Médicos del Hospital Mount Sinaí, en Nueva York, acaban de lograr con éxito el primer trasplante de tráquea en Estados Unidos.
Se trata de un procedimiento que ya se había intentado años antes en la nación de las “barras y las estrellas”, pero que no había tenido un buen resultado… hasta ahora.
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Trasplante de tráquea: una oportunidad para respirar libremente
Sonia Sein tuvo problemas para respirar durante seis años. Se había sometido a extensos tratamientos para el cáncer que le afectaron gravemente la tráquea y no se tenían buenos antecedentes de un trasplante de tráquea.
En 2013 Hannah Warren, que había nacido sin tráquea, se había convertido en la primera persona en recibir un trasplante de un órgano sintético en Estados Unidos y en la más joven del planeta en someterse a este tipo de operación, pero de acuerdo con EFE, perdió la vida. Dicho medio apunta que las complicaciones derivadas de este trasplante de tráquea, que buscaba resolver los problemas de cicatrización del esófago, provocaron su deceso.
EFE informa que en esa ocasión la muerte no estuvo relacionada con la operación en sí, pues esta no había provocado rechazo, sino que se debió por otro problema en el esófago, que había obligado a que la menor tuviera que ser operada por segunda ocasión.
En el caso de Sein, todo empezó en 2014 cuando los doctores le pusieron un tubo en la garganta con la finalidad de ayudarla a respirar durante un ataque severo de asma. Dicha intervención le salvó la vida, pero le afectó la tráquea.
La tráquea, explica el Instituto Nacional del Cáncer, es la vía respiratoria que va desde la laringe hasta los bronquios, que son las vías respiratorias grandes que llegan hasta nuestros pulmones.
Sein se hizo muchas operaciones para componer su problema de tráquea, pero las cirugías no la ayudaron y la dejaron con un constante riesgo de asfixia.
El coronavirus también es un problema y el Hospital Mount Sinaí detalla en su sitio web que con la aparición de la covid-19, la necesidad de un trasplante de tráquea se ha vuelto más crítica, pues más de 365 días después del inicio de la emergencia sanitaria, se ha presentado un incremento muy marcado en el número de personas que tienen daño severo de intubación por el uso prolongado de ventiladores.
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Sein tenía miedo de irse a dormir y no volver a despertar, pero este hospital menciona que ahora, esta mujer neoyorquina de 56 años, posee una tráquea que funciona bien y no ha experimentado rechazo de órganos ni complicaciones.
“La señora Sein puede respirar por sí misma y ya no corre el peligro ni el riesgo de asfixia por el padecimiento progresivo de las vías respiratorias”, concluye este hospital.
(Con información de EFE, NPR, Times Union, Mount Sinai)