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La importancia del punto medio en la educación de los niños

Los infantes deben tener la oportunidad de enfrentarse a riesgos no peligrosos que les permitan descubrir sus cualidades y sus capacidades ante los desafíos que se generan en la vida

Escrito en SOY MAMÁ el

Los psicólogos y psicoanalistas aseguran que el ser humano a lo largo de todo nuestro desarrollo nos enfrentamos a 8 situaciones de crisis, en donde las cinco primeras tienen lugar a lo largo de la infancia y de la adolescencia en donde se debe de tener un punto medio que favorezca su crianza y educación.

Estas situaciones permiten un análisis del crecimiento sumamente interesante a tener en cuenta a la hora de educar y de enseñar. Esto permite tanto a la mamá como al papá extraer lo mejor de cada uno de sus hijos, teniendo en cuenta su estilo de aprendizaje.

Erik Homburger Erikson, psicólogo y psicoanalista reconocido mundialmente y destacado por sus contribuciones en psicología del desarrollo asegura que frente a estas crisis es relevante alcanzar en cada una de ellas un equilibrio.

¿Cuál es el punto medio en la educación de los niños?

Encontrar el punto medio para criar a un niño no es tarea fácil. La disciplina demasiado severa y rígida no permite la independencia y atenta contra la creatividad, en tanto que la falta absoluta de límites puede acarrear todavía peores consecuencias.

  • Los infantes aprenden la mayor parte de las cosas que conocerá en su vida desde que nace hasta los 5 años de edad.
  • Este aprendizaje queda grabado profundamente porque se adquiere en una etapa del desarrollo que está estrictamente vinculada a las necesidades afectivas.

Foto: Canva

¿Cuáles son las 5 crisis que tienen lugar durante la infancia y la adolescencia?

Confianza contra desconfianza

  • Esta crisis, así como la siguiente tiene lugar durante los 3 primeros años de edad.
  • El exceso de confianza, en uno de los dos extremos, se produciría cuando los adultos protegen en exceso al infante.
  • Por ejemplo, acuden tan pronto llora el niño. En el otro extremo, la desconfianza es resultado de no recibir atención en sus necesidades básicas, y genera retraimiento.
  • El punto medio entre ambos extremos, el equilibrio, se puede observar cuando el niño es capaz de esperar sin demasiada exigencia o rabietas a conseguir su meta.

Autonomía frente a vergüenza

  • Un exceso de autonomía, es decir, dejar que las niñas y los niños hagan y deshagan sin normas y límites, genera impulsividad.
  • Pero cuando los padres de familia coartan demasiado, sin dejar jugar, tocar, experimentar, probar o bien lo hacen todo por ellos, generan personas dependientes, que no aceptan el error.
  • Habrá equilibrio en esta etapa cuando a los pequeños se les permite hacer cosas con la apropiada prudencia y de acuerdo a sus capacidades.

Iniciativa frente a culpa

  • En la tercera etapa, a la edad de 3 a 5 años de edad, encontramos los extremos de la iniciativa y la culpa.
  • Cuando la curiosidad y la imaginación no tienen límites y normas se puede fomentar la crueldad. De mayores, no les importará pasar por encima de alguien con el fin de lograr su objetivo, considerarán que los demás son débiles.
  • En el otro extremo está la culpa, resultado de no dejar que el niño experimente y de castigarlo y criticarlo de forma continua por sus errores. Se inhibe a sí mismo de intentar hacer cosas para evitar equivocarse o sentirse culpable.
  • Un equilibrio adecuado en esta etapa se logra cuando los niños y las niñas tienen propósitos y se sienten capacitados para guiar a otros.

Inferioridad frente a industriosidad

  • Esta crisis sucede entre los 6 y los 11 años de edad.
  • En el extremo de la inferioridad, la niña o el niño siente que no puede hacer cosas, que no es capaz de avanzar, aprender y pertenecer a un grupo.
  • Es importante reconocer el esfuerzo que la niña o el niño realiza a la hora de valorar una tarea.
  • Si se mantiene en el tiempo este extremo, se genera la inercia, incapacidad de moverse hacia un fin. Es decir, no tiene la confianza suficiente para desarrollar los desafíos a los que se enfrenta y gestionar sus emociones ante el fracaso.
  • En el otro extremo, hablamos de industriosidad, niños que alcanzan sus metas, pero con una libertad sin límites.
  • El equilibrio está en el afrontamiento de retos y desafíos que se les presentan en la vida, utilizando sus habilidades y capacidades y ante las situaciones de fracaso gestionar la frustración, valorar qué pueden conseguir y que no.
  • Tanto los padres y las madres, así como las y los docentes deben valorar el esfuerzo, dar reconocimiento a lo conseguido, no tanto al objetivo final y orientar en la gestión de las emociones cuando no se consigue el resultado final.

Identidad contra confusión de roles

  • Con la pubertad, y hasta los 20 años de edad aproximadamente, los extremos que entran en fricción son el papel preponderante de la identidad.
  • El adolescente considera que su forma de ser es única, no existe el color gris en las situaciones difíciles frente a una ausencia de criterio propio.
  • El adolescente se integra en grupos conflictivos intentando ser alguien antes que ser nada.
  • El equilibrio en esa etapa consiste en que el adolescente conozca sus cualidades, sus fortalezas, la posibilidad de descubrir su rol y vivir integrado en la sociedad.

Foto: Canva

Premio o castigo ¿Cuál es la estrategia más eficaz?

Los premios constituyen unos estímulos que se utilizan y se aplican para aumentar conductas en la educación de las niñas y los niños.

La psicología se ha preocupado mucho por el mal uso y abuso que se hace del castigo, ya que esto favorece problemas en niños y en adolescentes. El castigo frecuente no se asocia con mejor conducta, al contrario, tanto el castigo físico como verbal pueden incrementar las propias conductas que los padres desean suprimir.

Mediante el castigo, pese a que la conducta se extingue de manera puntual, la raíz del problema no se soluciona y son muchos los infantes que, pese a haber sido castigados por una conducta, siguen haciéndola cuando pueden o cuando creen no ser vistos.

Los efectos del castigo son momentáneos. El castigo no provoca el desaprendizaje del comportamiento que se desea modificar ni ofrece una alternativa más adecuada y ello hace que la conducta tienda a repetirse.

¿Cómo eliminamos conductas problemáticas?

Retiro de atención.

  • Esta técnica consiste en dejar de prestar atención a la niña o al niño cuando está haciendo la conducta problemática.
  • Si solamente nos fijamos con regaños y reproches ella o él tenderá a portarse mal para recibir nuestra atención.

Refuerzo de conductas incompatibles con la conducta a eliminar.

  • Consiste en reforzar a los menores sólo las conductas contrarias con la conducta problemática.
  • Si la niña o el niño se levanta sistemáticamente de la mesa cuando está comiendo, utilizaremos el refuerzo positivo cuando realice la conducta de estar sentado en la mesa.

El aislamiento.

  • Significa colocar a la niña o al niño en un lugar que no exista ninguna posibilidad de recompensa, durante un período de tiempo fijado de antemano que, en general, no excederá de 2 a 5 minutos.

El retiro de recompensas.

  • Cuando a los niños se le retiran reforzadores que tiene en su poder. Ejemplo, al realizar una conducta problemática al niño se le retira la paga del domingo.

El contrato.

  • Es un acuerdo entre ambas partes en cuanto a conductas a modificar y los premios a conseguir.
  • Se utiliza con niños más mayores y adolescentes.

Foto: Canva

¿Trabajo en los centros educativos?

Las y los docentes pueden trabajar la quinta crisis, identidad contra confusión de roles a través de diferentes actividades en clase, como:

La actividad de las manos, aquí se pide a las y los alumnos que dibujen sus manos.

En la mano derecha, escribirán su nombre y cuatro cualidades de sí mismos y en la mano izquierda, los compañeros escribirán aspectos positivos que destacan de ella o él, por tanto, rotará por toda la clase. Al final, cada uno lee las cualidades en voz alta.

Es importante dejar que los infantes tengan la oportunidad de enfrentarse a riesgos no peligrosos, permitiéndoles descubrir sus cualidades y sus capacidades ante los desafíos que se generan en la vida y rutina diaria.

De esta manera se puede detectar si hay capacidad de:

  • Gestión de frustración.
  • Manejo de grupo.
  • Liderazgo.
  • Creación y pertenencia de grupo.

Si no es así, todos aquellos que rodeen al menor tenemos el deber de guiarlo. Recuerda, las niñas y los niños son receptores de información.

(Con información de BBC, Secretaría de Educación y Centro de Desarrollo Infantil)