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OMS reconoce Síndrome de Burnout como enfermedad

Debe diferenciarse de la depresión clínica.

Escrito en VIDA SANA el

La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha reconocido al Síndrome de Burnout asociado con agotamiento mental, físico y emocional generado por el trabajo como una enfermedad mental.

Al respecto, la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que el Síndrome de Burnout aparece en la literatura mundial desde mediados de los años 70,s.

Este síndrome se refiere de forma exclusiva a la actitud en el desempeño laboral y que debe ser diferenciado de la depresión clínica.

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Síndrome de Burnout

En ese sentido, el diagnóstico del Síndrome de Burnout se llevará a cabo a partir del año 2022.

El término “Burnout” que también hace referencia al agotamiento laboral o “quemarse”, se incluyó en la Clasificación Internacional de Enfermedades, lo cual permitirá que los especialistas puedan tratar los síntomas; el síndrome no es una condición médica.

Derivado de condiciones de estrés dentro del lugar de trabajo, el síndrome puede identificarse conforme tres características principales según la OMS:

  1. Sentido de agotamiento o debilidad.
  2. Aumento en el aislamiento y sentimientos negativos relativos al trabajo.
  3. Baja efectividad profesional

¿Profesión? La UNAM también refiere que el síndrome se presenta con mayor frecuencia en ambientes con carga excesiva de trabajo, por ejemplo médicos, trabajadores sociales, enfermeras y personal de salud en general.

Los efectos del estrés en exceso, deteriora el entorno laboral y puede generar conflictos con la familia o con los compañeros de trabajo.

Además del Síndrome de Burnout, la OMS incluyó en su nueva lista de Clasificación Internacional de Enfermedades algunas que se relacionan con la sexualidad y también se reconoció la adicción a los videojuegos.

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El síndrome se presenta con mayor frecuencia en gente joven (entre los 30 y 40
años) o menores y se atribuye a impericia laboral.

Finalmente, entre las características individuales que incrementan el riesgo de desarrollar este síndrome, están: personalidad pasiva o rígida, baja autoestima, personas con dificultad de adaptación al entorno y altas expectativas de desarrollo.