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¿Por qué los bebés eligen un peluche del cual no se despegan?

Estos suelen tener una textura agradable y hace que los bebés se sientan seguros

Escrito en SOY MAMÁ el

Si tienes un hijo pequeño podrás haberte dado cuenta que tienen un peluche o un juguete del cual no se separan, seguro a ti también te pasó y algún recuerdo debes tener de aquel juguete que significaba mucho para ti y el cual llevabas a todos lados, a continuación te diremos por qué los bebés eligen un peluche del cual no se despegan.

¿Por qué los bebés eligen un peluche del cual no se despegan?

Muchos bebés y niños pequeños muestran especial cariño por un peluche o un juguete concreto que llevan a todos lados e incluso duermen con él, este se trata de un objeto de apego u objeto transicional.

El término lo introdujo por primera vez el pediatra y psicoanalista inglés, Donald Winnicott, como una forma de definir la primera posesión del bebé

Por lo general, este peluche o juguete tiene una textura agradable y los bebés no se despegan de él porque se sienten protegidos. Por ello el objeto de apego suele ser blandito, como los peluches, una almohada, una manta o una camiseta. 

(Foto: pinterest)

¿Qué funciones cumple este objeto de apego?

En psicología, un objeto transicional o de apego es un objeto material que el niño elige libremente y al que tiene un especial cariño. Llega a ser tan importante en su vida, que le acompaña la mayor parte del tiempo, brindándole consuelo, seguridad y volviéndose imprescindible a la hora de dormir.

Este peluche también representa el apego que el bebé siente por sus padres, y le ayuda a controlar la ansiedad por separación en determinados momentos, o durante la etapa en la que el bebé comienza a experimentar que es un ser independiente a su madre.

¿Cuánto dura este apego?

Por lo general, el niño adopta su objeto o conducta transicional entre los cuatro y los seis meses, y a medida que va adquiriendo control sobre la angustia por separación y comienza a mostrarse más independiente, irá dejándolo de lado.

Esto suele ocurrir hacia los tres o cuatro años, aunque no hay una regla fija y son muchos los niños que continúan mostrando un especial cariño a un objeto concreto más allá de esta edad.

(Foto: Pinterest)

También puede ocurrir que un determinado acontecimiento, como una mudanza o la llegada de un hermanito, haga que el niño vuelva a recurrir al objeto de apego que había dejado atrás.

También es importante señalar que no todos los niños adoptan un objeto transicional en su infancia. El proceso emocional es diferente en cada niño: para algunos, el objeto transicional es la propia madre, mientras que otros necesitan aferrarse a un objeto. No hay que intentar quitárselo ni sustituirlo por otro.

En cualquier caso, todas estas conductas son absolutamente normales y forman parte del correcto desarrollo psíquico del niño.

Características que presenta el objeto transicional

La mayoría de los objetos transicionales presentan ciertas características, tales como:

-El niño lo elige arbitrariamente: el objeto de apego no puede ser impuesto. Quizá nos parezca que el peluche elegido no es el más bonito ni el más llamativo, pero por alguna razón él lo ha elegido y pasará a convertirse en su preferido.

-Tiene un olor especial: debido a su manipulación el bebé lo muerde, babea, arrastra, lo abraza, duerme con él, ese objeto tiene un olor particular, por lo que se recomienda no lavarlo para no borrar su huella.

-Es su compañero fiel: el niño no se separa de él. Lo lleva a la guardería, de paseo, a la cama, en el coche. Permaneces siempre a la vista y al alcance del niño.

-No se puede sustituir: si el niño pierde su objeto de apego sentirá una profunda tristeza, y por mucho que nos empeñemos en buscarle sustituto no lo conseguiremos. El objeto transicional no puede cambiarse por otro.

Y tú, ¿recuerdas ese peluche del cual no te separabas?

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(Con información de: Bebés y más y Ser padres)