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Ritmo musical, clave para superar tartamudez

La hipótesis es que los niños con tartamudeo tienen dificultades con la generación interna del ritmo, una de las claves para hablar con fluidez.

Escrito en FAMILIA el

Un pequeño estudio sugiere que los niños que tartamudean podrían tener dificultades para percibir los ritmos musicales, con lo que se podrían tener algunas pistas sobre los orígenes del problema del habla y crear terapias potenciales. 

En el estudio participaron 17 niños con tartamudeo y otros 17 sin el problema, en donde se encontró que los niños con el trastorno del habla tenían problemas para distinguir entre los patrones de redoble de tambor durante un juego de computadora. 
 
Devin McAuley, profesor de psicología en la Universidad Estatal de Michigan, explicó que la hipótesis es que los niños con tartamudeo tienen dificultades con la generación interna del ritmo, lo cual es importante porque la capacidad de llevar un ritmo es una de las claves de hablar con fluidez
 
Aunque el estudio, indicó, no prueba que los problemas con la percepción del ritmo en realidad  provoque el tartamudeo, sino algo que acompañe al tartamudeo y que sea provocado por algo más central en el cerebro. 
 
Por su parte, Heather Grossman, directora clínica del Instituto Americano del Tartamudeo, en Nueva York, explicó que cuando un niño comienza a tartamudear, el cerebro se organiza adaptándose al hábito, por lo que las diferencias en la percepción del ritmo podrían ser un producto secundario de ese hecho.
 
De acuerdo con el Instituto Nacional de la Sordera y otros Trastornos de la Comunicación, 5 por ciento de los niños tartamudea en algún momento de su vida, generalmente entre los 2 y 5 años. La mayoría supera el problema y sólo 1 por ciento de los adultos se ve afectado por el tartamudeo persistente
 
Anteriormente se creía que el tartamudeo era un problema emocional, pero ahora se sabe que los niños muestran diferencias en la forma en que el cerebro procesa el lenguaje y se cree que la genética tiene un rol importante, ya que el tartamudeo se da en familias, añadió Grossman.
 
La hipótesis se basa en 34 niños de entre 6 y 11 años de edad. Cada niño jugó un juego de computadora en que un tamborilero tocaba un ritmo estándar dos veces, entonces entraba otro tamborilero y tocaba el mismo ritmo o uno distinto. Los participantes debían indicar si el tercer ritmo era igual o diferente que los dos primeros. 
 
Además también tuvieron pruebas de audición, lenguaje y coeficiente intelectual, ninguna explicó las diferencias en la percepción del ritmo (Con información de Medline Plus).