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Dejar de fumar no cuesta nada

Abandonar el tabaquismo, reduce el riesgo de ataques cardíacos y de muerte al mismo nivel de los no fumadores.

Escrito en ESPECIALIDADES el

Si dejaste de fumar, el riesgo de sufrir un ataque cardiaco es de igual manera como si nunca lo hubieras echo. Según el estudio CONFIRM, que se ha presentado durante el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología que se celebra en Ámsterdam (Holanda), pero aún así  todas aquellas personas siguen teniendo un importante riesgo de enfermedad arterial, a pesar de haber dejado de fumar.

Muchos estudios que se han realizado han identificado que dejar de fumar puede reducir el riesgo de ataque cardíaco y muerte, pero la relación de dicho efecto saludable sobre la presencia y gravedad de la enfermedad arterial coronaria es de baja probabilidad.

El estudio CONFIRM es un registro de un total de 13.372 pacientes procedentes de 9 países en Europa, Norteamérica y Asia del Este, que ha examinado, examinó el riesgo de eventos cardiacos adversos mayores en 2.853 los fumadores activos, 3.175 ex fumadores y 7.344 no fumadores.

Técnica de imagen

Esta prueba arrojo resultados en donde los  fumadores activos así como los exfumadores tenían una mayor prevalencia de arterias coronarias gravemente bloqueadas en comparación con los no fumadores. Esto se pudo determinar gracias a la angiografía coronaria mediante tomografía, una técnica de imagen no invasiva que permite la visualización directa de las arterias coronarias.

De esta manera se puedo observar que los fumadores activos y los exfumadores seguían siendo propensos a contraer más enfermedades respiratorias. Dejar de fumar no reduce el riesgo de enfermedades en las arterias coronarias, pero sí el de sufrir un ataque cardiaco y muerte a los niveles de los no fumadores.

Efectos a largo plazo

Dejar de fumar no garantiza la desaparición de las obstrucciones coronarias, pero sí que se reduce el riesgo de ataque cardiaco y muerte. Aunque todavía quedan numerosos interrogantes que requerirán más estudios; por ejemplo: si la obstrucción de las arterias observadas en pacientes que han dejado de fumar provocan efectos adversos después de 2 años; además, si la duración del hábito de fumar o el número de cigarrillos fumados por día afecta a la severidad o el pronóstico de la enfermedad arterial. Pero de todos modos a pesar de los estudios realizados se llega a la conclusión de que nunca es demasiado tarde para dejar de fumar. (Con información de abc.es)