Crecimos engañados. Algunas de las formas en las que nos curaban cuando nos caíamos o sufríamos alguna lesión no eran las correctas, según las palabras de un especialista.
1) Echarle alcohol a la herida no sirve:
De acuerdo con el enfermero y director de formación del Centro Médico Pamplona, Patxi Bueno, cuando una persona se raspa debido a una caída, el mejor desinfectante es la cristalmina, un medicamento de uso cutáneo cuyo principio activo es el digluconato de clorhexidina que está indicado para heridas y quemaduras leves.
El que nos echaran alcohol en un raspón no nos ayudaba de verdad y lo único que hacía era quemarnos los bordes de la herida. Por eso nos dolía. A lo que ayudaba era a que aceptáramos el dolor, pero no nos curaba.
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2) Cuando tenemos una hemorragia nasal, es incorrecto alzar la cabeza: Es una acción común que hacemos como reflejo, pero que es incorrecta debido a que nos puede causar una afección mayor.
El hecho de echar la cabeza para atrás puede ocasionar que inhalemos la sangre y obstruyamos nuestras vías respiratorias.
Ante esta situación, Bueno recomienda, en primera, tener paciencia y esperar a que coagule la sangre (algo que puede tardar entre cinco y diez minutos, de acuerdo con él).
Para parar el sangrado, el especialista recomienda comprimir la zona que sangra, y si es la nariz, no llevar la cabeza hacia atrás, sino hacia adelante. Luego se realiza un taponamiento en el orificio que sangra con una pequeña gasita y un poco de agua oxigenada, dejando la punta de la gasa a la vista para que sea fácil sacarla.
¿Y qué hay de levantar la mano o mojar la nuca?
"Son métodos sin evidencia científica, pero no hacen mal".
3) Cuando alguien se atraganta con comida, es incorrecto darle palmadas:
Lo correcto es dejar pasar unos segundos y observar si la persona afectada puede toser, ya que la mayoría de los casos se resuelven gracias al reflejo de la tos.
Para reducir el riesgo de que la obstrucción tenga un desenlace fatal, la mejor manera de ayudar a una persona que se está atragantando es aplicarle la maniobra de Heimlich (foto).
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4) Para tratar un "golpe de calor" (y cómo reconocerlo):
En caso de sufrir un "golpe de calor", está mal ingerir bebidas azucaradas y recurrir a una ducha de agua fría o ponerse abajo del chorro del aire acondicionado.
Lo ideal es llevar a la persona a una zona con sombra y sin aire acondicionado porque le puede dar un "choque térmico". Es ideal quitarle la ropa y ponerle compresas frías de agua bajo las axilas, en la frente, en la nuca y en las íngles, dice Patxi, quien también recomienda que se mida la temperatura de la persona: por debajo de 39°, estamos hablando de insolación; más de 39° es un golpe de calor (que es aún más grave) y si llega a 42° o 43°, el cuerpo del afectado ya no es capaz de mantener su termorregulación y puede llegar a morir.
5) Solemos infravalorar las intoxicaciones por comida:
Y eso es un error. Recurrir a los medicamentos antidiarréicos o provocar el vómito también es incorrecto, a menos de que sea una indicación de algún personal del Centro de Toxicología o un profesional de la salud.
Beber pequeños sorbos de alguna bebida isotónica para prevenir la deshidratación y buscar atención médica es todo lo que hay que hacer en estos casos.
Con información de El País