Recientemente, en redes sociales se ha popularizado el término “migajero” para referirse a una situación romántica en la que se recibe mucho menos de lo que se da y hay mucha manipulación que evita romper con ese vínculo. Recibir “migajas de amor” es algo cada vez más común pero no es tan fácil reconocerlo como se cree.
A esta práctica se le conoce realmente como breadcrumbing, que literalmente significa “dar migajas de pan” y se refiere a una conducta manipuladora en la que una persona ofrece pequeñas dosis de atención o afecto para mantener el interés del otro.
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En este tipo de vínculos no hay intención de establecer una relación seria, solo se crean falsas esperanzas de que se tendrá algo, lo que afecta negativamente la autoestima y salud mental de quien lo padece.
¿Cómo darse cuenta de que estás siendo migajero? Bien, no es tan fácil como parece, se debe estar muy atento a ciertos comportamientos que se disfrazan de interés o amor pero que solo denotan que esa persona no quiere ningún compromiso emocional.
¿Cuáles son las señales de que estás siendo migajero?
Identificar el breadcrumbing es esencial para protegerse. Algunas señales comunes incluyen:
- Comunicación intermitente: Se refiere a mensajes o llamadas esporádicas, seguidos de largos periodos de silencio sin ninguna explicación.
- Planes vagos: Es común que te hagan propuestas de encuentros sin concretar fechas ni detalles.
- Interacciones superficiales: Conversaciones que evitan profundizar en temas emocionales o personales.
- Elogios ocasionales: Constantemente te hace cumplidos esporádicos que no se traducen en acciones consistentes.
- Excusas constantes: Justificaciones frecuentes para no comprometerse o cancelar planes.
- Presencia inconsistente en redes sociales: Interacciones mínimas, como "me gusta" o comentarios, sin un contacto más profundo.
- Promesas incumplidas: Compromisos sobre el futuro que nunca se materializan, incluyendo salir o verse en persona.
Raúl Navarro Olivas, profesor de Psicología de la Universidad Castilla-La Mancha en España, menciona a la BBC Mundo que se trata de un patrón de comportamiento en el que una persona muestra interés en otra de forma intermitente, pero constante, sin la intención real de comprometerse o tener una relación formal.
En el fondo, este tipo de vínculos ocultan mucha manipulación pues la persona que hace el breadcrumbing hace esfuerzos mínimos para tener la atención del otro de manera intermitente, de manera que con muy poco, le hace creer que sí está interesado.
El experto señala que se puede comparar este comportamiento a cómo funcionan las máquinas en los casinos, donde se debe echar una moneda para recibir un premio, pero esto es aleatorio, nunca se sabe cuándo va a ocurrir ni qué tan bueno será, por lo que la persona se mantiene intentándolo por demasiado tiempo.
Navarro agrega que es más fácil realizar este comportamiento en redes sociales y apps de citas, porque no hay contacto directo con el otro.
¿Qué consecuencias tiene ser migajero?
El breadcrumbing o “ser migajero” va más allá de una situación incómoda, tiene efectos negativos en tu autoestima y tu salud, causando:
- Baja autoestima: Sentimientos de no ser suficiente o valioso.
- Ansiedad y estrés: Incertidumbre constante sobre el estado de la relación.
- Depresión: Sensación de vacío y tristeza persistente.
- Dificultad para confiar: Problemas para establecer relaciones saludables en el futuro.
Navarro Olivas resalta que es un comportamiento muy dañino porque ataca nuestra necesidad psicológica más importante: la de pertenencia y de vincularse con otras personas.
Un estudio publicado en el Journal of Environmental Research and Public Health encontró que sufrir breadcrumbing o ser migajero puede causar insatisfacción con la vida, ampliar el sentimiento de soledad y el desamparo.
¿Qué hacer para proteger tu bienestar ante el breadcrumbing?
Si identificas que estás siendo víctima de breadcrumbing, considera las siguientes acciones:
- Establece límites claros: Comunica tus necesidades y expectativas. No dejes que la otra persona te haga creer que lo que quieres está mal.
- Prioriza tu bienestar: Enfócate en actividades y relaciones que te aporten positividad. Procura salir más con tus amigos o dedica tu atención a un hobbie.
- Busca apoyo: Habla con amigos, familiares o profesionales de la salud mental siempre que lo necesites.
- Evalúa la relación: Si la otra persona no muestra interés en cambiar, considera alejarte para proteger tu salud emocional. Nadie tiene derecho a jugar con tus emociones y menos hacerte sentir que mereces recibir migajas de amor.
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