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Separan exitosamente a siamesas unidas por el cráneo

Las pequeñas siamesas nacieron con una condición llamada craniopagus, que las hizo estar unidas por el cráneo

Escrito en FAMILIA el

Safa y Marwa son dos pequeñas hermanas de menos de dos años originarias de Pakistán. Son gemelas y nacieron siamesas, unidas por el cráneo. Médicos en Reino Unido lograron separarlas gracias a una innovadora cirugía.

Por la naturaleza de su condición, las siamesas ni siquiera podían verse la cara y su vida corría un grave peligro.

Siamesas unidas por el cráneo

De acuerdo a un artículo de la BBC, la condición con la que Safa y Marwa nacieron se conoce médicamente como craniopagus y quienes lo padecen tienen muy pocas probabilidades de sobrevivir.

No existen cifras oficiales de la prevalencia de siamesas craneópagos pero se estima que solo afecta uno de cada 2,5 millones de nacimientos. La mayoría no sobrevive más de 24 horas.

Las siamesas se desarrollan a partir de un óvulo fertilizado y por eso son siempre idénticas.

Los médicos tienen dos teorías de porqué pueden nacer unidos: la primera sugiere que la división de los dos embriones ocurre después de lo normal y las gemelas solo se dividen parcialmente y la segunda, que después de la división, parte de los embriones sigue en contacto y esas partes del cuerpo se fusionan cuando crecen.

Cuando estas situaciones surgen, las siamesas pueden nacer unidas por el pecho, abdomen o pelvis.

En el caso partículas de las siamesas Safa y Marwa, presentaban un desafío único, ya que las niñas estaban unidas por la parte superior de la cabeza, mirando a direcciones opuestas, por lo que nunca se habían visto la cara.

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Una innovadora cirugía 

Con la ayuda de donaciones, la familia pudo viajar a Reino Unido, donde un equipo médico especializado estaba dispuesto a realizar la operación para separarlas.

La mayor preocupación del equipo quirúrgico era cómo separar la compleja red de venas y arterias. Cada gemela abastecía a la otra con sangre. Cortar estas conexiones conlleva el riesgo de dejar al cerebro sin nutrientes y provocar un accidente cerebrovascular.

El equipo sabía, por experiencia, que los mejores resultados surgen cuando la separación se lleva a cabo durante varias operaciones, para permitir la recuperación entre cada una de ellas.

Además de cirujanos y enfermeras, el equipo de 100 personas de uno de los hospitales infantiles más importantes del mundo, Great Ormond Street, involucrado en el cuidado y separación de las gemelas incluyó bioingenieros, modeladores de 3D y un diseñador de realidad virtual.

No fue fácil. Se necesitaron meses de preparación en los que los médicos trabajaron primero con los modelos en 3D y con realidad virtual.

Uno de los principales desafíos, fue crear dos cabezas redondas de la estructura tubular que compartían las pequeñas siamesas.

La separación fue sólo el inicio de la cirugía, ya que el equipo debía dar forma a las cabezas de cada niña a partir de los restos de la estructura tubular de su cráneo compartido.

No había suficiente espacio para cubrir la parte superior de las dos cabezas una vez que se les separara.

El equipo de médicos tuvo que dividirse en dos para reconstruir el cráneo de cada una de las niñas.

Se usaron fragmentos de cráneo y para tener suficiente cráneo para cubrir ambas cabezas, cada fragmento tuvo que dividirse en dos.

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"El cráneo está útilmente diseñado en tres capas: la interior y la exterior son de hueso muy duro y fuerte, pero en medio hay una capa similar a un panal que puedes dividir. Tiene la mitad de grosor pero con ésta podremos cubrir casi toda la cabeza con hueso", dice el profesor David Dunaway, responsable de la reconstrucción de las cabezas de las gemelas.

Con los cerebros de las niñas cubiertos por la hermética membrana de la duramadre, los cirujanos colocaron los fragmentos de cráneo en la parte superior de las cabezas. Cada pieza se aseguró en su lugar con suturas desechables.

Tras 17 horas de operación final, las hermanas finalmente son separadas. Ya pueden verse frente a frente.

"Estoy muy feliz. Con la gracia de Dios ahora puedo abrazar a una durante una hora y después a la otra. Dios respondió nuestras oraciones", dice alegre Zainab Bibi, madre de las pequeñas siamesas. 

(Con información de BBC)