Todos los niños pasan por esa etapa en la que se meten todo tipo de artículos a la boca como parte de su manera de conocer el mundo que los rodea, situación que se puede volver una pesadilla para los papás porque si ingieren algo tóxico puede traer graves consecuencias para su salud, como sucede con las pilas. 

Beatriz González Ortiz, adscrita al Servicio de Gastroenterología del Hospital de Pediatría del CMN Siglo XXI, explica que en promedio atienden por mes de tres a cinco niños que tragaron accidentalmente pilas, las más comunes son las de botón planas que miden de 2 a 2.5 centímetros. 

Esta situación se presenta con frecuencia en niños menores de 5 años, ya que ese tipo de pilas se encuentra en juguetes, relojes o controles remoto de audio o video,  por lo que recordó que es importante dejar estos artículos lejos de su alcance para evitar estos problemas. 

Sabemos que no puedes estar cuidando todo lo que hace tu hijo siempre y quizá en un momento de descuido fue cuando se llevó la pila a la boca sin que tú lo notaras. En este caso, los síntomas que podría presentar tu niño  o niña son: tos, dificultad para tragar, dolor en el pecho, salivación, babeo y fiebre causados por la liberación del material corrosivo después de cuatro horas de estar atorada en el esófago.

La doctora del Instituto Mexicano del Seguro Social destaca que si sospechas que tu hijo se tragó una pila  no le debes dar ningún alimento y mucho menos intentar algún remedio casero, ya que esto sólo puede complicar más la situación al originar vómito, bronco aspiración, liberar calor e incrementar el daño. Lo más recomendable es acudir inmediatamente a Urgencias para que los médicos localicen la pila con una radiografía. 

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Los principales riesgos de ingerir una pila 

La especialista explica que el esófago es uno de los órganos más afectado por estos accidentes, ya que cuando la pila se impacta y permanece ahí mucho tiempo, ésta se abre y puede liberar material tóxico que quema la mucosa. 

Pero hay más peligros, ya que se corre el riesgo de que la pila libere corriente eléctrica y esto puede perforar la pared esofágica, ya que las pilas contienen 3 o 5 voltios dependiendo del tipo y tamaño de pila que haya ingerido el niño.

Cuando suceden este tipo de accidentes, el procedimiento que se sigue en el IMSS es la extracción endoscópica bajo anestesia general y se valora el daño residual que ésta causó en el esófago, ya que una vez que se retira la pila, el daño puede continuar y si la pared esofágica se perfora puede romper la aorta, el vaso más grande del cuerpo y provocar sangrado masivo.     

La doctora González Ortiz señala también que cuando la pila causó ruptura del esófago o no es posible extraerla por endoscopía por la severidad del daño, es necesaria la extracción y reparación por cirugía.

Para evitar que tus niños tengan que pasar por estos procedimientos es preferible retirar de su alcance todos los objetos que tienen pilas, ya que así evitarás riesgos. Recuerda que siempre es mejor prevenir que lamentar.