Sentir fatiga y tener problemas de equilibrio son algunos síntomas que presentan quienes padecen esclerosis múltiple, pero los signos dependen de la zona afectada. En México, 20 mil personas tienen esta enfermedad, que aunque no tiene cura, se puede controlar. A continuación te explicamos cómo la puedes detectar.
El último miércoles de mayo se conmemora en México el Día Nacional de la Esclerosis Múltiple, con el fin de concientizar a la población sobre esta enfermedad crónico degenerativa del sistema nervioso, en la cual el organismo forma anticuerpos que dañan al cerebro y la médula espinal.
Esta enfermedad se considera como la segunda causa de discapacidad entre los jóvenes, después de los accidentes de tráfico, y afecta al doble de mujeres en comparación con los hombres.
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¿Cómo identificar la esclerosis múltiple?
Noel Isaías Plascencia Álvarez, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM, explica que esta enfermedad afecta particularmente la sustancia blanca del cerebro y la médula espinal, que produce mielina, que funciona como cinta aislante en un cable eléctrico; sin ésta la conducción nerviosa no se lleva a cabo de forma adecuada.
Los síntomas de la esclerosis múltiple son variables y dependen de la localización, extensión, gravedad y número de lesiones o interrupciones. Detalla que los más habituales son de tipo motor, sensorial y fatiga.
El especialista de la UNAM menciona que la mayoría de las personas percibe esta enfermedad por síntomas motores, como la alteración del equilibrio, pérdida de fuerza de alguna extremidad o de un lado del cuerpo. Sin embargo, los principales factores de discapacidad se deben principalmente al deterioro cognitivo, los trastornos psiquiátricos, dolor y fatiga.
Plascencia Álvarez dice que los síntomas varían en cada paciente, ya que dependen del área afectada. “Si se daña la médula espinal puede haber pérdida de fuerza en las piernas o brazos, alteraciones en el control de los esfínteres o dolor.
“Se puede manifestar de muchas formas, con signos motores o sensitivos, dependiendo de dónde se formen las lesiones”, señala.
Este padecimiento no tiene cura, pero es tratable. Por ejemplo, algunos medicamentos se usan para contrarrestar los brotes y otros para reducir el riesgo de recaídas. Lo más recomendable si notas alguno de los síntomas es acudir con un médico para confirmar o descartar el diagnóstico.
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