Main logo

¿Cuáles son los mejores alimentos para el cerebro de los infantes?

El correcto funcionamiento y desarrollo cognitivo de tu hija o hijo se debe de enriquecer con la ingesta de omega 3, proteínas y las vitaminas del grupo B. Nosotros te decimos el por qué.

Escrito en SOY MAMÁ el

No solamente se trata de aportar nutrientes para el crecimiento físico, existen ciertos alimentos que tienen la capacidad de potenciar el desarrollo cerebral y la actividad mental de los más pequeños. Es por eso que nosotros te compartimos todo sobre los mejores alimentos para el cerebro de los niños.

Esto no quiere decir que existan recetas que aumenten per se la inteligencia de los pequeños. Pero si tienen beneficios considerables para su óptima maduración cerebral.

¿Cuál es la dieta saludable y los alimentos para el cerebro de los niños?

Este órgano forma parte del sistema nervioso central y se puede definir como el centro de todas las funciones y actividades del organismo.

El cerebro está formado por millones de células nerviosas y conexiones neuronales que necesitan energía y nutrientes para su desarrollo, renovación y funcionamiento diario.

Algunos de los aspectos que se ven favorecidos por la correcta nutrición cerebral son el aprendizaje, la memoria, la inteligencia, la concentración, el lenguaje o el estado de ánimo.

Los nutrientes más adecuados y beneficiosos para el cerebro son las grasas, las proteínas, la vitamina D y las del grupo B, los antioxidantes, el hierro o el zinc.

Estos deben ser aportados en la dieta siempre a través de los alimentos y con pautas alimentarias saludables y suficientes adecuadas a cada niño y su edad particular.

¿Cuál es la relación de la alimentación y el cerebro?

La memoria, la concentración y el aprendizaje pueden verse favorecidos por los nutrientes que aportan ciertos alimentos. Estos no solamente son preponderantes en la niñez, sino que incluso desde antes del nacimiento tienen este efecto.

Foto: Pexels

Una correcta alimentación de la embarazada puede potenciar el desarrollo cognitivo del bebé en su útero. Estos son los alimentos más beneficiosos para las funciones cerebrales de los infantes:

  • Pescado azul

Se denomina así por el tono azulado que adquiere debido a las bajas temperaturas de las aguas que habitan estos peces. En esta categoría encontramos las siguientes especies:

  • Sardina, salmonete, atún.
  • Salmón, trucha, rodaballo.
  • Caballa, anchoa o boquerón.
  • Palometa, anguila, arenque.
  • Carpa, jurel, angula.
  • Cazón, chicharro o lamprea.

Estos poseen importantes cantidades de omega 3, un aminoácido esencial que conforma las membranas celulares del cerebro. De hecho, casi el 60% del peso total del sistema nervioso está compuesto por lípidos.

La correcta ingesta de estos ácidos grasos contribuye al desarrollo cognitivo, según un estudio publicado en la revista “Journal of Psychopharmacology“. Por ende, los pescados azules son una excelente forma de nutrir a los pequeños.

El pescado azul se puede introducir una vez a la semana, siempre dando preferencia a los de tamaño más pequeño. Al horno, hervido o al vapor son las mejores formas de cocinarlo, aunque también se puede usar para elaborar croquetas, albóndigas o hamburguesas.

  • Pastas

Como sabemos, los carbohidratos aportan energía al organismo. Esta no solo se destina al gasto físico, sino también a la función cerebral, que consume alrededor del 20% de los recursos energéticos diarios.

Los carbohidratos de absorción lenta, como las pastas, permitirán siempre tener a mano una reserva de glucosa para que sea el combustible cerebral. Por ello su ingesta se recomienda durante el día o en el desayuno para restablecerse tras el ayuno nocturno.

Se recomienda consumir pastas y cereales de variedades integrales y servirlos aliñados con salsa de tomate, verduras o en forma de ensalada. En el caso de los cereales de desayuno se deben elegir versiones sin azúcar añadido, que se pueden mezclar con fruta, frutos secos o yogur.

  • Huevos

Su principal aporte nutritivo para el cerebro es la colina, una vitamina del grupo B. La importancia de este nutriente radica en que forman parte de la mielina, sustancia que cubre las uniones entre neuronas.

La colina también puede encontrarse en las verduras de hoja. Es de suma importancia su ingesta en los primeros años de vida, que es cuando se crean estas conexiones cerebrales, según un estudio publicado en el año 2017. Por supuesto, es necesario combinar los ingredientes que la aportan y no abusar del consumo de huevos.

Los huevos deben usarse enteros ya que esta vitamina se encuentra en la yema. Las tortillas, los revueltos o los huevos duros se pueden servir como un segundo plato y en general son bien aceptados por los más pequeños.

Foto: Pexels

  • Legumbres

Su interés recae en la presencia de hierro y proteínas en su composición. Estas últimas son importantes para la conformación de tejidos en todo el organismo.

Por su lado, el hierro tiene la propiedad de favorecer el transporte de oxígeno a través de la sangre y su llegada a las neuronas. De este modo, se previenen inconvenientes como la falta de atención, concentración, astenia y cansancio general.

Además, no hay que olvidar que las legumbres son un alimento muy saludable y nutritivo en general, que conviene introducir en la alimentación infantil con más asiduidad.

Las preparaciones más habituales comprenden los guisos, salteados y las ensaladas. Con ellas también se pueden elaborar purés con verduras, hamburguesas o pastas para untar.

  • Frutos rojos

Fresas, frambuesas, moras o arándanos se están incorporando en los últimos años en la lista de alimentos saludables. Estos contienen nutrientes beneficiosos para el organismo, también para el cerebro, gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.

Se ha observado que varios antioxidantes se acumulan en el cerebro y mejoran la comunicación entre las células nerviosas. Y algunos estudios revelan que en el caso de los niños podrían mejorar la memoria no inmediata y las funciones ejecutivas.

Bien lavados y secos se pueden llevar al colegio y fuera de casa y resultan un tentempié ideal. Además, se pueden usar para mezclar con los yogures, hacer batidos o helados más saludables para el verano.

  • Lácteos

Por supuesto, los yogures, la leche y los quesos no podían faltar. Estos ofrecen grandes cantidades de calcio; un nutriente importante porque regula las funciones nerviosas y también disminuye la presión arterial, que suele elevarse cuando hay estrés por agotamiento mental.

El calcio tiene un papel central en la transmisión de impulsos nerviosos. Está presente en los lácteos de forma principal pero también en frutos secos, legumbres y verduras de hoja verde.

  • Chocolate negro

Uno de los aminoácidos más positivos para las funciones cognitivas es el triptófano. A través de este se sintetiza serotonina, un neurotransmisor que favorece la calma y la concentración.

El chocolate negro y el cacao puro son buenas fuentes de este nutriente, que también se encuentra en el pescado, la leche, la carne y algunos frutos secos.

El chocolate debe ser introducido con moderación en la dieta infantil. Pero el uso de cacao puro o chocolate negro (con un mínimo de un 75 % de cacao) puede servir para sustituir la presencia de otros dulces y productos menos recomendables.

El cacao en polvo se puede usar para “chocolatear” la leche de forma más saludable. Además tanto este como el chocolate negro se puede ofrecer en el desayuno o la merienda con un trozo de pan, frutas o yogures.

Foto: Pexels

  • Plátanos

Igual que la pasta, el pan o las patatas, los plátanos son también una fuente adecuada de glucosa para el organismo. Debido a la fibra que contienen esta representa un flujo contante de energía para el cerebro. 

  • Nueces

Los frutos secos en general y las nueces en particular, son conocidos por su aporte de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. Este perfil de ácidos grasos es muy saludable y positivo para el desarrollo cerebral en los niños.

Aparte de su grasa también aportan otros nutrientes buenos para la memoria, la concentración y el aprendizaje. Algunos de estos son el zinc, el hierro, la vitamina E o las proteínas.

Según datos obtenidos de estudios en diferentes países, los frutos secos permiten mejorar la calidad de la dieta en los niños que los consumen, y esto repercute de forma positiva en los resultados académicos y las funciones cognitivas.

Las nueces se pueden comer trituradas o enteras (a partir de los 5 años de edad) y son perfectas para añadir en el yogur, con las frutas o en todo tipo de ensaladas.

¿Cómo estimular el desarrollo saludable del cerebro en niños?

Una dieta que contenga de forma regular estos alimentos puede ayudar a mejorar el rendimiento de los niños, su concentración, memoria y aprendizaje. Estos deben formar parte de una dieta sana y adecuada y reforzarse con otros hábitos positivos:

  • Una dieta adecuada debe estar formada por alimentos nutritivos. Pero también es necesario evitar la presencia de opciones no adecuadas como la bollería, las galletas, las chucherías, los dulces o la comida rápida.
  • Asegurar una adecuada hidratación aportando agua como bebida de preferencia. Es preferible evitar al máximo las bebidas azucaradas, los refrescos, los productos energéticos y los zumos de frutas.
  • Hacer juegos y ejercicio al aire libre.
  • La forma de crecer y desarrollarse del cerebro también depende de la interacción con sus padres y personas próximas. Un ambiente seguro y sin estrés es el más favorable. Asimismo, es necesario hablar, leer y jugar con ellos.
  • Descansar y dormir entre 10 y 12 horas al día.
  • Alimentos variados para el cerebro de los niños
  • Podemos concluir que una buena nutrición es fundamental para el desarrollo integral de un niño en todos sus sentidos. No solo en el aspecto físico sino también el mental. Por eso, no dudes en incorporar a su dieta estos alimentos para el cerebro de los niños.
  • No obstante, recuerda la importancia de una dieta variada y equilibrada desde el punto de vista energético. Incluir alimentos de distintos tipos garantizará el aporte de todos los nutrientes esenciales en cantidades adecuadas para el funcionamiento del organismo.

(Con información del Academia Americana de Pediatría, Instituto Nacional de Pediatría y la Secretaría de Salud)