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¿Cómo puedo hablarle a mis hijos sobre el sexo?

El momento puede ser incómodo e incluso aterrador, pero aquí te dejamos una técnica sencilla que te puede ayudar

Escrito en FAMILIA el

¿Recuerdan las escenas de la película American Pie donde el papá de Jim le explicaba lo que sabía sobre el sexo? el momento era entre incómodo y gracioso, pero a final de cuentas aprendió, se casó con Michelle y tuvieron un bebé que sale hasta el film del Reencuentro.

Hablar de sexo puede ser un momento embarazoso que, sin embargo, se tiene que dar. ¿Prefieres que le cuenten sus amigos y que luego se meta en problemas o contraiga una Enfermedad de Transmisión Sexual por no saber sobre los riesgos de usar condón o lo que es el consentimiento? 

No, ¿Verdad?

Como padre de familia tienes la responsabilidad de llevar a tu descendiente por el mejor camino que creas correcto y así evitar situaciones como embarazos no deseados o eventos que puedan perjudicarlo o perjudicarla.

Por ello, y antes del consejo, es importante que conozcas los siguientes puntos:

1) No desacredites el amor: Comprende la importancia de los apegos románticos en la vida de un adolescente y los sentimientos intensamente fuertes que generan, incluso si tu definición y perspectiva de amor difieren de las de tu hijo o hija.

2) Mientras más temprano, mejor (y hay que hacerlo con frecuencia): Los adolescentes son difíciles y puede que no te escuchen, estén en desacuerdo contigo y se enojen, pero a menudo te están escuchando aún cuando fingen no estarlo haciendo.  Enseñarles sobre sus cuerpos y su sexualidad es mejor cuando se trata de un diálogo continuo, que comienza en su infancia.

3) Empodéralos: Hazle sentir que merece estar orgulloso de sus relaciones, tener su propio espacio, mantener a sus amigos, incluir a su familia y sentirse bien con quienes son. Enséñales a esperar un "toma" y "daca", pero que, al final, una buena relación lo va a ayudar a ser más de lo que ya es y a sentirse aún mejor al respecto.

4) Haz que vivan con el ejemplo: Si tienes una buena relación con tu pareja, déjaselo saber. Deja que los vea besándose o maquillándote y si se presenta algún desacuerdo, permitele que vea cómo lo resuelven. Si está empapado de esa "información", va a decir "ah, ya vi esto y pasó esto" o "mis padres tienen buena relación, yo no voy a esperar menos para mi vida". ¿Ves?

5) Escucha: Escucha más de lo que hablas. Hay algunos padres o madres que buscan terminar las oraciones del pequeño y es desesperante para estos. Tanto que incluso pueden llegar a responder con groserías. Meterlos en una plática sobre sexualidad va más allá de decirles qué hacer y qué no.

6) Mantenlo genérico: Estar dispuesto a hablar en general permite que las conversaciones sobre temas difíciles como el sexo avancen sin incomodar a nadie. Házles saber a tus hijos que conoces a personas que tuvieron ciertas experiencias cuando eran más jóvenes, que has estado en situaciones difíciles o conoces a otros que lo han estado, y que no tienes miedo de discutir esas cosas en algún nivel. Eso sí, evita interrogar a tu hijo sobre lo que hicieron o no hicieron sexualmente, eres su pariente no su BFF; tampoco quieras que exijan detalles sobre tu vida amorosa.


 

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¿Cómo puedo hablar con mis hijos sobre el sexo?

Una manera fácil en donde no los aturdes con tantos términos que los incomoden a ellos (o a ti), es hacer analogías y aquí te contamos de una que puede funcionar:

"Cuando naces, te dan una pequeña parcela de tierra rica y fértil, ligeramente diferente a la de los demás (también conocido como tu cerebro y tu cuerpo). Su familia y cultura (las comunidades inmediatas y más amplias de las que forma parte) siembran semillas y cuidan el jardín. También te enseñan cómo cuidarlo. Esas semillas son el lenguaje, las actitudes, el conocimiento y los hábitos sobre el amor y la seguridad, los cuerpos y el sexo.

Cada jardín es único y tiene diferentes necesidades dependiendo de la vegetación que producen esas semillas. Algunos jardines pueden requerir luz solar y agua adicionales, algunos pueden necesitar fertilizantes o sombra adicionales, algunos pueden ser tolerantes a la sequía o necesitan vigilancia adicional cuando se trata de eliminar las especies tóxicas e invasoras. Con el tiempo, a medida que se convierte en adolescente, comienza a asumir la responsabilidad de cuidar su propio jardín. Mientras descubres qué hay en tu jardín, qué necesita y cómo cuidarlo, puedes elegir qué sacar y qué quedarse.

El consentimiento consiste en que la gente decida quién ingresa a su jardín y qué sucederá mientras estén allí juntos. Es la opción para elegir si alguien entra y cómo se comportan mientras están allí: ¿juegan y juegan, pisotean y pisotean? El consentimiento determina cuánto tiempo pueden quedarse y si pueden plantar algo o llevar algo con ellos cuando se van. Debes preguntar antes de entrar al jardín de otra persona. Honrarlo porque es de ellos. Y cualquiera que dejes entrar a tu jardín, debería ayudarlo a prosperar".


 

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¿Ves? Involucras todo y no les dices cosas que hagan que te respondan con un "¡Papáaaaaaaaaaaaaa!"

Recuerda también no decirles "no hagas esto", porque lo van a terminar haciendo. Es una plática, no un cuartel militar.  Puedes hablarle de causas y efectos y hay posibilidades de que lo acepten mejor que una imposición.


Con información de American Academy of Pediatrics, “Sexo, adolescentes y todo lo demás: las conversaciones nuevas y necesarias que los adolescentes de hoy deben tener sobre el consentimiento, el acoso sexual, las relaciones saludables, el amor y más, de Shafia ZaloomyWebMD