Es normal sufrir algunos cambios en las manos y los pies cuando nos exponemos a bajas temperaturas, principalmente enfriamiento y entumecimiento, pero lo que no es normal es que los dedos cambien de color con el frío o hasta con el estrés, adquiriendo una tonalidad amarilla o morada. En esos casos, podría tratarse del síndrome de Raynaud.
Este problema de circulación sanguínea a veces llega a causar dolor y suele ser más frecuente en las mujeres mayores de 30 años. Conoce cómo identificarlo, sus causas, consecuencias y tratamientos.
¿Por qué los dedos cambian de color con el frío y el estrés?
Notar que los dedos cambian de color con el frío y el estrés no es normal y al respecto, la Fundación Española de Reumatología explica que este síntoma suele relacionarse con el síndrome de Raynaud, un problema que puede llegar a causar mucha sensibilidad a los pequeños cambios de temperatura, produciendo incluso efectos al entrar a una habitación con mucho aire acondicionado.
Reconocer este síndrome puede ser relativamente sencillo y la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU., señala que afecta principalmente los dedos de las manos y los pies, provocando un estrechamiento de los vasos sanguíneos cuando la persona siente frío o estrés.
Como en las manos y pies los vasos son muy pequeños, el cierre de los mismos hace muy difícil la llegada de la sangre y como consecuencia, los dedos cambian de color y adquieren una tonalidad, amarilla, blanca, morada o azul. En casos severos, la pérdida de flujo sanguíneo puede causar llagas o muerte de los tejidos.
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Cuando el flujo de la sangre vuelve a la normalidad, la piel suele ponerse roja y la persona tiene una sensación de palpitación y hormigueo en los dedos.
Sin embargo, no solo los dedos de las manos y pies se ven afectados, pues “en ocasiones puede afectar a otras zonas como los labios, la nariz, y las orejas”, advierte la Fundación Española de Reumatología.
Los factores que lo desencadenan son los cambios de temperatura, especialmente el frío, así como las situaciones de estrés y emocionales.
Afortunadamente, en la mayoría de los casos el problema es reversible y la falta de circulación sanguínea no deja consecuencias graves ni daños en el tejido. Sin embargo, es importante aprender a reconocerlo y no confundirlo con otros problemas como la trombosis o la vasculitits, que esos si son irreversibles.
Las mujeres mayores de 30 años pueden padecerlo con mayor frecuencia, pues se estima que afecta al 5% de ellas y al 3% de los hombres.
Existen dos tipos de síndrome de Raynaud y cada uno es causado por diferentes factores:
1. Primario: Se trata de un síndrome benigno común en las mujeres jóvenes, normalmente no provoca lesiones graves.
2. Secundario: Puede ser causado por accidentes o lesiones en los dedos y por el consumo de ciertas drogas y fármacos, así como por efecto secundario de enfermedades reumáticas del tejido conectivo, como la esclerodermia, el lupus, la artritis reumatopide y el síndrome de Sjögren.
¿Cómo prevenirlo y tratarlo?
Es ideal evitar hábitos que afectan la buena circulación sanguínea, como el tabaquismo y la falta de ejercicio. También se debe limitar la exposición a cambios bruscos de temperatura y aprender técnicas para controlar el estrés.
Se recomienda hidratar muy bien la piel de las manos y los pies y protegerse bien del frío durante el invierno, con ropa adecuada como guantes, botas, calcetas y gorro.
Si sufres de un ataque del síndrome de Raynaud y tus dedos cambian de color repentinamente, puedes hacer lo siguiente:
-Moja tus manos con agua tibia
-Protege inmediatamente las manos y pies con ropa abrigadora
-Evita el estrés y acude al médico si las molestias no mejoran
Si notas que empiezas a desarrollar llagas o ampollas en los dedos, debes tener mucho cuidado de no reventarlas y tener una muy buena higiene de manos para evitar que se infecten. Cuando desaparezcan evita los roces y extrema las medidas de protección y la toma de medicamentos recetados por el médico para evitar que vuelvan a aparecer.
Ya lo sabes, si detectas que tus dedos cambian de color con el frío y el estrés no lo tomes a la ligera, acude al médico para recibir asesoría sobre la mejor forma de prevenirlo y controlarlo.
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(Con información de Infosalus)