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Las emociones pueden dañar tu espalda, aseguran expertos

¿Eres de los que se mueven y les duele la espalda? La razón puede estar en un sentimiento reprimido

Escrito en MENTE SANA el

¿Eres de los que se mueven y les duele la espalda? La razón puede estar en un sentimiento reprimido. De acuerdo con especialistas, una de las causas del dolor de espalda son las emociones.

La Universidad de Harvard y la International Association for the Study of Pain coinciden en que lo mental puede repercutir en la intensidad de las dolencias. Esto es lo que debes saber.

Para evitar una de las causas del dolor de espalda, cuida tu salud mental

La International Association for the Study of Pain resalta que, por ejemplo, la presencia de síntomas depresivos puede empeorar el dolor de espalda, pero esa no es la única relación, la aparición del dolor puede ocasionar estrés, ansiedad y otros problemas de salud mental.

“Si la persona es propensa a la ansiedad, espera lo peor y tiene pensamientos catastróficos, puede ver cómo empeora el dolor. Eso se debe a que dichas vulnerabilidades psicológicas pueden modificar el cerebro e intensificar el dolor”, menciona la Universidad de Harvard.

De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, el dolor de espalda es uno de los problemas médicos más comunes y afecta a 8 de cada 10 personas en algún momento de sus vidas.

Esta institución detalla que el dolor de espalda puede variar desde un dolor constante, hasta una dolencia súbita e intensa. El dolor de espalda agudo se presenta repentinamente y suele durar algunos días o semanas. Cuando es crónico, dura más de tres meses.

La International Association for the Study of Pain señala que la coexistencia de condiciones de salud mental con dolor de espalda se relaciona con una calidad de vida deteriorada y un mayor riesgo de cronicidad.

¿Qué se puede hacer para aliviar el dolor de espalda?

Harvard apunta que hay algunas terapias psicológicas que pueden ser realmente útiles para el dolor de espalda.

Estas medidas ayudan a reducir las vulnerabilidades psicológicas que ya existen, modifican la forma en que la persona percibe el dolor y también alivian los factores psicológicos que hacen que su dolor persista.