El primer paso para dejar de fumar ya lo has dado: ¡Estás leyendo este artículo!
¿Te sientes cansado? ¿Te cuesta respirar? ¿Te agota decir una frase con muchas palabras de un solo golpe? ¿Cuando te dicen la palabra “golpe” piensas en un cigarrillo? ¿Te cansas nada más al subir los dos escalones del camión? ¿Te dan ataques de tos sin estar enfermo? Si has contestado afirmativamente a por lo menos dos preguntas, parece que debes comenzar a pensar en dejar del cigarro.
Una de las primeras cosas que debes hacer es preguntarte por qué fumas. Si respondes: “Porque me gusta”, está bien, el tabaco tiene su chiste y su sabor, pero en grandes cantidades, y aún sin ser así, pero a la larga, puede perjudicarte. Sin embargo, si no sabes cuál es la razón e tu vicio, tienes un problema.
Muchas personas pagan terapias costosísimas sin darse cuenta de que es muy sencillo dejar de fumar si tenemos un poco de buena voluntad.
Prepara el terreno:
- Fija una fecha en la que dejarás de fumar.
- Cambia tu medio ambiente: deshazte de los cigarrillos, encendedores, cerillos y ceniceros de tu casa, tu oficina y tu auto.
- No permitas que la gente fume en tu casa.
Busca cómplices:
- Habla con tu familia y amistades, y explícales lo importante que es para ti dejar de fumar.
- Habla con tu médico, es importante ya que experimentarás ciertos cambios en tu organismo y él puede orientarte.
- Busca algún programa de grupo o vía telefónica, hay hospitales que cuentan con programas de apoyo para fumadores.
Modifica tu rutina:
- Cuando sientas necesidad de fumar trata de entretenerte con algo.
- Reduce la tensión emocional bebiendo tés o escuchando música suave.
- Evita sitios en donde se puede fumar y en donde acostumbrabas hacerlo.
- Bebe mucha agua y consigue verduras que puedas morder para entretener la boca.
- No bebas licor, ya que reduce tu fuerza de voluntad.
- Haz mucho ejercicio y, en general, piensa que estás haciendo algo por tu bien.
Recaídas
Si llegas a fumar no te sientas mal. Dejar el cigarrillo es sumamente difícil, pero tampoco tomes como pretexto la recaída para volver a hacerlo regularmente.
Finalmente, si vuelves a fumar, piensa por qué lo hiciste e inténtalo de nuevo.
(Con información de Center of Young Women’s Health)