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¿Por qué la fatiga crónica es tan difícil de diagnosticar?

Las mujeres tienen el doble de riesgo de desarrollar síntomas de fatiga crónica

Escrito en VIDA SANA el

La fatiga crónica es un problema de salud muy común, especialmente en mujeres jóvenes, sin embargo, por sus síntomas suele confundirse con otros padecimientos como la depresión, la artritis reumatoide y hasta el cáncer.

La falta de diagnóstico afecta gravemente la calidad de vida de quien lo padece, limitando las actividades diarias. Estos es todo lo que debes saber sobre el síndrome de fatiga crónica.

Fatiga crónica

Todos nos hemos sentido cansados alguna vez, pero lo normal es que esta sensación desaparezca con una noche de sueño reparador o un fin de semana en casa, sin embargo, cuando tenemos una gran fatiga física y el deseo de solo estar en cama todo el día que no mejora con nada, podríamos estar frente a la fatiga crónica.

De acuerdo al Dr. Óscar Prospero García, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el síndrome de fatiga crónica (SFC) o encefalomielitis miálgica, no tiene un origen específico.

Se cree que es causado por la presencia de un virus en el cerebro, pero esto no se ha demostrado.

Las pocas posibilidades de crear modelos animales para estudiar la enfermedad dificultan el diagnóstico, por lo que en muchos casos, se interpreta como otro mal.

“Puede confundirse con los padecimientos del siglo: depresión, ansiedad y angustia. En muchos pacientes aparece como una comorbilidad, esto es, acompañado por una o más enfermedades”, afirma el Dr. Prospero.

Análisis estadísticos señalan que las mujeres son las más afectadas por el síndrome de fatiga crónica, ya que hay dos casos de mujeres por cada hombre.

“En Estados Unidos, entre dos y tres millones de personas lo tienen, y en Latinoamérica, entre dos y tres por ciento de la población por arriba de los 40 años, lo cual representa una cifra enorme”, advierte el universitario.

Entre los síntomas de fatiga crónica que presentan quienes lo padecen, se encuentran los siguientes:

Fatiga física y mental

Dolor de cabeza, en articulaciones y músculos

Dolor de garganta, como si se tratara de una infección

Ganglios linfáticos inflamados y sensibles al tacto

Pérdida de concentración

Sueño no refrescante ni reparador

Estos síntomas pueden confundirse con otros padecimientos, como artritis reumatoide debido al dolor articular y hasta cáncer, por la inflamación de los ganglios linfáticos.

“Por lo regular, los ganglios linfáticos que se inflaman con este síndrome son los cervicales, del tórax hacia arriba”, apunta el especialista de la UNAM.

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Otro factor que debe considerarse con la fatiga crónica es cómo afecta la parte emocional del paciente.

Si además del síndrome se sufre depresión, tiene que someterse a un tratamiento psiquiátrico para aumentar las probabilidades de que mejore.

“Frecuentemente, los pacientes con el SFC son ansiosos y aprensivos, por lo que no es raro que padezcan también depresión”, indica el doctor Prospero.

¿Cómo tratarlo?

Cuando el síndrome de fatiga crónica se diagnostica oportunamente, tratarlo es relativamente sencillo, según los expertos.

Se debe comenzar con una terapia cognitivo-conductual para ayudar al paciente a darse cuenta cómo están viviendo su padecimiento.

El ejercicio también puede considerarse parte del tratamiento, aunque en algunos casos también podría empeorar molestias como la fatiga y el dolor muscular y articular.

Lo ideal es cambiar los pensamientos y comenzar con ejercicios leves, como salir a caminar e ir aumentando el tiempo y la velocidad poco a poco, de forma que haya una mejoría de los síntomas.

Si hay cuadros de depresión, será necesario el tratamiento farmacológico.

La UNAM explica que quien sufre fatiga crónica se siente tan agotado, como si viviera en una nube, que prácticamente no sale de casa.

A pesar de esto, no está catalogado como un padecimiento en las leyes laborales, en principio porque la mayoría de los médicos familiares tiene dificultades para diagnosticarlo.

Por ello, lo peor que puedes hacer al sufrir este síndrome es quedarte acostado en casa, pues las molestias pueden empeorar al grado de impedirte hacer cualquier actividad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce plenamente este padecimiento y establece los Criterios Internacionales de Fukada para diagnosticarlo, los cuales indican que para determinar la presencia de la enfermedad, los síntomas deben perdurar cuando menos seis meses.

No obstante, algunos médicos sostienen que ese tiempo es demasiado, lo ideal sería poder emitir un diagnostico con solo cuatro semanas de síntomas que no mejoran con el descanso, de lo contrario, podrían presentarse consecuencias como la pérdida de empleo, problemas en la familia y con la pareja.

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(Con información de Gaceta UNAM