La Organización Mundial de la Salud señala que la obesidad es una enfermedad crónica que se define por una acumulación excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud, sin embargo, hacer ejercicio puede ayudar de diferentes maneras y a continuación, te contamos más.
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La obesidad puede provocar un aumento del riesgo de diabetes tipo 2 y cardiopatías, puede afectar la salud ósea y la reproducción y aumenta el riesgo de que aparezcan determinados tipos de cáncer.
Si tienes obesidad hacer ejercicio es clave
Una investigación encontró que las personas con sobrepeso u obesidad que hacen ejercicio regularmente durante un largo período de tiempo pueden tener una grasa abdominal más saludable, en comparación con las personas que no hacen ejercicio.
Los investigadores definieron el ejercicio regular a largo plazo como al menos cuatro veces por semana durante al menos 2 años:
"Nuestros hallazgos indican que, además de ser un medio para gastar calorías, hacer ejercicio regularmente durante varios meses o años parece modificar su tejido graso de manera que le permite almacenar su grasa corporal de manera más saludable si experimenta algún aumento de peso, como casi todos lo hacen a medida que envejecemos", dijo el investigador Jeffrey Horowitz.
¿Cómo se realizó la investigación?
El estudio fue pequeño e incluyó solo a 32 adultos con obesidad o sobrepeso, la mitad de los cuales hacían ejercicio regularmente. El índice de masa corporal promedio entre los participantes en el estudio fue de alrededor de 30, que es el valor inicial para que una persona tenga obesidad.
Las personas de cada grupo fueron emparejadas en función de factores como el sexo, el peso y la masa grasa corporal. Sus edades oscilaban entre los 25 y los 37 años.
Los investigadores tomaron muestras del tejido graso del vientre de las personas justo debajo de la piel y encontraron diferentes rasgos estructurales y biológicos.
¿Cuáles fueron los resultados de la investigación?
El tejido de los deportistas tenía una mayor capacidad para almacenar grasa justo debajo de la piel del vientre (del tipo que se puede pellizcar con los dedos), y ese tejido funcionaba de manera diferente al tejido de los no deportistas.
Las muestras de tejido del grupo de ejercicio tendían a tener más vasos sanguíneos y proteínas beneficiosas, y diferencias que significaban una menor probabilidad de inflamación y menos de un tipo de colágeno que puede interferir con el metabolismo.
Los resultados de la investigación son importantes porque el lugar donde se almacena la grasa en el cuerpo puede tener diferentes impactos en la salud. La grasa almacenada justo debajo de la piel, en lo que se llama tejido adiposo subcutáneo, tiene menos potencial de impactos negativos para la salud, en comparación con cuando el cuerpo almacena grasa más profundamente, como alrededor o incluso dentro de los órganos.
Esta grasa potencialmente tóxica se llama grasa visceral y se ha relacionado con enfermedades cardíacas, diabetes y accidentes cerebrovasculares.
"Lo que significa es que, si las personas experimentan un aumento de peso, este exceso de grasa se almacenará de manera más 'saludable' en esta área debajo de la piel, en lugar de en el tejido graso alrededor de sus órganos (grasa visceral) o una acumulación de grasa en los propios órganos, como el hígado o el corazón", concluyó Horowitz.
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