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“No puedo creer que mi obesidad sea una enfermedad, no estoy enfermo”

La obesidad en México no se diagnostica realmente, advierte especialista.

Escrito en VIDA SANA el

Enrique se muestra incrédulo al decir que la obesidad no puede ser una enfermedad sin embargo, cuenta que ya van tres veces que “recae con el nutriólogo” en consultas virtuales debido a la pandemia:

“No puedo creer que mi obesidad es una enfermedad, no estoy enfermo y le he dicho a mi pareja que más bien necesito unas pastillas para la ansiedad pero dice que es peligroso aunque una vecina bajó muchísimo de peso y otra señora del trabajo. Hago lo que me dicen, me meto a esas consultas virtuales y te explican; te dicen qué comer y qué no pero nunca me han sabido responder por qué desde los 18 años no he bajado de peso y sigo subiendo”.

Puedes leer: La obesidad en números

“No puedo creer que mi obesidad sea una enfermedad, no estoy enfermo”

Con apenas 32 años de edad, el joven no parece sentirse preocupado por el exceso de peso:

¿Qué es la obesidad? La obesidad es una enfermedad crónica, recidivante y progresiva con la que viven 800 millones de personas en todo el mundo y que aumenta rápidamente en los países con ingresos bajos y medios. 

Obesidad en cifras

En México, las cifras de la la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018 relativas al sobrepeso y la obesidad de la población mexicana en 2018 indican que el 22% de las niñas y los niños menores de 5 años están en riesgo de padecer sobrepeso.

Para ese año el 18% de las niñas y los niños de entre 5 y 11 años tenían sobrepeso; en aquellos que viven en el ámbito rural el porcentaje es de 17 por ciento. El Instituto advierte que el peso corporal aumenta conforme incrementa la edad.

En este sentido, cabe señalar que el 21% de los adolescentes y jóvenes hombres y el 27% de las mujeres de 12 a 19 años tienen sobrepeso.

Y la cifra aumenta: en la población de 20 años o más, los hombres (42%) reportan una prevalencia más alta que las mujeres (37 por ciento), pero en ambos género la cifra es mayor respecto de la infancia y la adolescencia.

El grupo de edad que concentra mayores niveles de obesidad es el de las personas que tienen entre 30 y 59 años. El 35% de los hombres y el 46% de las mujeres en ese rango de edad tienen obesidad; es decir: uno de cada tres hombres y poco menos de la mitad de las mujeres.

El costo de la obesidad

La Federación Mundial de Obesidad (WOF, por sus siglas en inglés) y RTI Internacional -instituto de investigación independiente-, y sin fines de lucro, realizaron un estudio piloto que fue publicado en la revista BMJ Global Health, en el cual se estima que el impacto económico de la obesidad en México durante 2019 fue del 2.1% del PIB anual y se proyecta que podría incrementar hasta en un 4.67% para el 2060 si no se toman medidas urgentes en todos los niveles de la sociedad.

El estudio piloto, que se llevó a cabo en ocho países en 2019, descubrió que un índice de masa corporal (IMC) elevado tuvo gran impacto económico. Los resultados fueron calculados tomando en cuenta los costos directos, como los de atención a la salud y los asociados al desplazamiento para buscar asistencia, así como los costos indirectos relacionados con la mortalidad prematura y el ausentismo laboral. Se comprobó que los costos indirectos representan el 65% del impacto total.

Obesidad en la pandemia: la doble epidemia

Al respecto, en entrevista con sumédico.com, la doctora Marcela Rodríguez, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ) refiere que la situación de la obesidad en la pandemia recalcó el problema de salud pública que ya existe respecto a la obesidad:

{"field1":"\"De por sí era bastante apremiante y con urgencia de tomar medidas y se vio ante esta pandemia que podía ser uno de los factores que hacia más susceptibles a las personas para desarrollar complicaciones”.","field2":""}
 

La doctora recuerda como al principio de la pandemia de covid-19 una de las mayores preocupaciones fue la relación entre la obesidad y covid:

{"field1":"“Se comenzó a ver que la covid afectaba más a personas frágiles, de la tercera edad o con obesidad. La obesidad llegó a mostrar una cara de la salud pública en dónde personas más jóvenes ya pueden tener riesgos y afectar la salud en distintas formas y que todo predispone a malos resultados”.","field2":""}
 

La doctora advierte además los siguientes riesgos asociados con el exceso de peso corporal:

1.Mayor inflamación

2.Más enfermedades crónicas como la hipertensión

Obesidad no se diagnostica realmente en México

Actualmente, la doctora Rodríguez trabaja en un estudio próximo a publicarse que reflexiona acerca de la obesidad y cómo en México no es diagnosticada realmente:

{"field1":"“En nuestro país y en muchos otros lugares del mundo se ve como un problema cosmético y que se cura con dejar de comer ciertos alimentos que nosotros nos reiríamos si se le dice esto a personas con cáncer o diabetes. Es una enfermedad muy mal entendida y reconocida en todo el mundo y se debe fomentar que se diagnostique y trate como una enfermedad”.","field2":""}
 

Además de lo anterior, la doctora reconoce las dificultades en el tratamiento de la obesidad, comparado con otras enfermedades:

“Yo sé que todas las enfermedades crónicas e infecciosas tienen sus problemas pero la obesidad está más atrás porque ni siquiera se diagnostica pues lo que escuchamos en la radio y en promoción de la salud es que la obesidad es algo que se quita por decisión propia y que la gente no debe tener una valoración como en otras enfermedades. Estamos hablando de un problema muy grave”.

¿Una enfermedad que se “cura” sola?

Rodríguez refiere que hay comerciales y llamadas a las personas que se curen solos cuando es una enfermedad que se debe tratar y profesionalizar al personal de salud; “Se necesita enseñar a los especialistas a que atienda una enfermedad crónica. Decirles pues en los pocos centros donde se atiende a personas con obesidad nadie sabe lo que está pasando, solamente se pide bajar de peso y se tienen tratamientos que se han utilizado desde hace diez años”

Así, para la doctora una de las principales problemáticas es el rezago:

“Seguimos escuchando que las personas quieren bajar de peso con productos milagro. Es incorrecto decirle a la gente que se trate su obesidad por sí solos, que es una enfermedad crónica como otras que puede recibir un buen tratamiento y no es nada de lo que abunda sin eficacia o seguridad”.

Enrique y su pareja: el enfoque cosmético

Para Enrique quien lleva cinco años viviendo con su pareja, Mario, lo que realmente funciona es lo que genera una pérdida de peso rápida sin importar los límites de lo saludable:

“Yo he intentado de todo, cuando tienes una pareja hombre, importan más las cosas del físico, somos más criticones pero luego me pongo a pensar que quien te quiere te acepta tal cual y le he dicho a Mario que vayamos juntos a hacer ejercicio, nos queremos inscribir al gimnasio pero también la pandemia no ayuda”.

La pareja de Enrique tiene un peso normal, pero según el joven, es “genética”:

“Son sus genes, igual toda su familia es delgada y es de los que comen y comen pero no engordan, yo creo que cuando pasa eso no puedes pedirle más a la vida porque siempre te verás bien”.

El negocio de la pérdida de peso

La especialista además relata que la pérdida de peso se ha convertido en un negocio muy extenso:

“Nuestra experiencia es que las búsquedas, el hecho de peregrinar a muchos lugares ha llevado a que se les ofrezcan cosas en lugares no apropiados como fajas, productos milagros, tés, gotas o anfetaminas, chochitos, incluso por profesionales de la salud y esto no tiene ningún fundamento científicos”.

Por lo anterior, es muy importante que a los pacientes con obesidad no se les diga que se curen solos:

“Cualquier medida de promoción de la salud puede ayudar pero es importante que no involucre estigmatizar porque eso pasa en el país y en muchos otros lugares”.

Una enfermedad compleja

Así, a doctora invita a entender a la obesidad como una enfermedad compleja:

“Es una enfermedad dónde se involucra cerebro, capacidad de almacenar, no es algo sencillo, cómo una persona manifiesta todas estas susceptibilidades, Es totalmente incorrecto lanzar la culpa a la gente pues los alimentos altamente apetitosos están diseñados para que las personas los consuman sin sentir hambre”.

Algunas recomendaciones son:

“Yo les digo a los pacientes salgan con la familia y tenga actividad física sí y puede estimular pero no es suficiente, la obesidad es más que decir que hagan ejercicio; es como decirle a alguien con diabetes que comiendo manzana o frutas y verduras se puede curar”.

“Bajar de peso es muy fácil”

Los retos además son muchos y la doctora cuenta que uno de ellos es lograr ambientes saludables:

"Hacer ambientes saludables ayuda pero no es la manera. Además la obesidad tiene algo muy particular porque piensan que es muy fácil pues todos han tenido la experiencia de bajar de peso algunos kilos pero eso no quiere decir que eso sea sostenible. La obesidad nos ha enseñado cosas, por ejemplo, que hay adaptaciones de los organismos a los cambios de energía pues su no es una cosa de fuerza de voluntad”.

Covid y obesidad: lo que ha dejado la pandemia

La especialista en obesidad quien ahora también realiza investigación en Londres, detalla que la covid-19 complicó más la situación porque se redujo la actividad física, aumentó el estrés y la unión e las dos pandemia de obesidad y covid es algo que ha agravado la situación de manera importante:

“Se deben tomar medidas adecuadas incrementar mensajes de promoción a la salud que se sabe que si ayuda a mejorar la salud. Es un problema muy serio que está arrasando desde los niños y viene la situación más grave pues ahora hay niños ya con diabetes; se tiene que apoyar y reconocer el ambiente en el que vivimos, trabajar en ambientes más saludables”.

De lo anterior, también hay principios de salud universales acerca de la alimentación saludable, la actividad física necesaria, los valores de glucosa correcto:

“La obesidad no debe generar cosas nuevas de lo que sabemos que es la salud. Cada quien para instalar estas recomendaciones en su vida lo puede hacer de muchas formas y trabajando con pacientes nos ayudamos. La obesidad aún no tiene una cura. Lo que necesitamos en concientizar a las personas acerca del medio ambiente y cómo aprender una en la familia, con los hijos, en los entornos familiares, utilizar herramientas pertinentes. 

“Tenemos ojo en la charlatanería, todo lo que ofrezca curas o que las personas no sepan qué pasa en su cuerpo, coma usted lo que coma. Que hay productos que pueden ayudar o propuestas nutricionales que se pueden utilizar de manera intermitentes. Incluso a los ingresos”.

Para la doctora algo muy importante es un cambio profundo:

“Algo que me parece muy importante y que tiene que ser algo importante para un cambio profundo es que ya se reconozca a la obesidad como una enfermedad crónica y pensar que no es una decisión de la persona pues los ambientes en los que vivimos con el contacto, hay que desterrar mensajes simplones de que bajar de peso es muy fácil o decir que las personas con obesidad son menos inteligentes para que las personas dejen de buscar desesperadamente charlatanerías. Reconocer a la obesidad como una enfermedad y verla así”.

Finalmente, la doctora explica que algunos medicamentos ayudan pero siempre deberán prescribirse por un especialista:

“Se han desarrollado tratamientos en base a los mecanismos que causan la enfermedad, hay tratamientos y deben estar al alcance cada vez al alcance más de las personas”.