Así como tenemos que cuidar lo que los menores ingieren para evitar el sobrepeso y la obesidad, también es necesario proteger sus oídos de los sonidos fuertes, ya que pueden perder la audición.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 466 millones de personas en todo el mundo padecen pérdida de audición discapacitante, de las cuales 34 millones son niños. Además, calcula que, en 2050, más de 900 millones de personas sufrirá una pérdida de audición discapacitante.
Hay que cuidarlos.
Y es que la exposición a ruidos intensos y la aparición de infecciones respiratorias de repetición pueden ocasionar este mal en niños, señaló la especialista en audiología, foniatría y otoneurología, Jimena Atuán Rodas.
La médico indicó que la pérdida auditiva o hipoacusia puede presentarse durante la vida, pero tiene mayores consecuencias en la infancia pues interfiere en el desarrollo del lenguaje y explicó que con el padecimiento -que se presenta en distintos grados- en ocasiones los niños pueden percibir sonidos de entre 21 y 40 decibeles, como el cantar de los pájaros, o de 80 y 90, a través de vibraciones sonoras.
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¿A qué se debe la sordera?
MedlinePlus indica que algunas causas de la sordera son antecedentes familiares, enfermedades como infecciones de oído y la meningitis, traumas, algunos medicamentos, exposición por largos ratos a sonidos o ruidos fuertes y otros que no se pueden evitar como el envejecimiento.
Por su parte, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) precisan que hay cuatro niveles de pérdida auditiva:
+ conductiva: ocurre cuando existe un bloqueo para que el sonido pase del oído externo al medio
+ neurosensorial: se da cuando hay una alteración en el funcionamiento del oído interno o el nervio auditivo
+ mixta: pérdida auditiva conductiva y neurosensorial
+ Trastorno del espectro neuropatía auditiva: ocurre cuando el sonido entra de manera normal al oído, pero debido a la presencia de daños en el oído interno o el nervio auditivo, el sonido no puede ser procesado de manera que el cerebro lo pueda interpretar
Atuán Rodas señaló que antes de determinar la causa de la pérdida se debe diferenciar si fue antes o después de desarrollar el lenguaje, y que "dentro de las hipoacusias prelinguales las causas congénitas son las más frecuentes".
Otros factores, agregó la especialista, son las infecciones en las vías aéreas de repetición, que afecta la movilidad de la cadena articular por la presencia de moco, y la exposición a ruidos intensos que ocasionaría un trauma acústico.
"Son pacientes en quienes su vía auditiva está en desarrollo, sus células del oído están realmente nuevas. Por lo que la exposición a cualquier ruido muy intenso puede ser causante de una pérdida", dijo.
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¿Cómo puedo saber si mi hijo padece una afección en sus oídos?
Si el pequeño o la pequeña todavía no pueden hablar para decir "me duele mi oreja", el National Institute on Deafness and Other Communication Disorders menciona que puedes buscar los siguientes signos:
+ Se lleva la mano a la oreja (o las orejas) y las jala
+ Está molesto y llora
+ No puede dormir
+ Tiene fiebre
+ Le sale un líquido del oído
+ Se mueve torpemente o tiene problemas de equilibrio y tiene problemas al escuchar o responder a tonos suaves.
Si el menor presenta alguno de estos comportamientos, llévalo al médico para que determinen la causa y la mejor manera de tratarlo.
Con información de Notimex, OMS, MedlinePlus, National Institute on Deafness and Other Communication Disorders