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"Primero tuve un bulto en el cuello y luego fue comezón en las piernas"

Nayeli presentó síntomas de linfoma y los relacionó con situaciones diferentes a la enfermedad; debido al desabasto, hoy es atendida con un medicamento que no es el que necesita.

Escrito en ESPECIALIDADES el

Cuando Nayeli empezó a sudar en la noche, lo atribuyó a que no dormía con ventilador y las temperaturas eran altas. Jamás imaginó que tendría este tipo de cáncer que comienza en las células de nuestro sistema linfático ni que su transpiración fuera uno de los síntomas tempranos de linfoma.

Sus signos eran varios, pero la atribución que ella le daba era a otros factores, como la ropa que usaba o la temperatura del agua de la regadera. Hoy, en el día mundial del linfoma, conmemorado el 15 de septiembre, nos cuenta su historia… y pide a la gente ser más empática con los afectados por este problema de salud.

“Por el linfoma tenía bultos en el cuello... uno de ellos no me dejaba dormir”

Nayeli no sabe con exactitud desde cuando tiene linfoma y destaca que su médico tampoco, pero relata que ella se estaba atendiendo en noviembre de unos bultos que le salieron en el cuello y que su diagnóstico de linfoma se dio el 1 de marzo del 2021.

“Tenía un bulto y ya me estaba atendiendo desde finales de noviembre. Presentaba un ganglio agrandado de 4 x 6 centímetros en el lado derecho del cuello. No me incomodaba, pero me di cuenta de que lo tenía después de hacer ejercicio. Tenía uno que sí me molestaba, pero se encontraba del lado izquierdo, cerca de la clavícula. Después empezaron a crecer y ya no me dejaban dormir”, revela para SuMédico.

En su caso, el primer síntoma de linfoma que presentó fue mucha comezón en las piernas y las extremidades, luego comenzó a perder peso y después empezó a sudar en las noches.

“Como yo no dormía con ventilador porque no me gustaba, pensé que era porque tenía calor. Jamás imaginé que fuera esto. Empecé a prenderlo, pero seguí sudando. Ya no se me hizo normal”, explica.

Linfoma: padecimiento que se origina en el sistema encargado de protegernos

Esos tres signos son indicadores de un linfoma, resalta el doctor y especialista en Hematología egresado del Hospital General de México, Francisco Zazueta, quien agrega para SuMédico que se trata de una afección originada en el sistema inmunológico.

“La palabra “linfoma” engloba por lo menos 80 entidades diferentes, pero el origen es el mismo: nuestro sistema inmune. Lo que sucede es que una célula que normalmente se encarga de protegernos, adquiere alguna mutación o algún trastorno que la hace proclive a comportarse de forma maligna”, expone el médico certificado por el Consejo Mexicano de Hematología.

En sus palabras, el sistema linfático incluye diversos órganos, pero los más importantes son:

+ médula ósea

+ timo (pequeña glándula que desempeña un papel importante en el desarrollo y la maduración)

+ ganglios linfáticos

+ bazo

+ tejido linfoide asociado a mucosas (principalmente encontrado en el tracto digestivo)

El doctor explica que en la mayor parte de los pacientes con linfoma no existe un factor de riesgo o alguna situación precipitante que los especialistas puedan identificar, sino que simplemente la célula muta y eso la hace comportarse de manera perjudicial.

“Sin embargo, sí hay un pequeño porcentaje de pacientes, que yo calculo que son aproximadamente del 15 al 20%, que tienen algún padecimiento asociado y que esto les incrementa el riesgo de padecer linfoma. ¿Como cuáles?: infecciones crónicas, estado de inmunodepresión, enfermedades autoinmunes como el lupus, infecciones como Hepatitis B o C, VIH… esto no quiere decir que todos desarrollarán linfomas, pero sí tienen un mayor riesgo”, detalla.

Linfoma, una enfermedad con una “buena historia”

El doctor Zazueta indica que a nivel mundial, el linfoma tiene una historia de éxito, debido a que los tratamientos en los últimos 20 años han avanzado mucho.

“Afortunadamente, en México contamos con los tratamientos necesarios, pero hace falta hacer más reuniones para que los médicos de primer nivel y las personas puedan saber más sobre esta afección y en qué momento buscar atención especializada”, menciona el experto.

La incidencia del linfoma es variable, pero el doctor menciona que se tiene un estimado en nuestro país de:

+ linfoma de Hodgkin: 2 casos por cada 100 mil habitantes

+ linfoma no Hodgkin: 3 a 5 casos por cada 100 mil personas

La American Cancer Society apunta que la posibilidad de que una persona tenga linfoma no Hodgkin es de 1 en 41, aproximadamente, y señala que en Estados Unidos, cerca de 81 mil 560 personas van a ser diagnosticadas con este tipo de cáncer y 20 mil 720, aproximadamente, perderán la vida debido a él.

Por su parte, el Journal of Hematology & Oncology resalta que solo en 2018 ocurrieron 79 mil 990 casos nuevos y 26 mil 167 decesos en todo el planeta debido al linfoma de Hodgkin.

Dos tipos de cuidado:

Existen dos tipos de linfoma y ambos son frecuentes: de Hodgkin y no Hodgkin. Mayo Clinic informa que el primero (de Hodgkin) puede afectar a personas de cualquier edad, pero que es más frecuente en individuos de entre 20 y 40 años y en personas mayores de 55.

En este tipo de linfoma, explica la clínica, las células del sistema linfático crecen de una manera que no es normal y pueden diseminarse más allá.

Los síntomas del linfoma de Hodgkin son:

+ Pérdida de peso

+ sudoración excesiva

+ fiebre

+ fatiga persistente

+ inflamación indolora de los ganglios linfáticos en ingle, axilas o cuello

En el caso de Nayeli, ella padece el linfoma de Hodgkin.

Por otra parte, el linfoma no Hodgkin afecta nuestros linfocitos (glóbulos blancos que se encargan de combatir las enfermedades). Debido a este tipo de cáncer, los glóbulos blancos empiezan a multiplicarse sin control, pierden sus propiedades de pelea contra los padecimientos y los afectados se vuelven más propensos a problemas de salud.

El National Health Service de Reino Unido menciona que no se conoce la causa exacta del linfoma no Hodgkin, pero el riesgo de las personas se incrementa si:

+ toma medicamentos inmunosupresores

+ Tiene alguna enfermedad que debilita su sistema inmune

+ ha estado expuesto a un virus llamado “Epstein-Barr”, que provoca fiebre glandular, una condición que causa agotamiento, hinchazón en el cuello, temperatura muy alta, calor y escalofríos, dolor severo de garganta.

“Vivir con linfoma me ha dificultado la vida”

Si alguna vez te has bañado con agua muy caliente, habrás sentido piquetitos en partes del cuerpo. Cuando se presentó la comezón en sus piernas y extremidades, Nayeli pensó que era porque el agua que salía de su regadera tenía una temperatura muy alta o porque usaba mucha mezclilla. “Me daba bastante comezón”, recuerda. No obstante, sus molestias también se trasladaron al plano laboral y afectaron sus ingresos.

“Vivir con linfoma me ha dificultado el trabajo porque solo me pagan el 60%, entonces trato de laborar en otras cosas, pero obviamente no es la misma remuneración. Nada más puedo trabajar una semana sí y otra no debido a que en la semana de la quimioterapia no puedo hacer nada”, comenta.

En un trabajo se encuentra asegurada y no le han dicho nada por el linfoma, solo que cuando le quiten la baja por incapacidad (cuando se recupere de su enfermedad), podrá volver a percibir lo que ganaba antes. Pero ella no sabe si pasará o no, porque lleva más de 5 meses con el linfoma y los tratamientos.

Por otro lado, en su trabajo le dijeron que si quería que le dieran el seguro, tenían que modificarle el salario: le darían menos porque en palabras de sus empleadores, el seguro de los trabajadores es muy caro. “De lo que percibía antes, me bajaron de lo del seguro y ahora lo que me llega de ingreso con la incapacidad es mínimo”, lamenta.

¿Cómo se trata el linfoma de Hodgkin?

El portal Children with Cancer UK menciona que el principal tratamiento para el linfoma de Hodgkin es la quimioterapia y que a veces también se necesita una radioterapia. En caso de que el cáncer no se haya movido o diseminado más allá de su ubicación original, se puede usar nada más radioterapia, después de la cirugía para quitar los ganglios linfáticos dañados.

Para Nayeli,  la adquisición de medicamentos ha sido un problema. De los 4 que ella necesita, solo le ha llegado 1 y su doctor de cabecera debe administrarle uno distinto para el otro tipo de linfoma debido a que no hay medicinas.

“Me administra el del otro linfoma y también me pone otros medicamentos que no son del esquema que yo debería recibir. Es irme cambiando los medicamentos dependiendo cuales haya, pero de eso a nada…”, concluye.