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Encuentran más detalles sobre J. Holmes

Cada vez hay más detalles sobre la salud mental del supuesto autor de la matanza en el cine de Colorado, en el filme “Batman”.

Escrito en ESPECIALIDADES el

 De acuerdo con distintos informes, cada vez se sabe un poco más sobre la salud mental de James Holmes, el supuesto autor de la matanza del cine en Colorado, donde 12 personas perecieron.

Los detalles son más día con día, se informó que el sospechoso estaba siendo tratado por un psiquiatra en la universidad donde estudiaba, ttambién se dijo que el individuo, de 24 años, había enviado a la universidad un cuaderno con apuntes donde describía su plan con gran detalle.

Los hechos han abierto una vez más el debate de si este tipo de actos son producto de un cerebro enfermo, o se trata de un hombre malvado que debe ser responsable por sus acciones y, por consiguiente, castigado por ellas.

Neurociencia y cerebro

Hace cientos de años se consideraba que la locura y las conductas insanas eran resultado de una posesión del demonio y por lo tanto la única cura posible era el exorcismo.

Pero en las últimas décadas, gracias a los avances en la neurociencia y a que ahora es posible "observar" con escáneres el funcionamiento cerebral, los científicos han sido capaces de demostrar lo que ocurre en el cerebro de los seres violentos, sociópatas y psicópatas.

Ahora se sabe, por ejemplo, que los psicópatas presentan anormalidades en las regiones cerebrales asociadas al procesamiento de las emociones y las intenciones.

En un estudio reciente, publicado en Archives of General Psychiatry, el doctor Nigel Blackwood, del Instituto de Psiquiatría del King's College de Londres, sometió a escáneres cerebrales a unos 70 adultos varones acusados de crímenes violentos.

Algunos habían sido diagnosticados con trastorno de la personalidad antisocial, también llamado sociopatía, y otros tenían ese trastorno y además mostraban además psicopatía.

Encontró que los que tenían psicopatía mostraban volúmenes "significativamente más reducidos" de materia gris en la corteza prefrontal que los sociópatas y los adultos sanos.

"El daño en estas áreas está vinculado con una dificultad para empatizar con otras personas, una pobre respuesta al miedo y la angustia y una falta de emociones de autoconciencia, como culpabilidad o vergüenza", explicó el científico.

"Poder identificar y diagnosticar a este subgrupo de individuos violentos con escáneres cerebrales tiene implicaciones importantes para el tratamiento", agregó.

Pero cuando se ven las acciones de estos individuos, como podría ser el caso de James Holmes, no todos están convencidos del argumento de "mi cerebro me hizo hacerlo".

Para algunos expertos, estos individuos están fingiendo una psicopatía para ser liberados de sus obligaciones y mitigar su responsabilidad criminal.

Y hasta ahora, el chico presenta 142 cargos:

  • 12 por homicidio en primer grado.
  • 12 por homicidio con extrema indiferencia.
  • 116 por intento de homicidio.
  • 1 por posesión de explosivos.
  • 1 por violencia.

Según el criminólogo, clasificar a Holmes como enfermo mental será liberarlo de su responsabilidad y además, agrega, "es la explicación más fácil en este caso".

"La sociedad ante este tipo de transgresiones terribles suele tener tendencias a decir que el perpetrador es un loco y un demente, porque de otra forma no se explica por qué lo hizo".

Estas fallas del sistema, dice Magaz, se explican cuando el sospechoso proviene de un mundo marginal, de una familia desestructurada, o es un adicto compulsivo a drogas u otras sustancias.

Pero por lo que se sabe hasta ahora éste no parece ser el caso con Holmes.

Según el criminólogo la hipótesis de que una mala función cerebral lo llevó a hacerlo puede ser posible y cierta, pero es la teoría que frente a los códigos penales se presenta como un atenuante que mitigará su pena.

"Esto beneficia al reo. Si este individuo es considerado enfermo mental y si el acto fue producto de que su cerebro no funcionaba bien, su pena será menor".

"Además, en Colorado evitaría la pena capital y no sería internado en una prisión convencional sino en un centro psiquiátrico".

"Y esto conllevaría a una segunda victimización de las víctimas, es decir, sería un doble sufrimiento tanto para los heridos como los familiares", expresa Ricargo Magaz. (Fuente: BBC)