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¿Te duermes tarde? Podrías tener diabetes

Según investigadores estadounidenses, existen más riesgos de diabetes tipo 2 en personas con un cronotipo nocturno

Escrito en VIDA SANA el

Las horas del día en que dormimos, despertamos, comemos y nos sentimos más productivos están determinadas por un factor biológico llamado cronotipo, que parece tener más efectos en nuestro cuerpo que solo ayudarnos a ser enérgicos: también podría elevar los riesgos de diabetes y problemas cardíacos.

(foto: unsplash)

Los cronotipos: nuestras agendas biológicas

La Fundación del Sueño indica que un cronotipo es la orientación natural que tiene el cuerpo para regular la hora del día en el que dormiremos y las horas en las que estaremos activos, realizando nuestras actividades necesarias.

Los cronotipos no solo dictaminan la hora del día en que despertamos o dormimos, se considera que también tienen influencia en otras áreas de nuestra vida y funcionalidad, como:

  • El apetito (la hora en que nos da hambre)
  • Nuestra temperatura
  • Actividad física
  • Hacernos más alertas en períodos específicos

Así pues, los cronotipos son la forma en que nuestro cuerpo (de manera natural e inalterable) regula los tiempos en que seremos productivos, tendremos energías, y también las horas en las que nos dará sueño.

(foto: unsplash)

Las personas “lechuzas” podrían tener más riesgo de diabetes

Dentro de los cronotipos, se considera que existen dos tipos básicos:

  • El cronotipo de las alondras, que son personas que suelen despertar y ser activas desde temprano, pero que también se van a dormir durante las primeras horas de la noche.
  • El cronotipo de lechuza, donde se incluyen las personas que son mucho más activas durante las tardes, y por ende suelen sentir sueño hasta pasada la media noche.

Hasta ahora se consideraba que estos dos cronotipos podrían solo influir en nuestras funciones durante el día, y que podrían afectar en las rutinas, pero un nuevo estudio demuestra que también podrían influir en nuestra salud.

Esta investigación, que fue publicada en la revista Experimental Physiology, encontró que nuestros ciclos de sueño-vigilia se asocian estrechamente con el funcionamiento de nuestro metabolismo, que parece verse más afectado en las personas lechuzas: tienen más riesgo de desarrollar diabetes y problemas cardíacos.

Para llegar a esta conclusión, se contó con la participación de 51 personas que se ubicaban en alguno de los dos tipos de cronotipos: matutinos (o “alondras”), y nocturnos (“lechuzas”); que además no fumaran, ni tuvieran enfermedades, pero que sí fueran algo sedentarias.

(foto: unsplash)

La clave es el metabolismo: el de los matutinos es mejor

El estudio, realizado por investigadores de la Universidad Rutgers, en New Jersey, y de la Universidad de Virginia, encontró que entre los cronotipos existía una diferencia importante en su metabolismo, específicamente en cómo se utilizaba la energía.

A los 51 participantes se les hizo ayunar durante 12 horas, y se realizó una evaluación de su aliento para evaluar qué era lo que su organismo estaba metabolizando para darles energía a la hora de hacer ejercicio y mientras descansaban.

Los resultados arrojaron que las personas con un cronotipo matutino usaban más grasa para obtener energía, y eran más sensibles a la insulina, por lo que sus niveles de azúcar en sangre eran menores.

Por otro lado, los nocturnos tendían a utilizar los carbohidratos como fuente de energía principal, y presentaban mayor resistencia a la insulina, lo que incrementaría el riesgo de padecer diabetes tipo 2.

Además, se demostró que estas personas tenían menor habilidad para utilizar y quemar grasa corporal para obtener más energía; y por si fuera poco, eran un poco más sedentarios que aquellos que se ubicaban en el cronotipo matutino.

Estos hallazgos demuestran que las personas lechuzas (o nocturnas), tendrían mayores factores de riesgo asociados al desarrollo de enfermedades como la diabetes tipo 2 o los problemas cardiovasculares, aunque los autores del estudio indican que es necesario realizar más investigación para llegar a una conclusión definitiva.

(Con información de: The Physiological Society, Sleep Foundation.)