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"Llevo 20 cirugías por glaucoma y ya perdí la visión total de un ojo"

El glaucoma es la primera causa de ceguera irreversible en el mundo, explican los expertos.

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Escrito en VIDA SANA el

A Gina Morett le detectaron el glaucoma cuando tenía 25 años y el médico le advirtió que cuando llegara a los 35 ya habría perdido toda la vista. Ella había acudido al oftalmólogo sólo para que le dijeran si era candidata a la cirugía para corregir la miopía pues había detectado que le había disminuido la visión en uno de los ojos.

“El médico se tardó, se tardó, se tardó y hasta después de un rato me dijo: ´Siéntate. Tienes glaucoma muy severo. Hay que hacer más estudios pero no creo que llegues a los 35 viendo. Tienes muerto el 90% del nervio óptico del ojo izquierdo y el 40% del ojo derecho”.

Gina salió llorando de ahí y en ese momento comenzó un largo recorrido a través de tratamientos y cirugías. Veinte veces la han operado de los ojos.

“Llevo 20 cirugías y nunca quedas bien. Ya perdí la visión total de un ojo”

El glaucoma es una enfermedad silenciosa que de no ser atendida puede causar la ceguera de quien la tiene. Se trata de un padecimiento multifactorial con distintos tipos y diferentes orígenes cuyas variantes coinciden en que provocan un daño en el nervio óptico y repercuten en el campo visual periférico.

Mauricio Turati, oftalmólogo ex presidente del Colegio Mexicano de Glaucoma, señala para SuMédico que dicha perturbación de la vista es la primera causa de ceguera irreversible en el planeta.

La situación del glaucoma en México: 

El doctor Turati informa que el glaucoma afecta a un aproximado de entre dos y tres millones de personas en nuestro país y se trata de una cuestión muy importante por dos razones:

1) El número de personas que perjudica

2) Más de la mitad de las personas que la padecen no saben que lo tienen

“La mayor parte de las veces el glaucoma no provoca molestias y no tiene síntomas. La enfermedad va avanzando y progresando con un riesgo de provocar ceguera”, enfatiza el doctor.

Foto: facebook.com/DrMauricioTurati/

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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019 más de mil millones de personas en el planeta vivían con alguna deficiencia visual y muchos casos pudieron haberse evitado o todavía no eran tratados.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) menciona que el Día Mundial del Glaucoma se conmemora el 12 de marzo de cada año desde el 2008 y estima que para el año 2040 el número de pacientes con glaucoma en el mundo alcanzará los 112 millones.

¿Cuáles son los factores de riesgo para tener glaucoma?

Turati, quien es un miembro internacional de la American Academy of Ophthalmology, detalla que el principal factor de riesgo para tener glaucoma es la presión intraocular alta, pero también se encuentra la herencia, la hipertensión arterial, la miopía, la hipermetropía (definida por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos como una mayor dificultad para ver objetos cercanos que los que se encuentran lejos), la migraña, haber tenido cirugías oculares o los antecedentes de un golpe en los ojos.

“Todos ellos tienen mayor riesgo de tener o desarrollar glaucoma”, señala.

Los diferentes tipos de glaucoma:

“Tenemos los glaucomas crónicos, los agudos, los de ángulo abierto, los de ángulo cerrado o el glaucoma en los niños, que es el glaucoma congénito. Los pequeños pueden nacer con el padecimiento o desarrollarlo en el primer o segundo año de vida y sobre estos existen otras divisiones”, indica el también miembro del Comité Editorial de la Revista Mexicana de Oftalmología.

En palabras del oftalmólogo, en los menores es muy típico el glaucoma congénito asociado a ciertas anomalías oculares que son presentadas por malformaciones durante el embarazo. “También puede estar asociado a infecciones intrauterinas”, avisa.

Cuando se habla de glaucoma en adultos, lo más común es que se tenga el glaucoma primario de ángulo abierto y el glaucoma crónico de ángulo cerrado.

“En nuestro medio, que tenemos una incidencia muy alta de diabetes, otro de los glaucomas que también vemos con mucha frecuencia es el glaucoma neovascular que es el que se da en los diabéticos”, informa el doctor Turati.

Foto: facebook.com/DrMauricioTurati/

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En el caso de Gina es glaucoma de ángulo abierto

“Yo no tenía síntomas más allá de la miopía que había padecido desde pequeña. Tampoco tenía antecedentes familiares ni padecía diabetes ni presión alta. Pero a pesar de mis lentes de contacto empecé a ver menos”.

De acuerdo con lo que ha aprendido, quienes padecen glaucoma de ángulo cerrado y se hace presente a mayor edad, no es tan agresivo y pueden pasarse toda la vida solo con gotas. 

No fue su caso. El glaucoma le cambió la vida. Y así se lo dijo el médico que sucedería. Al principio la trataron con gotas pero muy pronto tuvo que iniciar la larga serie de cirugías a las que se ha sometido. 

Tuvo que dormir sentada dos años 

Una de ellas se llama trabeculectomía que consiste en hacer un corte en la parte de arriba del ojo para colocar una sustancia de nombre mitomicina. Sin embargo, en una ocasión le colocaron más de la dosis necesaria y cuando se acostaba esa sustancia tocaba la conjuntiva y se le abría una herida. Ello puede ser muy peligroso por el riesgo de infecciones. 

Por esa razón, Gina, quien es periodista y sigue trabajando a 30 años de su diagnóstico, tuvo que dormir sentada durante dos años. 

Se le pregunta si puede hacer algo parecido a una vida normal.

“Yo he sido muy loca y hasta hace poco tiempo todavía manejaba. Ahorita ya no. Y cada vez me cuesta más trabajo leer porque no veo las palabras completas. Y si me encuentro con personas conocidas me cuesta mucho trabajo identificarlas, a menos que tenga alguna referencia. Los rasgos de sus caras ya no los puedo ver con el único ojo que conserva algo de visión. Ahorita ya se volvió discapacitante”.

Gina tuvo también dos desprendimientos de retina en el ojo con el que ve

También le han colocado válvulas pero después de un tiempo dejan de servir. “Me las tuvieron que quitar porque me jalaban el ojo y se estaba abriendo. Te puede pasar todo y todo requiere que a cada rato te operes”. 

Se le pregunta si vive con dolor.

“En términos generales, no; a algunas personas les dan nauseas. Pero mi cuerpo es muy aguantador. Lo que sí es que yo ya soy una persona débil visual pues además he tenido dos desprendimientos de retina en el ojo con el que veo y ya me operaron de cataratas y no quedé bien. Ahora veo peor porque el lente intraocular quedó mal”.

¿Cómo se diagnostica el glaucoma?

Para poder diagnosticar el glaucoma, Mauricio Turati indica que la persona afectada debe revisarse con el oftalmólogo.

“Se deben usar unos aparatos específicos para poder realizar adecuadamente la exploración del fondo del ojo y tomar la presión del ojo del paciente. El médico hará un interrogatorio donde preguntará sobre los factores de riesgo existentes, realizará una cuidadosa exploración del segmento anterior del ojo, así como también del nervio óptico que se encuentra en el polo posterior y complementará la exploración con la toma de presión ocular”, menciona.

Al analizar todos los datos que se obtuvieron, el oftalmólogo determinará si esa persona tiene o no glaucoma o si presenta el riesgo de desarrollarlo.

El Colegio Mexicano de Glaucoma informa que este padecimiento no tiene cura, pero se puede controlar y evitar la ceguera permanente.

Glaucoma también repercute en el estado de ánimo

La doctora y coordinadora de programas médicos de la División de Gestión Intra y Extra Institucional del IMSS, Gloria López Ruiz Sandoval, informó en un boletín del instituto publicado en marzo de 2020 que el glaucoma no solo repercute en la visión de los afectados, sino que llega a interferir con todos los aspectos de su vida.

“Es importante acudir oportunamente a una revisión. Las personas con glaucoma son más propensas a mostrar ansiedad, quemaduras, depresión, caídas, dificultades para conducir, leer y para caminar”, apunta Ruiz Sandoval.

¿Cuál es el mejor tratamiento para el glaucoma?

El doctor Turati resalta que no hay una respuesta precisa para eso, pues a cada paciente se le debe ofrecer el mejor tratamiento para su caso en particular. 

“En general, el mejor medicamento para el tratamiento del glaucoma, es decir, el que ofrece un mejor control de la presión intraocular y con menos aplicaciones de la medicina al día, son los análogos de prostaglandinas. Existen otros grupos de medicamentos que también son muy buenos para bajar la presión y para poder llevar a cabo el control de los pacientes con glaucoma, pero en cada persona afectada por este padecimiento se debe hacer un tratamiento a la medida”, explica el ex presidente del Colegio Mexicano de Glaucoma.

Cuando un medicamento no es efectivo porque no llega a ofrecer un control adecuado de la enfermedad o la medicina no es tolerada por la persona que la recibe, Turati menciona que existen otras alternativas como procedimientos con láser o cirugías de mínima invasión y, como última opción, cirugías filtrantes.

Foto: facebook.com/DrMauricioTurati/

¿Cómo ha repercutido el coronavirus en el padecimiento?

La pandemia de covid ha tenido un impacto en la atención del glaucoma y muchas instituciones de la red de salud que antes llevaban el control y el tratamiento de los pacientes con enfermedades crónico-degenerativas como diabetes, hipertensión o este padecimiento visual ahora son hospitales covid.

“Los pacientes han estado desatendidos y con miedo de salir al hospital. Eso ha derivado en que descuiden su seguimiento. La crisis es algo que tampoco podemos omitir y esto les ha dificultado el acceso a los medicamentos y el pago de consultas. La pandemia ha dificultado todo”, lamenta el doctor Turati.

Con glaucoma, cada cierto tiempo la vida te cambia 

Gina ha sufrido dos cambios muy drásticos en su visión. El último, hace tres meses. “No tienes idea cómo me cambió la vida. No puedes verle bien la cara a la gente ni de cerca y por el esfuerzo se cansa uno mucho. Es muy difícil seguir trabajando con eso”. 

De cualquier modo ve la vida con optimismo pues ha sido mucho más afortunada que otra paciente del mismo doctor que la diagnosticó casi a mismo tiempo. Ella efectivamente perdió la vista a los 35 años.