La limpieza del hogar y de los espacios de trabajo es más importante que nunca, sin embargo, se debe tener mucha precaución con los desinfectantes que usamos, pues corremos el riesgo de sufrir una salpicadura de cloro en los ojos u otros productos para limpiar como el vinagre o el amoniaco.
¿Qué se debe hacer en esos casos? Es importante saber cómo actuar en caso de sufrir este tipo de accidentes domésticos porque son causa de lesiones oftalmológicas tan graves como las quemaduras en córnea y párpados.
Los productos de limpieza no dejan de ser químicos y los accidentes siempre son posibles, así que lo mejor es prepararse y tener en mente los pasos para reducir al máximo los daños causados por una salpicadura de cloro en los ojos u otros líquidos tóxicos.
¿Qué hago si me salpicó cloro en los ojos?
La mayoría de los químicos que llegan a caer por accidente en el ojo pueden causar una leve irritación que se mejora con el paso de los días sin daños en la visión, no obstante, hay otros que sí pueden afectar las estructuras superficiales del globo ocular e incluso, penetran y producen lesiones internas. Entre ellos se encuentra el cloro y otros productos de limpieza como el amoniaco y el vinagre que, aunque son ideales para desinfectar superficies y alimentos, debemos manipularlos con mucha precaución.
Según la Asociación Oftalmológica de Costa Rica, el cloro y otros productos como los líquidos para limpiar vidrios y el vinagre, con considerados químicos ácidos que, aunque en la mayoría de los casos no llegan a penetrar la superficie ocular, sí pueden causar un daño severo en la córnea cuando no se toman las medidas de primeros auxilios en cuanto hay una salpicadura en el ojo.
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Ante el contacto del cloro en los ojos u otros limpiadores, se deben seguir las siguientes recomendaciones:
1. No frotarse los ojos
Aunque sientas mucha tentación por tallarte en cuanto te cae una gota de cloro en los ojos o de otro producto tóxico de limpieza, no lo hagas por ningún motivo para evitar que el líquido se disperse por todo el ojo y cause más daños.
2. Lavar con abundante agua
Mantente en calma y enjuaga el ojo con abundante agua fría durante al menos 15 minutos. Lo ideal es que lo hagas en la regadera girando la cabeza de lado e intentando abrir el párpado lo más que se pueda, aunque sea incómodo. También se debe mirar en todas direcciones, moviendo el globo ocular para que se laven todas las partes del ojo.
El Dr. José María Requena recuerda en un artículo en ABC que es muy importante que el chorro de agua no caiga con fuerza sobre el ojo porque se podrían causar más lesiones y que el lavado sea siempre en el mismo sentido, de la nariz al ojo para impedir que el daño se extienda al otro ojo.
3. Quita los lentes de contacto
En caso de que uses lentes de contacto, es importante que los retires después de enjuagar perfectamente bien o lo antes posible para evitar una mayor irritación del ojo.
4. Acude al médico
En cuanto termines de enjuagar ve al médico, de preferencia usando lentes de sol para proteger los ojos y explícale a detalle cómo ocurrió el accidente y los pasos que seguiste posteriormente. De esta manera, el experto podrá evaluar la gravedad de la lesión. Si tienes molestias como dolor, lagrimeo, ojos rojos, irritación o visión borrosa no pierdas ni un solo minuto y llama a los servicios de emergencia.
La limpieza es importante, pero recuerda hacerlo siempre protegiendo tu salud y, sobre todo, evitando el cloro en los ojos, así que procura usar anteojos de protección o comprar productos desinfectantes en gel que tienen menor riesgo de causar salpicaduras. ¡Cuida tus ojos!
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