucho el manejo de los padecimientos.

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“He visto casos en que desarrollan graves complicaciones porque se automedican, se ponen inyecciones que les prometen recuperar la vista, pero no son tratamientos seguros ni documentados”, advierte.

Por pandemia, pacientes desarrollaron problemas irreversibles

Según cuenta Sánchez, cuando comenzó la pandemia por covid-19, solo se recibían urgencias oftalmológicas porque no querían exponer a los pacientes, ya que más del 50% de las personas que se atendían eran diabéticos, de la tercera edad y con comorbilidades importantes.

“Conforme cambió el semáforo epidemiológico, nos fuimos adaptando a los nuevos lineamientos que las autoridades nos impusieron. Como estrategia, lo primero que hicimos fue llamar a los pacientes con glaucoma y retinopatía porque les suspendimos sus citas o ellos mismos dejaron de venir por miedo al contagio. Lo sorprendente es que, aunque urgía darles el seguimiento, muchos de ellos nos decían que no iban a venir por el miedo al virus”, recuerda la especialista.

Lamentablemente, ahora que ya se está recibiendo de nuevo a estos pacientes, muchos llegan en condiciones irreversibles y lamentables que en su momento estaban controlados o que se pudo haber hecho algo para controlarlos.

“Podemos cambiarle la vida alguien, aunque sea por un instante”

En los años de carrera que tiene la doctora Sánchez hay un caso que le causó un gran impacto, pues le hizo saber que sus conocimientos pueden cambiar para bien la vida de alguien.

Se trata del caso de un paciente joven, de aproximadamente 32 años, que sufrió una afectación en los ojos muy importante y que empezó a cicatrizar la mucosa de los ojos.

“Cuando lo atendí, ya había recibido múltiples trasplantes de ambos ojos y todos terminaron en rechazo porque tenía un padecimiento muy difícil de manejar en la médula ósea. Era necesario hacer inmunosupresión y seguir una serie de protocolos muy complejos”, relata la oftalmóloga.

(Foto: Pixabay) 

Según recuerda, ella y su equipo intentaron buscarle una córnea de plástico al joven y en ese proceso nació su bebé, por lo que el paciente pedía que le ayudaran porque quería conocer a su hija y gracias a un donativo, se consiguió la prótesis que necesitaba.

“Se la colocamos y una semana después, el paciente lloraba porque podía ver a su hija, aunque fuera por una pequeña ventanita. Tenía el rostro lleno de emoción y definitivamente, su vida cambió para bien”.

“Desafortunadamente, falleció 9 meses después por complicaciones sistémicas que no tenían relación con la cirugía de ojos, pero para todo el equipo que lo atendimos, su historia nos marcó y nos hizo ver que podemos cambiarle la vida a alguien, aunque sea por un instante”, dice con emoción la especialista.

Primer trasplante de ojos en el mundo 

Desde la perspectiva de Sánchez, los avances en el equipo de diagnóstico han sido impresionantes, pues detalla que cuando inició en esta profesión en el 2000, apenas se tenían entre 6 y 7 equipos de diagnostico muy buenos y con eso se hacía la oftalmología. Hoy eso ha cambiado, porque se cuenta con muchos más recursos, lo que permite dar una atención de alta especialidad.

(Foto: Pixabay) 

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“Hace un par de años se hizo también el primer trasplante de ojos en Inglaterra, en un paciente que era completamente ciego. Logró ver sombras y luz que, para nosotros como oftalmólogos, es un avance magnífico”.

“Para muchos puede no ser la gran cosa, pero insertar un ojo de una persona a otra y que se haya logrado la conexión para que el cerebro por lo menos capte sombras y luz, es un gran avance, aunque muy costoso”, agrega. 

Pacientes de bajos recursos, una prioridad

La misión de la doctora Sánchez, según explica, es dar atención oftalmológica a pacientes de escasos recursos con afectación de la vista, con la más alta calidad y seguridad. Para ello, estar al frente de la Asociación Para Evitar la Ceguera es fundamental.

“También tenemos la misión de formar oftalmólogos y hacer investigación propia para el país”, puntualiza.

(Foto: APEC Hospital de la Ceguera)

Antes de la pandemia, se tenían 250 mil consultas en promedio al año y en 2020, atendieron a 190 mil pacientes. Se realizaron poco más de 9 mil cirugías, siendo de las más importantes la de cataratas, de las cuales se hicieron 4 mil aproximadamente.

“Atendimos a pacientes de bajos recursos con procedimientos a muy bajo costo porque lo más importante es salvar la vista”, afirma. 

Para ella, ser la primera directora de APEC Hospital de la Ceguera, le permite hacer cambios en atención oftalmológica para que lleguen a los pacientes que más lo necesiten y se pueda mejorar al menos una vida.

(Foto: APEC Hospital de la Ceguera)

“No puedo darme el lujo de no ser la mejor opción para hacer que un paciente menos se quede ciego en el país. Esa ya es una ganancia para todos, incluyendo la sociedad”, destaca.

Acudir a tiempo al oftalmólogo hace la diferencia

Finalmente, la oftalmóloga recuerda que todos necesitamos tener una revisión oftalmológica anual, especialmente si somos mayores de 60 años. Niños y jóvenes también tienen que revisarse al menos al inicio de cada etapa escolar. Con ello, se puede dar seguimiento a los defectos refractivos que es cuando más se presentan.

“Si tenemos diabetes, hipertensión o alguna enfermedad sistémica, son indispensables las revisiones cada año, porque hay muchas patologías que repercuten en la visión. En población adulta y sana, las revisiones deben ser cada dos años”.

“Acudir a tiempo con el médico oftalmólogo es muy importante”, concluye.

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