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Los ácaros que viven y se reproducen en tu rostro

Los ácaros comen, se aparean y mueren en tu piel sin que te des cuenta

Escrito en VIDA SANA el

Ninguno de nosotros puede verlos a simple vista, pero es un hecho que ahí están. Los ácaros en la cara son criaturas microscópicas de ocho patas semejantes a arañas que pasan toda su vida en tu rostro. Comen, se aparean y mueren ahí sin que te des cuenta.

Un nuevo video muestra cómo viven estos diminutos animales en nuestro rostro y aquí te explicamos cómo afectan tu salud.

Ácaros en la cara

Estos arácnidos son similares a garrapatas y son de tamaño microscópico, se les conoce como ácaros de la cara porque se amontonan felizmente en el rostro, específicamente en los pequeños mechones de vello que tenemos en el rostro.

Aprovechan los aceites naturales que surgen de los pequeños vellos y viven gracias a ellos.

Pero antes de que salgas corriendo a exfoliarte la cara, es importante que sepas que estas criaturas son inofensivas hasta cierto punto y no representan un problema serio.



Son muy comunes y de hecho, podrían decir mucho de nuestra historia evolutiva con detalles incomparables.

Existen dos tipos de ácaros en la cara: los Demodex folliculorum y los Demodex brevis.

Ambos son antrópodos, donde se incluyen a otros animales de piernas articuladas como los insectos y cangrejos. Cono son ácaros, sus parientes más cercanos son las arañas y las garrapatas.

Las de tipo Demodex tienen ocho patas cortas y rellenitas cerca de su cabeza. Tienen un cuerpo delgado y largo, parecido al de una lombriz. Al verlas con un microscopio parece que están nadando sobre aceite sin
desplazarse muy rápido.

Los ácaros demodex folliculurom viven en los poros y los folículos de los vellos faciales, mientras que los demodex brevis viven en las glándulas sebáceas.

Comparado con otras partes del cuerpo, el rostro tiene poros más grandes y una gran cantidad de glándulas sebáceas, por lo que es el lugar preferido de los ácaros. No obstante, también suelen vivir en los genitales y los pechos.

Estos microscóspicos seres buscan activamente el sebo humano y se alimentan de ello. Duermen y se nutren durante el día en los folículos, mientras que por las noches se arrastran sobre la superficie de la piel y se aparean.

Sus huevos son bastante grandes, son de un tercio a la mitad del tamaño de su cuerpo y los colocan alrededor del poro donde viven.

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Estos animalitos no tienen ano pero aun así defecan, van guardando los desechos hasta su muerte, explotan y se degradan en la cara.

Estudios han demostrado que todos tenemos ácaros en la cara, y en la mayoría de los casos, los tenemos en grandes cantidades.

Se estima que la mayoría, tenemos dos ácaros por pestaña.

¿Son dañinos?

Hasta ahora, se sabe que no son un peligro para la salud pero sí están relacionados con un problema de la piel llamado rosácea, que afecta principalmente a la cara.

Comienza con un enrojecimiento para luego avanzar a una irritación permanente, manchas y una sensación de ardor en la piel afectada.

Estudios han demostrado que las personas que sufren de rosácea tienen una cantidad mayor de ácaros Demodex en el rostro. En promedio todos tenemos uno o dos por centímetro, pero con la rosácea, se acumulan de 10 a 20 ácaros por centímetro.

Al respecto, Kevin Kavanagh, de la Universidad Maynooth en Irlanda, indica que los ácaros en la cara están involucrados en esta enfermedad, más no la provocan.

Lo que sucede es que el envejecimiento o el clima alteran la producción de sebo, la cual ayuda a mantener la piel húmeda y favorece la reproducción de los ácaros, causando una irritación por el exceso de estos
microorganismos.

La rosácea también empeora por la gran carga de desechos de los ácaros al morir, ya que contienen muchas bacterias y toxinas que causan inflamación e irritación en la piel.

Algunos análisis han demostrado que las personas con un sistema inmune debilitado, como las personas con VIH o cáncer, tienen más riesgo de tener un exceso de ácaros de la cara.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, los ácaros son inofensivos y hasta pueden tener beneficios, ya que limpian la piel muerta y las bacterias dañinas de la piel.

“Los recogemos de otras personas con las que estamos en contacto, de las sábanas, almohadas y toallas. Hay pruebas fehacientes de que los transmitímos entre nosotros. Son parte del hervidero de microorganismos que conforman el 90% de nuestras células.”, afirma el experto.

Ya lo sabes, nunca más volverás a sentirte solo porque tus ácaros siempre te acompañan.

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(Con información de BBC)