Main logo

Mamás al 100, mamás de hoy

Tener una vida e intereses propios es necesario para toda madre, señala la psicoterapeuta Karla Rock a SUMÉDICO Radio.

Escrito en OTROS el
La maternidad se ha hecho compleja, debido a las múltiples actividades a las que se debe enfrentar una mujer de hoy, para quien es tan importante ser madre, como ser una mujer exitosa en el ámbito profesional, señala la psicoterapeuta Karla Rock Lechón.
 
La intimidad entre mamá e hijo, asegura la especialista, ocupa otro papel fundamental en lograr sentirnos satisfechas con la maternidad que ejercemos: “la intimidad se construye realmente conociendo a la persona, incluso en los aspectos que son muy diferentes a los nuestros”.
 
Rock recomienda que, en la etapa de adolescencia de los hijos, es determinante volvernos espectadores activos de las decisiones de ellos y observarlos, dejando nuestro papel de protagonistas en su desarrollo.
 
“Tener una vida propia e intereses propios no sólo es válido, sino necesario. Hay que ir marcando límites desde el principio: espacios personales, espacios de pareja, con los hijos, etcétera”, explica la especialista al participar en la mesa especial organizada por SUMEDICO Radio, que se transmite todos los domingos a las 10 de la mañana por el 102.5 de MVS. Escucha aquí el programa
 
La maternidad, señala la psicoterapeuta, es una construcción cultural y esa construcción ha venido cambiando. A través de los años se ha pensado que una buena madre es aquella que renuncia a sí misma, que es una madre abnegada, sacrificada, instalada en una ética del cuidado de los demás.
 
Pero ahora, la mujer tiene una noción más clara de sí misma,una mayor autonomía, un crecimiento profesional y económico, una mayor esperanza de vida, lo que va demorando no sólo la edad de tener hijos, sino también la edad de casarse, porque se plantea nuevos modos de relación e incluso nuevos modos de maternidad. Todo esto influye en el tipo de madre que se es, no sólo la edad, comenta Rock Lechón.
 
En términos generales, explicó, podemos pensar que una madre joven va a tener mayor capacidad de identificarse con la juventud de sus hijos que la mujer mayor. Pero, insiste, debemos tener presente que la mujer de más edad tendrá una mayor experiencia de vida, así como madurez, y finalmente esto nos regresa a la pregunta ¿qué condiciones hacen a una madre lo suficientemente buena?
 
Al respecto, la especialista precisa lo mucho que tiene qué ver con las características del entorno de la madre, es decir, que seas joven o seas mayor. 
 
“Si una madre tiene una decisión más autónoma sobre ser madre, un deseo mayor, un nivel de madurez suficientemente bueno para la compleja labor que es formar a otro ser humano, y que no necesariamente se refleja en la edad; una mayor estabilidad, una red de apoyo que puede o no ser una pareja, la familia, etc., lo cual hará un mejor maternaje, incluido el ser más paciente, más tolerante”.
 
Mamás de ellos, mamás de ellas
La especialista explicó que sí existe una gran diferencia entre la relación que se lleva con un hijo que con una hija.
 
“Un modo de verlo sería desde la perspectiva de género y de los derechos humanos. Bajo está premisa, sí tiene que ser lo mismo educar a un hombre que educar a una mujer, en el sentido de que tengan condiciones equitativas de oportunidades, de privilegios y también de exigencias; que se le vea con la misma capacidad de desarrollarse sea hombre o mujer, de ejercer una profesión, de tener una vida plena. Y en ese sentido tiene que ser muy equitativo, es decir, tenemos que criar a los hijos como personas”.
 
Por otro lado, la psicoterapeuta plantea la perspectiva del desarrollo psicológico, que se refiere a cómo se construye el ser humano su identidad, pues por supuesto que tienen caminos diferentes, porque una mujer se identifica con su madre por el simple hecho de ser mujer también. 
 
Asimismo, el padre la identifica como mujer y tiene la necesidad de criarse en un ambiente sano, protector y amoroso, tal vez más que el hombre. La diferencia radica en 
que el hombre para poder construir su identidad masculina tiene que hacer una desidentificación con la madre y esto implica un ejercicio especial en la relación madre e hijo.
 
En el caso de las mujeres, continuó la especialista, “la madre las ayuda a ser autónomas, pero en el caso del hombre la mujer posibilita que se identifique con el padre o la figura masculina presente”.
 
Tras esto, Karla aclaró que aquellas madres sobreprotectoras dificultan mucho esta identificación masculina y, aún más, la independencia del hombre.
 
Sobre si toda mamá tiene un hijo consentido, la psicoterapeuta explica que “somos humanos y como humanos tenemos afinidades y cercanías naturales, no sólo con familiares, sino también con personas externas”.  
 
Esto es, que “la relación con cada hijo es singular e irrepetible. No siempre con quien más nos identificamos es con quien mejor nos llevamos como madres. La identificación intensa puede ser fuente de conflictos constantes, no nada más de una buena relación”, agregó.
 
Lo importante, afirma la doctora, es ocuparse en crear una identificación múltiple con los hijos, porque cada hijo te da la posibilidad de establecer un vínculo singular.(Dulce Carbajal)