El anestesiólogo es el gran responsable de hacer que las personas perdamos el miedo momentos antes de una operación quirúrgica, sea esta pequeña o grande, no obstante esto, es el especialista menos considerado por los pacientes, afirmó a SUMEDICO el doctor Manuel Caamal Castro, médico certificado por el Consejo Mexicano de Medicina Crítica.
La poca relación entre el anestesiólogo y el paciente, refirió el doctor Caamal, es una cuestión cultural pues generalmente este último se dirige de manera cotidiana con el médico que lo ha atendido durante el diagnóstico y tratamiento de la operación que haga meritoria la operación.
Sin embargo, puntualizó, los pocos momentos que el paciente interactúa con el anestesiólogo son vitales, pues este le hará preguntas claves respecto a si padece algún tipo de enfermedades, a qué sustancias es alérgico, los tipos de fármacos que ha tomado en las últimas horas, checará su edad y peso, así como se encargará de corroborar que no haya comido ni bebido agua, que se mantenga en ayunas, para evitar situaciones que puedan poner en riesgo el éxito de la operación, como un reflujo, por ejemplo.
Pero además, subrayó el especialista adscrito al ISSSTE, el anestesiólogo podrá percibir el estado emocional del paciente y si lo ve demasiado nervioso o incluso angustiado, puede proceder a aplicarle un sedante previo que le ayude a relajarse antes del procedimiento.
Otros aspectos que deberá contemplar son el tipo de intervención quirúrgica de que se trate; la parte del cuerpo intervenida y el tiempo de duración de la intervención.
Hizo hincapié en que, precisamente por todos los elementos químicos, físicos e incluso emocionales que se deben atender durante la anestesia, que las autoridades médicas son cada vez más exigentes en la especialización de los anestesistas.
Precisó que en la anestesia general se utilizan fármacos especializados como morfina, opioides, alcaloides, los cuales incluso se pueden combinar para:
- Reducirle la ansiedad
- Mantener dormido al paciente
- Minimizar el dolor durante y después de la operación
- Relajar los músculos y así el paciente permanezca inmóvil
- Impedir que recuerde lo sucedido durante la intervención.
(*)Manuel Caamal Castro, integrante de la Sociedad Médica del Hospital Adolfo López Mateos del ISSSTE. Certificado por el Consejo Mexicano de Anestesiología