El futobolista Cristiano Ronaldo informó en sus redes sociales la muerte de uno de sus bebés y aseguró que, junto a su esposa, están atravesando “el dolor más grande que unos padres pueden sentir” ¿Cómo afrontar el duelo por la muerte de un hijo?
En un comunicado, el delantero potugués dio a conocer la devastadora noticia: “Con nuestra más profunda tristeza tenemos que anunciar el fallecimiento de nuestro hijo (…) Solo el nacimiento de nuestra hija nos da la fuerza para vivir este momento con algo de esperanza y felicidad”, escribió.
“Estamos devastados por esta pérdida (…) Bebé, eres nuestro ángel. Siempre te amaremos”, agregó.
Fallece bebé de Cristiano Ronaldo ¿Cómo afrontar el duelo por la muerte de un hijo?
Ningún padre está preparado para la muerte de un hijo y de acuerdo con la American Society of Clinical Oncology (ASCO), las reacciones del duelo después de la muerte de un hijo son similares a las de otras pérdidas, pero suelen durar más y ser más intensas.
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Se pueden experimentar las siguientes reacciones de duelo al perder a un hijo:
- Trauma intenso, confusión, rechazo y negación, incluso si la muerte del hijo era esperada
- Tristeza y desesperanza abrumadora
- Culpa extrema o sentimiento de que se falló como protector
- Enojo intenso y sentimientos de amargura e injusticia
- Resentimiento hacia los padres con hijos sanos
- Pensar en dañarse a uno mismo para escapar del dolor y unirse al hijo
- Soledad y aislamiento intenso, incluso al estar rodeado de gente
Los períodos de duelo intenso tras perder a un hijo suelen aparecer y desaparecer durante 18 meses o más. Con el tiempo, el duelo puede volver en olas que se vuelven gradualmente menos intensas y menos frecuentes.
Años después de la muerte del hijo, ciertos momentos pueden provocar el duelo, como los cumpleaños, que pueden hacer pensar en la edad que tendría el hijo o cómo se vería o qué estaría haciendo si estuviera vivo.
Pasos que pueden ayudar a atravesar el duelo
Cada padre y madre vivirá el duelo por la muerte de su hijo de una manera única y diferente, sin embargo, hay algunos pasos que podrían ayudar a sobrellevarlo mejor, como:
1. Pedir ayuda profesional y a los familiares
2. Expresar con la pareja los sentimientos ante la muerte de su hijo
3. Darse permiso para vivir los sentimientos y emociones, sin culpa
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4. Hacer un ritual para despedir al hijo fallecido, puede ser un acto íntimo y familiar más allá del entierro o la cremación, como escribirle una carta y escuchar canciones significativas.
5. Hablar de forma frecuente sobre su hijo y decir su nombre
6. Tomarse el tiempo para decidir qué hacer con las pertenencias del pequeño; no apurarse a regalar juguetes o ropa
7. Buscar grupos de apoyo para compartir experiencias con otros padres que entienden el duelo; evitar aislarse
Es importante destacar que nunca se va a “superar” verdaderamente la muerte de un hijo. Pero es posible aprender a vivir con la pérdida y que forme parte de la identidad.
“La muerte de su hijo puede hacerle replantear sus prioridades y el sentido de la vida. Parece imposible, pero puede volver a encontrar la felicidad y un propósito en la vida”, subrayan desde ASCO.
Causas por las que muere un bebé
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) pese a que el número mundial de muertes de recién nacidos descendió desde 5 millones en 1990 hasta 2,4 millones en 2019, los niños son los que mayor riesgo corren de morir en sus primeros 28 días de vida.
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En 2019, el 47% de todas las muertes de menores de 5 años ocurrieron durante el periodo neonatal: aproximadamente un tercio el día mismo del nacimiento y cerca de tres cuartas partes en la primera semana de vida.
Las muertes en los primeros 28 días de vida se deben a enfermedades y trastornos asociados a la falta de atención de calidad durante el parto, o de atención por parte de personal cualificado y tratamiento inmediatamente después del parto y en los primeros días de vida.
Los partos prematuros, las complicaciones relacionadas con el parto (incluida la asfixia perinatal), las infecciones y los defectos congénitos ocasionan la mayor parte de las muertes neonatales.
(Con información de ASCO y OMS)