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¿Tiene algún beneficio querer saber todo de la pareja?

Espiar las redes sociales de tu pareja o pedirle que te diga dónde y con quién está en todo momento solo causa problemas en la relación

Escrito en PAREJA el

Una de las creencias más populares actualmente es que es permitido invadir los espacios personales de la pareja para no tener ningún secreto, pues persiste la idea de que quienes aman realmente, deben saber todo del otro. ¿Es cierto? 

De acuerdo con el médico psiquiátra y psicoterapeuta Demián Bucay, no es necesario querer saber todo de la pareja para tener una relación sana.

De hecho, advierte que no solo no es necesario que dos personas que se aman se cuenten todo, sino que es perjudicial

¿Por qué no tienes que saber todo de tu pareja? 

El especialista destaca en su libro Manual para estar en pareja, que las personas necesitamos espacios privados, pues hay pensamientos y emociones que preferimos no comunicar y actividades que deseamos hacer sin la pareja, lo que es perfectamente normal.  

(Foto: pexels)  

El problema es que muchas veces, la pareja busca formas de invadir la privacidad para saber todo, aun en contra de la voluntad del otro, lo que hace que existan más secretos y mentiras

Ante esta situación, se instalan mecanismos dañinos de control, como espiar, revisar y husmear en los espacios personales de la pareja. 

Estas conductas que siempre han existido son más comunes con el avance de la tecnología, por lo que van en aumento prácticas como revisar el teléfono móvil, inspeccionar la cuenta de correo electrónico, usar las redes sociales para monitorear actividades del otro o pedir que nos digan en dónde están y con quien en todo momento. 

Todo esto, según el autor, configura un nuevo modo de espionaje casero, que se considera aceptable e inocente, pues se cree que no es lo mismo revisar los mensajes del celular a los bolsillos del pantalón, sin embargo, si lo es. 

“Puede horrorizarnos menos que alguien haga constantes llamadas a su pareja para ver ‘en qué anda’ que el que alguien contrate a un detective privado para seguirla, pero en el fondo, es igual”, señala Bucay.

El que busca encuentra y malinterpreta

Revisar el celular, las redes sociales o el correo de la pareja es una invasión a la privacidad y la intimidad el otro y quienes lo hacen, saben perfectamente que es algo que no deberían hacer, aunque sigue siendo algo muy común y hasta aceptado. 

(Foto: freepik)  

El problema es que el que busca encuentra, pero es probable que se malinterprete la información que leemos o vemos.

En primer lugar, dice el experto, es posible que la pareja no haya querido ocultar esa información deliberadamente, sino que tal vez no le parecía importante comentarlo, porque como se mencionó antes, no es necesario contar absolutamente todo con la pareja. 

Agrega que es prácticamente imposible que las intromisiones en la privacidad de la pareja no terminen en el hallazgo de algún tipo de traición. 

La razón es que quien está dispuesto a encontrar algo sospechoso, puede interpretar cualquier frase, situación o dato de la peor manera, lo que llevará a esa persona a seguir buscando hasta encontrar toda la “verdad”.

Invadir la privacidad del otro siempre termina mal

En sus años de experiencia Bucay destaca que nunca ha encontrado a una persona que después de revisar el celular de su pareja se sienta tranquilo y diga “He comprobado que no me engaña”.

Esto se debe a que la calma que pueden dar estas conductas de comprobación es efímera, pues desaparece rápido y es necesario volver a inspeccionar y revisar, se hace un círculo vicioso que no para hasta encontrar “algo”.

(Foto: freepik) 

De manera que, invadir la privacidad del otro siempre termina mal, porque podemos malinterpretar lo que encontramos y nuestra propia actitud invasiva contribuye a que se generen nuevas y mayores formas de ocultar cosas. 

El psicoterapeuta menciona que cada escena de celos o cada “pesquisa” refuerza en la pareja la idea de que somos irracionales, que no podemos escuchar ciertas verdades ni tolerar circunstancias que involucren a una persona del sexo opuesto.

{"field1":"“Cuanto más control queremos ejercer, más empujamos al otro a que se maneje en la clandestinidad”, concluye el experto. ","field2":""}

Además, menciona que si queremos que la pareja nos diga siempre la verdad, debemos ser capaces de escucharle, sea lo que sea que nos quiera decir.