Todos hacemos popó de alguna manera o forma. Tener una evacuación intestinal es una parte crítica de la digestión de los alimentos que consumimos y las heces formadas por nuestro intestino grueso son la forma en la que el cuerpo elimina los desechos. Sin embargo, pese a que todos lo hacemos, la mayoría desconocen que este acto de sentarse en el inodoro tendría beneficios para la salud mental.
De acuerdo con un estudio del Departamento de Medicina del Centro Médico de Diaconos Beth Israel en Boston, Massachusetts, aguantarnos las ganas de defecar podría derivar en problemas mentales.
Para llegar al resultado, los especialistas analizaron la relación entre la diarrea crónica, el estreñimiento y la depresión en individuos, arribando a la conclusión de que los problemas intestinales son "significativamente más frecuentes" en la gente con depresión y que los hallazgos respaldan la relación entre el estado de ánimo y los hábitos intestinales específicos.
Esto no es nada raro. De acuerdo con las palabras de la doctora Jenna Jarrold, "la ansiedad afecta a una persona por dentro y por fuera. Una de las áreas más sensibles a este cambio es el sistema digestivo, ya que es increíblemente delicado. Los problemas intestinales se asocian comúnmente con la ansiedad, ya que el estrés puede alterar las hormonas, afectar la velocidad de la digestión y ejercer una presión significativa sobre los intestinos".
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Básicamente cada persona es diferente y el tiempo entre periodos de "escala técnica" puede variar significativamente de individuo a individuo. Algunos van varias veces al día y otros solo un par de veces a la semana. No obstante, el color del popó puede decirte muchas cosas sobre tu estado de salud.
Es importante que sepas que un cambio de color en las heces generalmente no es motivo de preocupación, a menos que parezca negro o con sangre.
Si sale en forma oscura y alquitranada, podría indicar que estás perdiendo sangre en alguna parte del tracto intestinal, como el estómago o el intestino delgado. En caso de las heces grasas o que cuando pases al baño notes que tu popó parece aceitoso, puede indicar que el cuerpo no está pudiendo digerir la grasa adecuadamente y esto podría ser causado por una infección, enfermedad celíaca o problemas con el páncreas como cáncer de páncreas o pancreatitits. Si por el contrario sale con la forma de un lápiz delgado, no debes preocuparte ya que quizá signifique contracciones musculares en el intestino grueso.
En el caso de la salud mental y su relación con el acto de hacer popó, la explicación del vínculo entre ambos estaría en que una cantidad significativa de serotonina, la hormona de la felicidad, se origina en el intestino.
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"El intestino es el hogar de cientos de billones de microorganismos que forman parte del eje intestino-microbioma-cerebro. Los estados de ánimo se han relacionado con la composición del microbioma en adultos sanos mental y físicamente. Si su intestino es infeliz, es probable para afectar su bienestar general también, física y mentalmente".
"Si está experimentando una actividad intestinal irregular, también podría encontrar un estado de ánimo bajo y hay estudios que respaldan esto", dijo al diario británico Metro el doctor, bioquímico y director científico de YorkTest Laboratories, Gill Hart.
Por su parte, la autora principal del estudio, Sarah Ballou, señaló que "Las puntuaciones medias de depresión en pacientes con diarrea crónica y con estreñimiento crónico fueron significativamente más altas que las puntuaciones medias de depresión para las personas con hábitos intestinales normales”.
Recuerda no aguantarte las ganas de ir al baño y que si experimentas un cambio en la frecuencia con la que vas al baño, lo mejor será consultar al doctor, ya que podría indicar que no estás bien mentalmente.
Con información de hopkinsmedicine.org, healthline.com, menshealth.com.au, metro.co.uk, calmclinic.com