Una de las ideas más extendidas entre las madres mexicanas es que rapar bebés hace que tengan un cabello más lindo y abundante de grandes, ¿es verdad? Una experta revela la realidad sobre esta práctica.
El cabello de los bebés suele ser delgado y frágil y por ello muchas personas aseguran que al raparlos, su pelo se hará más grueso y bonito, ¿tú también lo crees? Sigue leyendo.
Rapar bebés, ¿funciona?
De acuerdo a Gladys León Donantes, dermatóloga y presidenta de la Fundación Mexicana para la Dermatología rapar bebés para que su pelo se haga más bonito es totalmente un mito.
Rapar a un bebé no funciona para fortalecer su cabello ni para hacerlo más grueso y abundante como se cree, lo único que sucede es que los padres creen erróneamente que el cabello del bebé se quedará siempre como luce en ese momento, es decir, suave y poco abundante.
Pero la realidad es que no, los bebés nacen con el cabello bastante suave, delgado y fino pero ese no será su verdadero cabello.
Falta que los folículos pilosos maduren y generen el cabello que tendrá realmente en la niñez, la adolescencia y la edad adulta. Al crecer, su cabello puede cambiar de color y hasta de forma, por lo que no es necesario raparlos.
Algunos niños nacen con el pelo rubio, rizado o bastante oscuro y con el paso del tiempo, les va cambiando.
Muchos recién nacidos incluso tienen un color de piel más claro al que tendrán realmente porque no han formado suficiente melanina, que es el pigmento responsable de darle color a la piel, el pelo y los ojos.
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Por ello, con el paso del tiempo los ojos, el pelo y la piel pueden cambiar de color.
Lo que realmente influye en cómo tendrá el cabello un bebé es la genética, es decir, que los padres y abuelos le heredan el color, la forma, la cantidad y el grosor.
En ese sentido, rapar bebés no sirve de nada, porque los hijos comparten la genética de sus padres y no hay manera de cambiar lo que viene en los genes, excepto si de grande decide teñirse el cabello o hacer tratamientos para rizarlo o alaciarlo.
Lo único que causaremos es una mala experiencia en nuestro pequeño al pasarle una máquina rasuradora por su cabecita.
Por otro lado, la experta señala que los tratamientos para cambiar el color o la forma del cabello no deben hacerse hasta los 22 años, ya que hacerlo antes puede causar daño en el hígado debido a que el cuerpo cabelludo absorbe por completo las sustancias químicas.
Si quieres que tu pequeño tenga un cabello lindo, lo más importante es que tenga una alimentación saludable, ya que la dieta sana en la primera infancia es clave para que el cabello crezca sano y fuerte.
Para ello, es fundamental la lactancia materna en los primeros meses de vida, ya que la leche materna le aporta los nutrientes necesarios para un crecimiento sano del cabello.
En la niñez, es necesario que se consuman alimentos con nutrientes para la salud capilar, como las frutas, verduras, leguminosas y agua natural en abundancia.
También se recomienda que no se lave el cabello del bebé con shampoo muy fuerte o con aromas intensos, es mejor que sea sin colorantes ni perfumes, porque incluso puede haber irritación en la cabeza del recién nacido si se usan estos productos.
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(Con información de bb mundo)