Durante su ponencia "La Actualidad de la Rinitis Alérgica" en la International Medical Expo, el Maestro José Morales Acosta, experto en alergología, reveló datos alarmantes: 400 millones de personas en el mundo (33% de la población global) padecen esta condición, y en México la cifra alcanza al 42.5% de los habitantes.
A diferencia de lo que ocurría décadas atrás, cuando los síntomas se asociaban sólo al invierno, el cambio climático ha extendido la presencia de alérgenos durante todo el año, transformando esta enfermedad en un padecimiento crónico para millones.
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¿Qué es la rinitis alérgica y por qué es tan común?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la rinitis alérgica como una inflamación de la mucosa nasal mediada por IgE, una respuesta exagerada del sistema inmunitario a sustancias inofensivas como polen, ácaros o caspa de mascotas.
Morales Acosta destacó que 60-90% de los pacientes con asma también tienen rinitis, y entre el 20% y 40% de quienes sufren rinitis desarrollarán asma, lo que evidencia su vínculo con otras enfermedades respiratorias. Además, aclaró que existe una rinitis no alérgica, con síntomas similares, pero sin la participación de alérgenos, cuya causa puede ser hormonal, medicamentosa o incluso por contaminación ambiental.
Síntomas e impacto en la calidad de vida
Los tres síntomas cardinales de la rinitis alérgica son estornudos en salva, rinorrea (goteo nasal) y obstrucción nasal, aunque también provoca picazón en ojos y garganta, fatiga crónica y alteraciones del sueño.
En casos graves, la congestión nasal persistente puede derivar en sinusitis, infecciones de oído o incluso apneas del sueño, complicaciones que requieren atención médica inmediata.
Factores de riesgo: genética, ambiente y hábitos
El Maestro Morales Acosta explicó que la rinitis alérgica inicia en la infancia y su desarrollo depende de una combinación de factores genéticos y ambientales. "Quienes tienen padres alérgicos tienen hasta 80% más probabilidades de padecerla", señaló.
Otros detonantes incluyen la exposición temprana al humo del tabaco o trabajar en entornos con alérgenos persistentes, como peluquerías o almacenes.
Además, resaltó que el calentamiento global ha prolongado las temporadas de polen, exacerbando los casos en ciudades con alta concentración de contaminantes.
Prevención y tratamiento: más allá de los antihistamínicos
Aunque los antihistamínicos y corticosteroides nasales son los tratamientos más recetados, el ponente enfatizó la importancia de identificar y evitar alérgenos específicos mediante pruebas cutáneas o de sangre.
Algo que sorprendió es que el especialista señaló que él no receta vitaminas a sus pacientes y pide a las personas que obtengan las vitaminas a través de la alimentación.
Un llamado a la acción
"La rinitis alérgica no es un malestar menor; es una enfermedad inflamatoria crónica que requiere diagnóstico oportuno", concluyó Morales Acosta. Instó a los sistemas de salud a fortalecer campañas de detección temprana, especialmente en niños, y a la población a no automedicarse, ya que el uso prolongado de descongestionantes nasales puede empeorar los síntomas.
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