Apenas unas pocas horas después de haber nacido, los seres humanos son capaces de distinguir entre los sonidos que corresponden a la lengua que habla su madre y los sonidos que provienen de una lengua diferente. Así lo concluye un estudio de la Universidad de Washington, publicado en la revista médica sueco-estadunidense Acta Pediátrica.
El estudio incluyó observaciones y ejercicios con 40 niños y niñas que tenían alrededor de 30 horas de nacidos. Los infantes fueron estudiados en hospitales de Estocolmo, Suecia, y de Tacoma, en Estados Unidos. En el área de enfermería los niños fueron expuestos a sonidos de vocales pronunciados en el idioma de su madre y en otros idiomas y se observaron sus reacciones.
Su interés por los sonidos fue medido a través de la manera como succionaban un chupete o chupón que fue conectado a un equipo de medición de la reacción de los bebés a los sonidos. Mayor o menor succión para sonidos desconocidos o familiares es evidencia de aprendizaje, ya que indica que los bebés pueden distinguir entre los sonidos escuchados en el útero.
En ambos países, los bebés recién nacidos succionan con más fuerza y más tiempo cuando escuchan una lengua extranjera, mientras que relajan la succión al escuchar su lengua nativa.
Los resultados apoyan la idea de que los bebés comienzan a absorber el lenguaje desde que están en el vientre materno, mucho antes del parto.
De acuerdo a lo que se conoce hasta ahora, los mecanismos cerebrales relacionados con el sentido del oído comienzan a formarse alrededor de los 30 días de gestación. El nuevo estudio muestra que los bebés que todavía no han nacido estarían en posibilidad de escuchar el sonido de la voz de sus madres durante las últimas 10 semanas de embarazo y, al nacer, pueden identificar algunos sonidos de voz que habían escuchado.
“La voz de las madres juega un papel muy influyente en la primera etapa de formación del cerebro del bebé. Los sonidos de las vocales, pronunciados por la madre, son las primeras unidades de sonido que el feto empieza a distinguir y aparentemente se queda adherido a ellas con un registro claro”, explicó en el artículo la investigadora Patricia Kuhl, directora del Instituto para las Ciencias Cerebrales y de Aprendizaje, en la Universidad de Washington.
Los investigadores dicen que los bebés aprenden mejor, y descubrir cómo absorben información podría dar ideas sobre el aprendizaje permanente. “Queremos saber qué magia ponen a trabajar en la primera infancia que siendo adultos no pueden”, dijo Kuhl. No podemos perder esa curiosidad temprana.
Hace algunos años, los investigadores habían demostrado que los niños y niñas de un mes de nacidos pueden distinguir entre su lenguaje nativo y un lenguaje extraño o extranjero, pero esos datos no eran suficientes para afirmar que hubiera algún aprendizaje In utero. Este estudio, realizado pocas horas después del parto, refuerza la idea del desarrollo del lenguaje aun antes del parto.
“Este es el primer estudio que muestra actividad de aprendizaje por parte del feto, específicamente sobre la tarea de distinguir entre sonidos articulados”, afirmó Christine Moon, autora principal del estudio y profesora de psicología en la Universidad Lutherana del Pacífico, en Washington.