Emocionada por el trabajo realizado a lo largo de 35 años, y por los servicios que pueden ofrecer a la población, la presidenta de Grupo Reto, Maite Beorlegui Estévez, afirma que la educación es el factor medular para combatir el cáncer de mama.
Grupo Reto cuenta con casi 90 voluntarias para el apoyo de pacientes en la Ciudad de México, 90 por ciento de las cuales en algún momento padecieron la enfermedad; ha extendido su labor a 29 ciudades en todo el país.
Son sedes grandes y chicas que no descansan. Muchas de las voluntarias salen con una mesa pequeña, un par de sillas y un rotafolio para visitar localidades en la sierra, en la costa, en los lugares alejados donde no llega la información básica para que las jovencitas y mujeres de toda edad aprendan a autoexplorarse y detectar a tiempo.
Lo mismo van a Marquelia, en Guerrero, que a la zona mixteca de Oaxaca, que a la sierra de Puebla. “Somos hormiguitas silenciosas y llegamos a los lugares donde nadie más llega”. Y todas las voluntarias lo hacen sin paga de por medio.
Te recomendamos: Defensas bajas pueden causar cáncer
Maite subraya con doble énfasis la importancia de la autoexploraciónpues preocupa que sólo el 6 por ciento de los casos de cáncer de mama se puedan curar. Cuando la mayoría de las pacientes reciben atención, ya se encuentran en un estado muy avanzado, incluso con metástasis y ya son considerados casos en fase terminal.
Por eso la detección temprana es fundamental. Y con ese propósito Grupo Reto elaboró un video dirigido a la población infantil, con el que se busca infundir entre niñas y jovencitas la conciencia de esta necesidad. Lo importante, dice la presidenta de Grupo Reto, es no llegar a situaciones extremas.
Grupo Reto fue fundado por Cecilia Vildósola de Sepúlveda quien con un grupo de amigos se organizó para este fin hace 35 años. De los fundadores sólo sobrevive Tere Lerma, a quien han llamado la “Patch Adams” mexicana.
“En todas nuestras sedes hay históricas extraordinarias. Lamentablemente el año pasado reincidieron tres de nuestras voluntarias y murieron”. Una de ellas fue Sarita de la O, de 90 años de edad, quien durante 25 años prestó sus servicios a la organización.
En opinión de la presidenta de Grupo Reto, la honestidad y la transparencia con que se usan los recursos obtenidos es lo que le da una gran fortaleza a la organización contra el cáncer de mama.
“Hace 35 años se tuvo la visión de crear de sinergias y hemos logrado el apoyo de muchas empresas y personas. Por ejemplo, gracias al muy generoso donativo de una paciente que murió el año pasado hemos podido comprar un nuevo mastógrafo digital (de los pocos que hay en el país) y hemos remodelado el edificio”, informa Maite.
En la Ciudad de México, Grupo Reto cuenta con una Clínica de Diagnóstico, que está regulada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Por $1,250 pesos se hace la mastografía y el ultrasonido para detectar cáncer de mama.
El estudio ginecológico tiene un costo de 450 pesos e incluye papanicolaou y colposcopía. Y los especialistas responsables con médicos especializados (uno de ellos es jefe de una unidad de oncología en el IMSS), y técnicos radiólogos certificados.
También cuentan con un laboratorio de prótesis mamarias básicas. Para apoyar a las pacientes que han sido mastectomizadas, las prótesis se ofrecen a un precio de 150 pesos. La UNAM les dio la fórmula y supervisa el trabajo que se hace en Grupo Reto. Quien hace la supervisión es el doctor Ricardo Vera Graciano.
Y con la asesoría del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), ofrecen cursos de capacitación a voluntarias de todo el país y al público en general.
Esta organización de la sociedad civil ha tenido reconocimientos de la UNAM, de la American Cancer Society y de empresas internacionales como Avon, la cual ha apoyado diversas campañas contra el cáncer de mama.
Grupo Reto cuenta con casi 90 voluntarias para el apoyo de pacientes en la Ciudad de México, 90 por ciento de las cuales en algún momento padecieron la enfermedad; ha extendido su labor a 29 ciudades en todo el país.
Son sedes grandes y chicas que no descansan. Muchas de las voluntarias salen con una mesa pequeña, un par de sillas y un rotafolio para visitar localidades en la sierra, en la costa, en los lugares alejados donde no llega la información básica para que las jovencitas y mujeres de toda edad aprendan a autoexplorarse y detectar a tiempo.
Lo mismo van a Marquelia, en Guerrero, que a la zona mixteca de Oaxaca, que a la sierra de Puebla. “Somos hormiguitas silenciosas y llegamos a los lugares donde nadie más llega”. Y todas las voluntarias lo hacen sin paga de por medio.
Te recomendamos: Defensas bajas pueden causar cáncer
Autoexploración, la base contra el cáncer de mama
Maite subraya con doble énfasis la importancia de la autoexploraciónpues preocupa que sólo el 6 por ciento de los casos de cáncer de mama se puedan curar. Cuando la mayoría de las pacientes reciben atención, ya se encuentran en un estado muy avanzado, incluso con metástasis y ya son considerados casos en fase terminal.
Por eso la detección temprana es fundamental. Y con ese propósito Grupo Reto elaboró un video dirigido a la población infantil, con el que se busca infundir entre niñas y jovencitas la conciencia de esta necesidad. Lo importante, dice la presidenta de Grupo Reto, es no llegar a situaciones extremas.
Grupo Reto fue fundado por Cecilia Vildósola de Sepúlveda quien con un grupo de amigos se organizó para este fin hace 35 años. De los fundadores sólo sobrevive Tere Lerma, a quien han llamado la “Patch Adams” mexicana.
“En todas nuestras sedes hay históricas extraordinarias. Lamentablemente el año pasado reincidieron tres de nuestras voluntarias y murieron”. Una de ellas fue Sarita de la O, de 90 años de edad, quien durante 25 años prestó sus servicios a la organización.
Honestidad y transparencia
En opinión de la presidenta de Grupo Reto, la honestidad y la transparencia con que se usan los recursos obtenidos es lo que le da una gran fortaleza a la organización contra el cáncer de mama.
“Hace 35 años se tuvo la visión de crear de sinergias y hemos logrado el apoyo de muchas empresas y personas. Por ejemplo, gracias al muy generoso donativo de una paciente que murió el año pasado hemos podido comprar un nuevo mastógrafo digital (de los pocos que hay en el país) y hemos remodelado el edificio”, informa Maite.
Clínica de Diagnóstico
En la Ciudad de México, Grupo Reto cuenta con una Clínica de Diagnóstico, que está regulada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Por $1,250 pesos se hace la mastografía y el ultrasonido para detectar cáncer de mama.
El estudio ginecológico tiene un costo de 450 pesos e incluye papanicolaou y colposcopía. Y los especialistas responsables con médicos especializados (uno de ellos es jefe de una unidad de oncología en el IMSS), y técnicos radiólogos certificados.
Prótesis a precio simbólico
También cuentan con un laboratorio de prótesis mamarias básicas. Para apoyar a las pacientes que han sido mastectomizadas, las prótesis se ofrecen a un precio de 150 pesos. La UNAM les dio la fórmula y supervisa el trabajo que se hace en Grupo Reto. Quien hace la supervisión es el doctor Ricardo Vera Graciano.
Y con la asesoría del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), ofrecen cursos de capacitación a voluntarias de todo el país y al público en general.
Esta organización de la sociedad civil ha tenido reconocimientos de la UNAM, de la American Cancer Society y de empresas internacionales como Avon, la cual ha apoyado diversas campañas contra el cáncer de mama.
