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"Si la pandemia nunca hubiera existido, mi hijo seguiría vivo"

Cada día, Ted despierta con una gran cantidad de preguntas que invaden su cabeza, todas relacionadas a un mismo acontecimiento: el suicidio de su hijo.

Escrito en ESPECIALIDADES el

La salud mental es un tema de preocupación frecuente ante la pandemia de covid-19, enfermedad causada por el nuevo coronavirus pues cada día, los expertos advierten de las graves consecuencias que genera la actual crisis de salud pública de la cual se exploran aún los efectos sociales, psicológicos y neurocientíficos, sin embargo, víctima de las circunstancias, Ted Robbins, un padre de familia contó su dura historia para The Washington Post, conócela.

Cada día, Ted despierta con una gran cantidad de preguntas que invaden su cabeza, todas relacionadas a un mismo acontecimiento que tiene que ver con la pandemia: el suicidio de su hijo de 16 años.

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Si la pandemia nunca hubiera ocurrido, ¿mi hijo seguiría vivo?

Algunas preguntas del padre de familia son, ¿qué hubiera pasado si no se hubieran cancelado las vacaciones familiares?, ¿qué tal si la escuela no hubiera cerrado sus puertas?, ¿qué hubiera pasado si Cristian hubiera podido apoyarse en sus mejores amigos como en ocasiones anteriores? y ¿qué pasaría si mi hijo siguiera vivo? De todas las anteriores ninguna tiene respuesta y más aún, hay otra que podría compartirse y comprenderse por millones de personas en el mundo: ¿y si la pandemia nunca hubiera sucedido?

Desde que comenzó la pandemia padecimientos como la depresión y la ansiedad aumentaron de maneta alarmante, por ejemplo, en Estados Unidos las encuestas revelaron que al menos 40% de los habitantes enfrentan un problema de salud mental o relacionado con drogas y de este porcentaje, el grupo de adultos jóvenes son los más afectados.

Además de lo anterior los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) han advertido que una encuesta reciente encontró que uno de cada cuatro jóvenes estadounidenses ha pensado en el suicidio en los últimos 30 días y en el condado de Pima en Arizona, las autoridades ya han enviado dos boletines de salud para alertar a médicos y hospitales del crecimiento en los suicidios.

En ese sentido, la muerte de Cristian ha hecho que Robbins se convierta en un consejero para otros padres de familia y compañeros de clase de su hijo quienes se acercan a él para pedir un consejo o contarle las maneras en que han luchado contra ideas suicidas.

Durante meses, el padre de familia ayudó a su hijo a "mantener a raya" los pensamientos suicidas y el trastorno bipolar. Luego vino la pandemia y Cristian se suicidó. Robbins recuerda cómo escuchaba a Cristian hablar y reír con sus hermanos, mientas monitoreaba los constantes cambios en su estado de ánimo.

"Jugaban juntos, veían películas, hablaban durante largos viajes. Todas las noche envolvía a mi hijo en un fuerte abrazo de oso y le decía: te amo".

Debido al nuevo coronavirus, Christian ya no podía salir todos los fines de semana con sus tres mejores amigos, quienes lo habían ayudado a superar episodios de depresión anteriores y su padre quiso pensar que todo estaría bien:

“Recuerdo que pensé para mí mismo ese viernes antes de que se quitara la vida: 'Esta situación de covid es mala, pero va a estar bien. Va a estar bien '”

Vidas en constante peligro...

El padre de familia cuenta que recientemente al visitar la tumba de su hijo en Richland, Washington, encontró a dos adolescentes que reconoció en el funeral y una de ellas lloraba pues tenía depresión acompañada de pensamientos suicidas.

La adolescente contó que pese a buscar ayuda en una línea directa para este tipo de crisis, las camas disponibles para el tratamiento estaban ocupadas y eran pocas; solamente 16 y le dijo a Robbins:

“No sabes lo mal que está ahora. Casi todos mis amigos lo han pensado”.
 

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha publicado que el estrés, el miedo y la preocupación son respuestas normales debido a la incertidumbre actual, a lo desconocido, al cambio y a la crisis, por ejemplo, el temor a contraer el virus.

La “nueva normalidad” caracterizada por el trabajo desde casa, distanciamiento físico, desempleo, educación a distancia y la falta de contacto físico pueden afectar la salud mental y por ello es necesario buscar orientación y asistencia adecuadas.

¿Sistemas de salud "débiles"?

Por otro lado, recientemente, The Lancet ha publicado un análisis, realizado por la Academia de Ciencias Médicas del Reino Unido, que analiza la situación de salud mental en la pandemia y la principal conclusión es que las agencias que financian investigación trabajen en una coordinación de alto nivel para garantizar que se afrontan todas las prioridades científicas y habilitar que las necesidades de estos pacientes sean identificadas de manera oportuna y eficaz.

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Finalmente, los sistemas de salud de todos los países en el mundo han sido expuestos ante un nuevo coronavirus del cual aún se conoce poco y que exige la mejora en servicios y disponibilidad en el tratamiento de múltiples factores asociados con la salud y la vida, entre ellos, la tan importante y casi “obviada”, salud mental.

Con información: The Washington Post