¿Deberíamos quitarnos los zapatos al entrar a casa? Cuando llegamos a la casa, lo primero que hacemos es lavarnos las manos, pues no queremos contaminar los objetos del hogar con la suciedad del exterior. Pero, ¿por qué no consideramos quitarnos los zapatos al llegar si éstos entran en contacto con miles de patógenos?
Tampoco ocurre que lavemos los zapatos con la regularidad que deberíamos y no es como que sea posible hacerlo diariamente, como con las manos. ¿Pero, de verdad es insalubre usar el calzado dentro del hogar?
Cuando empezó la pandemia del covid-19, una de las medidas de prevención fue utilizar tapetes con líquido sanitizante, pues se consideró que el virus del SARS-CoV-2 podría permanecer en el suelo, ser recogido por nuestros zapatos y después introducido al hogar. Hoy esa medida ya no es tan común.
Dos químicos medioambientales explican a The Conversation sí deberíamos andar descalzos en la casa o si no es necesario adoptar esa costumbre asiática.
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¿Es bueno quitarse los zapatos al entrar a casa? Expertos responden
Mark Patrick Taylor y Gabriel Filippelli son dos químicos medioambientalistas que llevan una década examinando el ambiente interior y los contaminantes a los que se expone la gente en sus hogares mediante el programa DustSafe y han concluido que dejar los zapatos fuera del hogar es lo mejor que podemos hacer por nuestra salud.
Dentro de la casa podemos encontrar polvo, suciedad, pelo de mascotas y células de piel muerta, pero alrededor de un tercio de la contaminación del hogar procede del exterior, a veces a causa del viento y otras mediante las suelas de nuestros zapatos.
Los científicos advierten que la suciedad de los zapatos no se limita a un pedazo de chicle, sino que las suelas pueden transportar microorganismos resistentes a los medicamentos, patógenos infecciosos, toxinas cancerígenas procedentes del asfalto y productos químicos para el pasto, que afectan nuestro sistema endocrino, que es el encargado de fabricar hormonas y mandar señales químicas al organismo.
También se encontró que la presencia de metales tóxicos en el hogar, como el plomo, se puede deber al aire que entra del exterior y a lo que recogen las suelas de nuestros zapatos. Pero no es lo único que transportamos al caminar, de hecho, el 96% de las suelas de los zapatos tienen E. coli, que es un patógeno asociado a las heces fecales.
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Mejor afuera que adentro
La prevención y un buen estado de salud siempre van de la mano, por eso, es mejor cambiar nuestros zapatos una vez que lleguemos a casa o en todo caso, quedar descalzos. Eso sí, la limpieza básica del hogar no puede faltar.
Mucho ojo, tampoco se trata de tener un hogar completamente estéril, porque incluso la presencia de algunas bacterias es buena para fortalecer y desarrollar el sistema inmune, pero es mejor hacer eso cuando salimos a la calle, que por el calzado.
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Con información de: The Conversation