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Niño enfermo fallece en los brazos de Santa Claus

Un niño en fase terminal, recibió el mejor regalo de navidad adelantado

Escrito en FAMILIA el
Para Eric Schmitt-Matzen, de 61 años, de Estados Unidos, trabajar de Santa Claus es una de las cosas que más ama en la vida; sin embargo, su última experiencia le ha causado gran dolor, pues un niño de cinco años murió en sus brazos.

Desde hace nueve años, este Santa Claus acude a los hospitales para llenar a los niños de alegría y risas, y que por un momento olviden su enfermedad.

La risa y rostro de ilusión de los pequeños, es lo que más llena a Eric.

“Todos ellos muestran mucha ilusión”, narra.

Todo empezó por una llamada


Eric había recibido una llamada urgente de una enfermera del hospital local, quien le pedía visitar a un niño que estaba en fase terminal y quien estaba triste por que no llegaría a navidad.

“Hay aquí un niño pequeño que está muy mal. Va a morir dentro de poco. Está preocupado porque piensa que va a echar de menos la Navidad cuando se vaya”, dijo la enfermera.

Al colgar, Eric acudió inmediatamente al hospital.

“Me encontré con sus padres y con más seres queridos. Les pedí que por favor me esperasen fuera de la habitación porque quería parecer feliz y jovial. Y que —en el caso de que me acompañasen— si les entraba ganas de llorar, saliesen rápido porque si no, no podría hacer mi trabajo”, relata.

El reno favorito de Santa


Cuando Eric entró a la habitación y vio al pequeño le dijo “¿Qué es lo que he oído por ahí?, ¿Qué crees que vas a echar de menos la Navidad?”

El niño emocionado al verlo, asintió con la cabeza a lo que Eric respondió “No te preocupes. Los elfos tenían este regalo hecho para ti desde hace mucho tiempo”. Santa le entregó un regalo que habían preparado sus padres.

“Se tumbó, me miró y me dijo: ‘Me han dicho que voy a morir’. Yo le contesté: ‘¿Me podrías hacer un favor? Cuando llegues al cielo, di que eres el elfo número uno de Santa’. ‘¿De verdad que soy tu elfo número uno?’, me preguntó emocionado. Yo le aseguré que sí. Entonces, me preguntó: ‘Santa, ¿puedes ayudarme?’”, recuerda.

Después le dio un fuerte abrazo y en ese momento, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas pues el niño acababa de fallecer.

Eric estaba muy afectado y no dejaba de llorar, lo que dificultó su regreso a casa.

“Tuve que parar varias veces debido porque no podía ver nada, no sabía adónde me dirigía”, confiesa.

Dos semanas fue lo que tardó Eric para reponerse y quitarse de la cabeza los ojos del niño mirándolo.

En un comienzo, pensó en renunciar a su trabajo y dejar de lado su disfraz, pero ahora, está decidido a seguir haciendo de la navidad, una época mágica para los niños.

“Para ser un buen Santa lo importante es tener sentimientos sinceros; tener una buena barba o un buen ‘Ho, ho, ho’ viene luego”, menciona.

(Con información de ABC)