El 50 por ciento de los músicos, a la larga, comienzan a tener problemas de audición, dice un estudio del Observatorio de Prevención Auditiva para los Músicos, en donde se asegura que, de esa cantidad, el 17 por ciento requerirá en algún momento de aparatos para poder escuchar.
Esto no resulta sorprendente para los especialistas, si se toma en cuenta que los músicos están expuestos hasta 100 decibelios en jornadas que pueden ir de dos horas y media hasta ocho, niveles que pueden afectar la audición de los seres humanos.
Músicos de talla internacional y que son referentes para la escena, como Phil Collins, Pete Townshend, Sting o Neil Young en algún momento han reconocido tener padecimientos auditivos por no haber tomado medidas.
Los investigadores confían en que este estudio ayude a crear consciencia entre los músicos y los asistentes a conciertos, tal y como ha hecho el grupo Radiohead, quienes han promocionado el uso de tapones después de que su bajista tuviese problemas de audición.
Entre los principales padecimientos de los músicos a causa de la exposición a volumen alto, son la hiperacusia, que se traduce como la intolerancia a sonidos habituales que se perciben muy altos e incluso dolorosos; los acúfenos, molestos pitidos en los oídos; o la diploacusia, que distorsiona la frecuencia del sonido, percibiendo un mismo tono de forma diferente en cada oído.
A pesar de haber estrategias para evitar este problema, sólo uno de cada cuatro músicos toma medidas como tapones en los oídos.
“Los avances tecnológicos en esta área de la audiología han permitido crear protecciones muy sofisticadas que atenúan aquellos sonidos que puedan ser agresivos para nuestros oídos y a la vez permitir una audición nítida del resto de frecuencias”, señaló Mery Reina, especialista en protección auditiva de GAES. (Con información de El Mundo)