¿Están relacionados olfato y memoria? De acuerdo con un estudio publicado en el journal Alzheimer's and Dementia sí, ya que el empeoramiento de la función multisensorial, incluso los que son a niveles leves, están asociados con un envejecimiento cognitivo acelerado.
Olfato y memoria: cuando el deterioro de los sentidos afecta la salud mental
Para llegar a sus conclusiones, los investigadores estudiaron a 1794 adultos de 70 a 79 años que cuando se inscribieron no tenían demencia. A ellos se les realizó un seguimiento de hasta diez años en el Estudio de salud, envejecimiento y composición corporal.
“La puntuación de la función multisensorial (0 a 12 puntos) se basó en cuartiles de muestra de visión, audición, olfato y tacto medidos objetivamente, sumados en general. El riesgo de incidencia de demencia y deterioro cognitivo (medido por dos pruebas cognitivas) asociado con la puntuación se evaluó en modelos de regresión ajustados por condiciones demográficas y de salud”, explican los autores del estudio.
¿Cuál fue su conclusión? Que un deterioro en el olfato podría ser una señal de demencia.
“El empeoramiento de la función multisensorial, incluso a niveles leves, se asoció con un envejecimiento cognitivo acelerado”, concluyeron los investigadores sobre la relación entre olfato y memoria.
Cabe recalcar que la relación entre olfato y memoria ya se había estudiado antes. Una investigación publicada en Biosensors explica que la disfunción olfativa ocurre dentro de las etapas iniciales del proceso de la enfermedad de enfermedad Alzheimer (EA) donde el paciente muestra deterioro cognitivo leve (DCL).
Por su parte, el Investigador y Psiquiatra de la Universidad de Melbourne, Alex Bahar-Fuchs, y la becaria postdoctoral de la Unidad Académica de Psiquiatría de la Vejez en dicha universidad, Anna Wolf, detallan que tener un sentido del olfato deteriorado puede ser un predictor de deterioro cognitivo, pues se ha estimado que los adultos mayores que tienen dificultades para identificar los olores tienen el doble de probabilidades de desarrollar demencia en cinco años a comparación de aquellos que no tienen una pérdida significativa del olfato.