Desde 2019, la AMSS estableció que cada 4 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Salud Sexual con la intención de sensibilizar y promover la sexualidad como un aspecto esencial del ser humano y un elemento de la salud reproductiva que debe ser satisfactorio, saludable y sin riesgos para la población.
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Para saber más y abordar este tema, en SuMédico entrevistamos a Ana Franco Márquez, psicóloga y sexóloga humanista con perspectiva de género, especialista en relaciones éticas no monógamas, quién aseguró que la salud sexual va más allá de los aparatos reproductores.
“Cuando hablamos de salud sexual nos focalizamos mucho en órganos sexuales, en quienes tienen un pene y una vulva y en cómo hacemos uso de estos órganos, sin embargo, creo que más allá de ello, la salud sexual involucra todo, nos involucra como personas integrales, y como tal, no podemos separar la sexualidad de la parte biológica del cuerpo y de la parte emocional”, señala Franco.
¿Qué es la salud sexual?
La Organización Mundial de la Salud (OMS), define la salud sexual como un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad, Refiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia.
¿Cómo cuidar la salud sexual?
Ana Franco explica que la salud sexual se cuida desde las decisiones, “muchas veces nos vemos forzados a estar con alguien que no deseamos, porque probablemente está ejerciendo algún tipo de violencia o probablemente me está obligando a hacerlo porque socialmente ya tengo la edad y no tendría que no tener relaciones, en fin, es importante cuidar las decisiones que se toman”.
En la parte práctica, Franco indica que para cuidar la salud sexual se deben usar preservativos, “es muy importante el uso de ellos. Hoy en día tenemos muchísimos métodos de los que podemos hacer uso y sin embargo, el único que nos protege y no al 100% de una infección de transmisión sexual, es el uso del preservativo, ya sea interno o externo”.
¿Qué son las infecciones de transmisión sexual?
La Clínica Mayo explica que las infecciones de transmisión sexual causan las enfermedades de trasmisión sexual. Se contagian principalmente por contacto sexual.
Las infecciones de transmisión sexual son causadas por bacterias, virus o parásitos. Una infección de trasmisión sexual puede pasar de una persona a otra a través de la sangre, el semen o los líquidos vaginales y otros líquidos corporales.
A veces, las infecciones de trasmisión sexual se contagian por vías distintas del contacto sexual. Por ejemplo, las infecciones de transmisión sexual pueden contagiar a los bebés durante el embarazo o el parto.
Las infecciones de transmisión sexual también pueden contagiarse por transfusiones de sangre o agujas compartidas.
Estas enfermedades no siempre causan síntomas. Una persona puede contraer infecciones de transmisión sexual de otra persona que parece sana y que ni siquiera sabe que tiene una infección.
¿Cuáles son los factores de riesgo para sufrir una infección de transmisión sexual?
Toda persona sexualmente activa corre el riesgo de contraer o contagiar una enfermedad de transmisión sexual.
Existen factores que pueden aumentar el riesgo de contraer una infección de trasmisión sexual, por ejemplo:
- Tener relaciones sexuales sin protección: La penetración vaginal o anal de una pareja infectada que no usa preservativo (de látex o poliuretano) aumenta considerablemente el riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual.
- Se realizan prácticas orales sin condón: Las infecciones de transmisión sexual también pueden contagiarse si una persona no usa preservativo (de látex o poliuretano) o una barrera bucal de los mismos materiales. El campo de látex es una superficie fina, con forma cuadrada, de látex o silicona.
- Tener contacto sexual con varias parejas: Cuanto mayor sea la cantidad de personas con las que tienes relaciones sexuales, mayor será el riesgo.
- Tener antecedentes de infecciones: Tener una infección de transmisión sexual hace que sea mucho más fácil que se desarrolle otra infección de trasmisión sexual.
- Tener relaciones contra tu voluntad: Consulta a un profesional de la salud lo antes posible para que te hagan exámenes y te proporcionen tratamiento y apoyo emocional.
- Abusar del alcohol o consumir drogas: El abuso de sustancias puede inhibir tu juicio y hacer que estés más dispuesto a participar en conductas de riesgo. Al compartir la aguja con otras personas mientras se inyectan drogas ilícitas, puedes contagiarte de muchas infecciones graves. Algunos ejemplos son el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el virus de la hepatitis B y la hepatitis C.
- Ser joven: Se informan niveles altos de infecciones por transmisión sexual en personas que tienen entre 15 y 24 años, en comparación con personas de mayor edad.
¿Cómo prevenir las infecciones de transmisión sexual?
Existen muchas formas de prevenir o reducir el riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual:
- Evitar tener relaciones sexuales o actividad sexual: La manera más eficaz de evitar las enfermedades de transmisión sexual es no tener relaciones sexuales.
- Mantener una pareja no infectada: Conservar una relación a largo plazo en la que ambos tengan relaciones sexuales entre sí y ninguno esté infectado puede ser una forma de evitar una enfermedad de transmisión sexual.
- Esperar y realizar pruebas: Evita mantener relaciones sexuales vaginales y anales o algún tipo de actividad sexual con parejas nuevas hasta que ambos se realicen las pruebas de detección de infecciones de trasmisión sexual.
- Vacunarse: Vacunarse antes de tener relaciones sexuales puede prevenir ciertos tipos de infecciones de trasmisión sexual. Existen vacunas para prevenir enfermedades de transmisión sexual causadas por el virus del papiloma humano (VPH) y el virus de la hepatitis A y de la hepatitis B.
- Usar condones de manera consistente y correcta: Usa un preservativo nuevo de látex o poliuretano o una barrera bucal también de látex o poliuretano en cada acto sexual, ya sea oral, vaginal o anal. Nunca uses un lubricante a base de aceite, como vaselina, con un preservativo o una barrera bucal de látex.
La importancia de que los padres hablen con sus hijos sobre la sexualidad
Ana Franco señala que la educación sexual se inicia desde que nacemos, “desde que llegamos a este mundo es que hay que empezar con la educación sexual, como padres, como madres tenemos que empezar a educar a nuestros hijos, ¿cómo? bueno, pues llamándoles a cada parte del cuerpo por su nombre. Porque si le llamamos brazo al brazo, por qué no podemos llamarle a la vulva vulva y al pene, pene, no tenemos que ponerle sobrenombres”
La experta enfatiza que esta educación se va dando desde las primeras etapas de vida y no se debe satanizar el hecho de que empecemos a conocer el cuerpo desde muy pequeños.
La especialista señala que es importante quitar tabúes para poder educar a los hijos, “los pequeños requieren saber el nombre del cuerpo. Entonces si no tengo la información que creo adecuada para mi hijo o mi hija, podemos buscar fuentes fidedignas o consultar algún especialista”.
La importancia de la conmemoración del día de la salud sexual
Ana Franco señala que es importante conmemorar este día para crear consciencia, sin embargo, señala que esta labor no solamente debe ser una vez al año, “hay que hacerlo todo el año, es para visibilizar que las personas somos seres integrales y que la sexualidad la vivimos de muchas formas para poder vivir una sexualidad libre y sin violencia”.
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